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CAPITULO V - LA GRAN SUBASTA

ENFRENTANDO A NUESTROS FANTASMAS



Alexander deseo que las horas corriesen, debía ver como estaba Sofía, no quería seguir fingiendo delante de Petrov, cada caricia de Kasie lo tenían al borde de perder el control. Necesitaba tomar distancia, razonar acerca de cómo actuar delante de Sofía...era una realidad que nunca la dejaría ir, primero muerto antes de que ella se le escapara de sus manos.

-Alexander me alegra saber que tratas bien a mi princesa, de hecho me marcho confiado sabiendo que la cuidaras como se merece –Alexander torció  una sonrisa muy de su personalidad
-papito no tienes nada más que decir, tu sabes que mi bebe  cuida de mi como su propia vida –Kasie se sujeta aún más fuerte al brazo de Alexander –tanto que el lunes viajaremos a Nueva York –Alexander la mira sorprendido y con la sangre a punto de explotarle en las sienes
-Kasie ya hablamos de eso y te asegure que lo único que conseguirás será aburrirte porque ese viaje será de solo negocios –Petrov no entiende  nada lo que ellos traman pero está decidido a que su hija no se le separe ni un centímetro de su futuro esposo
-pero tú sabes cómo son las mujeres querido Alexander, además en las noches querrás descansar y que más que llegar a tu habitación y encontrar a mi preciosa hija dispuesta a hacerte olvidar un día duro de reuniones estúpidas –Alexander está en una encrucijada y no sabe cómo librarse de esta situación, debe pensar en algo rápido o tendrá que soportarse una semana entera a Kasie y de solo pensar en Sofía y lo furiosa que esta con él no puede pintar en algo peor la situación
-amor te recuerdo que aún no he escogido mi vestido de boda –de hecho Alexander no tenía  ni idea en que iban  los preparativos –bien sabido es que en Nueva York se encuentran las mejores boutique de novias...no se diga más tengo que viajar, además estarás una semana entera lejos de mí y tu ausencia no me hace nada bien y que se yo que arribista podrás encontrar allá...no se diga más viajo contigo –
-lo que digas Kasie, el lunes a primera hora viajaremos a Nueva York –de algo estaba seguro y es que se iba a arrepentir de llevarla con él, pero si se seguía negando Petrov podría seguir con sus sospechas

En las horas de la tarde Petrov se marchó y Kasie no hacía más que amargarle la existencia más de lo que la tenía, no había tenido oportunidad de ver a Sofía y esto lo estaba torturando. Sofía por el contrario no había comido nada en todo el día, el hambre había huido de ella. Solo ansiaba que todo esto acabara, necesitaba ver a Ben. Ben era el único que la hacía ver las cosas con claridad...era el único que la hacía conectar con su parte racional.

-Kasie necesito que me dejes solo, ve a preparar lo que necesites para el viaje –Alexander no podía tenerla un segundo más en su casa
-amor no hay nada que no pueda ignorar en cuanto a ti  -Kasie había logrado lo que quería, dos pájaros de un solo tiro; comprar un vestido de novia que ni aun en las pasarelas de Milán había visto uno suficientemente atractivo y pasar más tiempo con su prometido. No era una mujer de sentimientos pero emocionalmente se sentía muy ligada a Alexander, hasta el punto de temer que aquello que sentía por él se convirtiera en amor
-como digas, pero debes saber que dormiremos en habitaciones diferentes y no pienso ceder en eso. Ahora lárgate que suficiente tengo con soportarte una semana entera –Kasie salto de la emoción que sentía y corrió hasta donde él y cuando estuvo a punto de besarlo, Alexander se alejo
-sabes que no tolero que me beses -
-no te enojes cariño, esta noche saldré con las chicas...prometo me comportare y mañana preparare todo para que el lunes viajemos –
-me tiene sin cuidado lo que hagas o dejes de hacer –dicho eso subió las escaleras ignorando si Kasie se marcharía

Llego hasta la habitación de Sofía, no se molestó en llamar a la puerta era innecesario. Al entrar vio a Sofía mirando a través de la ventana, se aclaró la garganta para que ella notara su presencia. No sabía que decirle, solo quería abrazarla y decirle que ella era más importante que Kasie pero todo eso en estas circunstancias eran imposible. Sofía había sentido su presencia en el instante mismo en que él había cruzado el umbral de la habitación sencillamente no quería verle a la cara y recordarse a sí misma cuál era su posición en esta habitación.

-Sofía no puedo dejarte aquí sin más, por qué tienes que reaccionar así –Sofía decidió mirarlo y Alexander sintió algo extraño que buscaba abrirse paso en su interior, era la primera vez que Sofía lo miraba con tanto odio
-quieres que te agradezca por haberme comprado –no era una pregunta, era el inicio de un discurso que Sofía debía expulsar de su interior y uno que temía Alexander –pues bien Alexander, gracias por haberme dado la oportunidad de no continuar con la miseria de vida que tenía. ¿Qué por qué reacciono así? Maldición ni siquiera comprendes la mierda que viví antes de que me compraras y pretendes que sumida en esta vida que me has dado sobreviva a lo que soy. Dime con sinceridad que quieres de mí y no te vayas por las ramas, dame una razón para seguir a tu lado y te juro que hare lo que me pidas pero por favor no me trates como algo que hay que reparar porque estoy jodida hasta los huesos y nadie ni tu podrá cambiar lo que soy -
-es algo difícil de explicar Sofía, tu jamás entenderías...solo quiero que estés aquí conmigo –fue algo estúpido de decir ante las palabras tan llenas de verdad de Sofía, pero esto era lo que ella era para él...Sofía era algo que jamás se podría explicar. Sofía se exaspero ante esa respuesta, para él solo tenía respuestas a medias cuando se trataba de ella.
-pues bien si no sabes  que es lo que quiere de mi yo seré clara contigo. Quiero recuperar mi vida o lo que queda de ella y si el problema es el dinero que pago por mí te lo devolveré hasta el último penique –era algo osado de decir pero vendería su alma al diablo por volver al lado de su familia y no permanecer al lado de Alexander como un objeto de contemplación  –pero  no estoy dispuesta a seguir a tu lado como si fuera un objeto –hizo audible su deseo –fuiste  claro y me dijiste que jamás me tratarías como uno de ellos y créeme que no estás lejos de ser como Raoul –eran duras sus palabras y Alexander jamás seria como ese monstruo pero Sofía no pensaba con claridad cuando quería aferrarse con uñas y dientes a una leve luz que le devolviera su libertad –quiero  ver  a Ben, quiero que el cuide de mi mientras me recuperoal escuchar las palabras de Sofía sintió un puñal que se le clavaba en el pecho, él no era como ese bastardo, él jamás la trataría como un objeto o algo parecido.
-¿crees que te tengo acá por la miseria que pague para que estuvieras a mi lado? pues debes tener muy claro que me importa una mierda ese dinero que pague por ti en esa maldita subasta. ¿Quieres hablar con el doctor Gramm?  Porque eso es para ti, su apellido es Gramm ¿me has entendido? y no quiero que lo llames por su nombre; Sofía no me provoques –Alexander estaba perdiendo los estribos –no  sabes lo mucho que he cedido por ti pero no te quieras aprovechar de las concesiones que he hecho contigo. No lo veras hasta las sesiones acordadas, puedes rabiar todo lo que te dé la gana y seguirás a mi lado porque yo lo digo y no vuelvas a compararme mucho menos con el bastardo  que te convirtió en lo que ahora eres–
Sofía lo miro desconcertada, ¿cómo podía comportarse de esa manera? él no la quería, ¿por qué era tan egoísta y no la dejaba ir?  Y lo peor era el tono en el que le hablaba, perfecto ahora el perdía los estribos cuando ella le había confesado lo único que deseaba con todo su ser, para ella no era más que un hipócrita porque le había prometido lo que jamás le daría <<su libertad>>
-Sí, amo -
Cuando Alexander  la escucho, la tomo por las muñecas y la pego a él, estaba cansándose de las majaderías de Sofía, para ella no valía nada de lo que él hacía por ella, para ella era más importante el estúpido psicólogo que él; si para ella él no era más que un monstruo entonces que sentido tenía todo esto, a menos que...
-¿estas enojada por qué me viste y escuchaste follando con mi prometida? –Sofía no quería escuchar sobre esa mujer, era su prometida y ella no era nadie. Esto se trataba de ellos y no tenía por qué traerle a colación   – ¿estas enojada por qué  te trato como te trataría quien te hubiese comprado en esa subasta? –Le soltó las muñecas y la sujeto por las caderas –dime Sofía, contéstame maldita sea ¿quieres que te folle como a mi prometida para que así tengas una razón para permanecer a mi lado? –Alexander tomo su rostro entre sus manos, cerró los ojos cuando sintió cerca de su rostro el aliento de Sofía  y pego su frente con la de ella.
– ¿Qué haces? –fueron las únicas palabras que Sofía
-¡maldición! Sofía eres tan impredecible;  me enloqueces.  Eres rebelde, te gusta provocarme, te escondes en una fachada. Diablos no sé nada cuando se trata de ti –Sofía se sentó en la cama y oculto su rostro entre sus manos, como podía decirle eso cuando era él el que actuaba tan extraño, él era el que la enloquecía
-Sofía sé lo que escuchaste y te juro por mi vida que desde que me viste ese día en el despacho no he vuelto a estar con Kasie, ni con ella, ni con nadie. Esta mañana ella se metió en mi ducha y solo la toque, te lo juro –
Sofía ahora lo miraba estupefacta, él no le mentía, podía dar su vida por eso porque sabía que no había engaño en sus palabras pero ¿por qué le decía todo esto? Ella no le estaba pidiendo explicación alguna. Alexander no sabía por qué le estaba diciendo esto a ella,  pero las palabras habían salido de su boca y ya no había vuelta atrás. Sofía nuevamente se levantó y camino hasta donde Alexander y lo abofeteo como esa mañana.
-pero qué demonios –Alexander se llevó la mano hasta la mejilla que había golpeado Sofía –deja de golpearme Sofía, porque te aseguro que quien se ha atrevido a colocarme un dedo encima no vive para contarlo –Sofía sintió la amenaza latente en las palabras de Alexander pero no se dejó amedrentar
-y tú deja de tratarme como si a mí me importara un comino que folles o no folles con la estúpida de tu prometida –Alexander vio el desafío en las palabras de Sofía, pero que otra cosa podía justificar sus acciones, cuando quiso contestarle su teléfono sonó
-Kasie maldición, tu padre está en la ciudad y a quien llamas para resolver tus mierdas es a mí –con la sola mención del nombre de la prometida de Alexander, Sofía fue hasta el cuarto de baño
-ya voy para allá –escucho decir Sofía.

Alexander se dirigió a unas de las oficinas Scotland Yard, Kasie y sus amigas estaban detenidas por manejar bajo los efectos del alcohol, seguir hablando con Sofía era perder el tiempo. Aun sentía como le ardía la cara de la bofetada
<<Sí que pegas duro mujer>>
Al llegar a la estación, pago la fianza por “su prometida y amigas”
-eres un sol cariño –Kasie no estaba ebria, pero imprudentemente le había cedido el coche a una de sus amigas que si lo estaban
-solo mañana no llegues tarde porque partiré con o sin ti –Kasie hizo un mohín
-si quieres que llegue a la hora déjame pasar la noche en la mansión –Alexander pensó en Sofía y lo enojada que estaba para que él le diera su libertad, estaba celosa eso era todo
-pero dormirás en tu habitación –Kasie despidió a sus amigas y se fue con Alexander en su auto, ya enviarían a alguien por el coche de ella

Cuando llegaron a la mansión Sofía estaba cenando en el jardín. Cuando Kasie se percató que ella estaba ahí, enlazo su mano a la de Alexander.
-vaya y yo que creía que ya te habías ido, lo cual es una lástima –Alexander quiso estudiar la reacción de Sofía así que no se soltó de Kasie y no le pidió que se callara
-lo que es una lástima es que tu prometido aun manteniendo sus planes de boda contigo no pueda vivir sin mí –Sofía le dio otro mordisco al sándwich que tenía en su manos y mantuvo su mirada lejos de ellos
-Alexander a que se refiere con eso –Kasie estaba empezando a enojarse por los comentarios de Sofía
-a que no sé a qué juego estúpido él está jugando pero querida quiere casarse contigo y tenerme a también a su lado para seguir controlándome –quizás después de todo fue mala idea permitir que estas dos mujeres se enfrentaran
-Sofía ya basta, Kasie sabes dónde está tu habitación –Alexander se soltó de Kasie
-yo no me muevo de aquí hasta que no me aclares que es lo que ella quiere decir –
-querida ni yo misma se lo que eso significa porque por mucho que le cuestiono eso, él jamás me habla con claridad –dio otro mordisco a su cena y se mostró despreocupada –por cierto entre él y yo no hay nada, así que no tomes como una amenaza porque entre Alex y yo solo existe una extraña relación del deber –amortiguo una sonrisa al llamarlo de esa manera pero no estaba dispuesta a mostrar otra cara que no fuera la indiferencia
-quiero que se vaya de esta casa –
-bienvenida al club, yo también quiero irme –
-Sofía no se va a ir hasta que no resuelva ciertos problemas que tiene –Alexander hablo en un tono que no admitía protesta
-¿ahora llamas a mi falta de educación por decir siempre lo que pienso un problema? –lo miro con cierta provocación
-sabes bien a que me refiero. Kasie ve a descansar que mañana partimos a primera hora –
-quizás he malinterpretado las cosas amor ¿Sabes que viajare con Alexander a Nueva York? –pregunto dirigiéndose a Sofía
-de hecho me tiene sin cuidado los pormenores de su relación –Sofía se levantó de la mesa, su cena había sido arruinada, que mujer tan estúpida pensó para si
-Sofía a dónde vas, no he terminado de hablar contigo –Sofía se detuvo y giro sobre sus pies para mirarlos
-deberías  ser más persuasiva en la cama querida, para ver si así Alex me deja respirar por un momento –no espero que le dijeran nada más, debía tomar aire lejos de ellos

Ben le había dado un block para pintar y no lo había tocado en lo absoluto, debía distraer su mente y pintar siempre lo conseguía, al menos cuando lo hacía.
<<No te muevas >>
<<Pero bebe >>
<<Nada de peros Marc, no me mires tampoco así>>
Sofía empezó a trazar líneas, se sumergió en el retrato del hombre que amaba y que Raoul le había arrebatado. La vida daba tantas vueltas, Sofía mientras estuvo con Marc creyó firmemente que ella le pertenecía a él, pero era una sujeción que se complació en entregar porque le amaba; luego contra su voluntad Raoul se hizo como su dueño, protegió su mente y sus recuerdos para que él no doblegara su voluntad y salió airosa de aquella lucha. Ahora le pertenecía a otro hombre, a Alexander...

Alexander ignoro las constantes quejas de Kasie en cuanto a Sofía, no podía subir a la alcoba de Sofía porque ella lo botaría.
-¿Dan? –
-que mi hijo me llame un domingo a esta hora de la noche después de casi un mes que no lo hace es realmente interesante –
-lo siento, he estado tan ocupado que me he portado como un crio –
-siempre serás mi niño –Alexander sonrió ante la expresión de Dan –que te sucede hijo –
-puedo ir a verte, mañana viajo a Nueva York –
-viajaste a Francia alrededor de quince días atrás y viajas mañana a Estados Unidos y te parece conveniente hacerme notorio tu viaje ¿Hijo que sucede? –
-no sé qué hacer –
-te espero –

Dan había sido el tutor de Alexander durante su adolescencia, no era su padre pero él asumió ese papel desde que lo adopto. Dan Heigh es el único que conoce el alma de este hombre que se empecina en ocultarla.
-como sabias que estuve en Francia –
-tienes la mejor asistente personal del mundo, no le das el lugar que se merece. Ella se preocupa realmente por ti –Alexander negó con la cabeza, Dan adoraba a Marcie y por mucho tiempo hizo lo posible para que ellos tuvieran una relación, lo que Dan no sabía es que entre ellos había habido más que una relación profesional tiempo atrás
-Dan recuerda que dentro de poco me casare, Kasie no quisiera escucharte hablando así de mi asistente personal –
-¿sabes que me ha estado visitando? Ese duendecillo es desesperante, apenas me tolera pero me visita porque cree que así tu podrías mostrarle más cariño del inexistente que le das –Dan tomo del brazo a Alexander y lo guio hasta el sofá
-viajara conmigo a Nueva York –
-eso es un buen motivo para que quieras hablar con tu padre, no obstante ese no es el motivo por el cual has venido –Dan sabía que a su hijo algo le preocupaba, lo veía en sus ojos
-Gabriel –Alexander se detuvo, quizás no era buena idea que Dan supiera sobre Sofía
-en que lio te metió ese desvergonzado de tu amigo y no me mientas –
-diablos, Dan me haces sentir como cuando tenía 15 años –
-modera tu forma de hablar, nunca dejaras de ser un crio te lo he dicho aunque tengas treinta –
-lo siento. Gabriel fue el motivo por el cual fui a Francia, me llevo a una subasta de esclavas sexuales –
Dan se levantó del sofá, fue por unas copas –sabes perfectamente Alexander que no deberías de haber ido a un lugar como ese –no le ofreció ninguna copa, se tomó ambas de un golpe –que sucedió allá –
-compre a una mujer –
-quiero conocerla –
-Dan... –
-he dicho que la quiero conocer;  ahora regresaras a tu casa, dormirás para que el vuelo no te sea tedioso y en los días que estés ausente me encargare de ella –
-Padre... –
-nada de padre, nada de excusas. No puedes engañarte Alexander, esa mujer no es ella –Dan fue hasta donde Alexander y coloco una mano en su hombre –esa chica no eres tu –

-estaré fuera una semana, cuídala por mí por favor –Dan abrazo a Alexander

-hijo he de estar seguro que la tienes en una burbuja, solo me cerciorare de que no la estés asfixiando

Alexander no se sintió aliviado así que fue a tomar la copa que Dan se había negado a darle, sabiendo que Dan cuidaría de Sofía en su ausencia, al menos era una preocupación menos.
<<Esa mujer no es ella>>
Dan, fue su salvavidas cuando la noche más oscura se cernió sobre su vida...
<<no lo hare, no lo hare>>
<<Sí que lo harás engendro>>
<<no mamá, no...Por favor, mamita por favor>>
Praff, Praff
<<está bien lo hare pero no le pegues, no le pegues mamá>>


-cariño todo está listo para nuestro viaje, no sabes lo ilusionada que estoy con nuestra escapada –Kasie no dejaba de parlotear, estaba emocionada por pasar una semana completa a solas con Alexander
-Kasie te estás oyendo, acaso crees que esto es una luna de miel anticipada. Te recuerdo que para mí será una semana de negocios y tú solo eres el elemento indeseable en todo esto –la noche anterior había sido un mal recuerdo y que Kasie hablara hacía de su día algo peor
-anoche te vieron en Fabric –estaba dispuesta a pasar por alto lo que le había dicho una de sus amigas pero Alexander lograba sacar lo perra de ella
-y que hay con eso, quieres que te de detalles de con quien lo hice y como lo hice –la miro fijamente quería ver como reaccionaba, si ella iba a hacer de su semana un infierno, Alexander no perdería la oportunidad de darle un poco de su propia medicina. Aunque él sabía que anoche no había pasado nada...Sofía lo estaba jodiendo
-te vas a casar conmigo, que crees que diría mi papá de que te follas a cuanta zorra se te cruza en el camino –Kasie quería que Alexander en verdad se interesara en ella, quería sentirse amada por este hombre
-nuevamente con lo mismo, de por Dios Kasie tu follas con tu entrenador y no digo nada –
-alguna vez has pensado en que si lo hago es para que tú te intereses en algo sobre mí, seré tu esposa maldición –la voz le temblaba, ¿esto era cierto?  ¿Estaba tan necesitada de la atención de Alexander?
-Kasie no me interesas en lo absoluto, no te puedo querer...yo no soy capaz de querer a nadie, esto es todo lo que te puedo ofrecer y lo que tu padre pide de mí. Sabes que odio toda esta mierda de los sentimientos, voy a hacer unas llamadas antes de que partamos –
Alexander hablo con Marie y Bernard, les dejo indicaciones en cuanto a Sofía, no quiso despedirse de ella. Ahora a enfrentar lo que lo esperaba al lado de Kasie en Nueva York. Sofía por el contrario seguía pensando en todo lo que había cambiado su vida en el último año, todo terminaba en el torbellino de sentimientos que había provocado Alexander, tenía que ser inteligente era lo único que se le ocurría. Sofía no podía olvidar que si su belleza era la que había provocado todo este sinnúmero de acontecimientos, entonces tenía que empezar a dominarla para su antojo. Sofía decidió que tendría una semana para averiguar quién era Alexander y ver la forma de huir o permanecer a su lado. Para Alexander reunirse con personajes importantes del mercado bursátil no era más que mero trámite y  la razón de que fuera el hombre que era y que merecía el respeto de quienes lo rodeaban.

-tendré varias reuniones durante la semana Kasie, arréglatelas como puedas en mi ausencia –fueron las palabras de Alexander al aterrizar en el aeropuerto internacional John F. Kennedy
-descuida cariño, ocúpate de los negocios que yo me ocupare de hacer que esto funcione para los dos –Kasie le guiño un ojo a Alexander y se preparó a bajar evitando que Alexander le leyera la carta de aterrizaje

Ben llego a la misma hora de siempre y noto que algo le sucedía a Sofía, sabía que Alexander había viajado rumbo a Nueva York y quizás era eso lo que tenía a Sofía tan absorta en sus pensamientos.
-me alegra que hoy por fin tengas el block en tus manos, has dibujado algo que nos pueda servir –
-solo míralo y no me hagas preguntas, sabes que allí estoy plasmando un pasado que no deseo compartir –
-a que le temes Sofía –
-Ben, Raoul me lo quito todo...no dejare que Alexander me quite lo poco que he conseguido –


Sofía empezó a deambular por la enorme mansión, no podía creer que tuviera una sala de cine, la piscina le había encantado pero “una sala de cine” al menos por el tiempo que Alexander estuviera fuera este sería su lugar favorito, bueno después de los jardines. Tantas habitaciones vacías pero preparadas como si alguien las habitase.
-señorita, el padre del señor Alexander ha venido a visitarla –
-venga Bernard le dije que me llamara Sofía. Después de todo el cavernícola de Alexander tiene familia –Bernard no mudo su expresión –vale, vale, dígame donde se encuentra el señor –
Sofía al ver esa presencia tan cálida que llenaba el lugar se sintió sobrecogida, lo contemplo por un momento antes de que él notara su presencia.
-buenas señorita, mucho gusto mi nombre es Dan Heigh –Sofía estrecho la mano que Dan le ofrecía
-el gusto es mío señor, mi nombre es Sofía –Dan le sonrió a la chica asustada que tenía en frente
-por qué algo me dice que estas un poco asustada. No te preocupes solo soy un poco estricto cuando mi hijo sobrepasa los límites –Sofía dejo escapar el aire de sus pulmones, este señor era una buena persona
-creí que la única familia de Alex...digo de Alexander era Gabriel –Dan volvió a sonreír
-ese gandaya solo es una mala influencia en Alexander –Sofía entorno los ojos ¿había escuchado bien?
-bueno permítame decirle que opino lo mismo, esa cicatriz en la cara  dice mucho de él –
-las cicatrices tuyas ¿también lo hacen? –Sofía se sintió desnuda, parecía como si estuviera delante de su padre. Trato de recomponerse ¿a qué cicatrices se refería? No estaba enseñando la espalda ni sus pechos.
-perdón –
-puedo imaginar lo que has pasado, de hecho sino fuera así mi hijo no te tendría acá –
-en aquel lugar no era la única que estuvo a la venta –fue lo único que pudo decir en su defensa
-no, pero eras la única que tenía las mismas cicatrices en el alma como él –Sofía vacilo un poco ¿a qué se refería este hombre?
-no le entiendo –
-no es necesario que lo hagas, solo quiero que sepas que él no es tu enemigo y sea cual sea la imagen que tengas en mente de lo que quieres hacer, como padre del cabeza dura de mi hijo te pido que no le hagas daño porque estaré allí para defenderlo –
Sofía se quedó helada, este hombre ¿Quién era? Sintió como los planes que había trazado en la mañana se expusieran ante los ojos de él, también era la segunda vez que alguien le advertía de hacerle daño a Alexander. Acaso estaban ciegos y no veían que quien podría herirla fuera él.


-esto no es relevante en lo absoluto, compra un vestido de noche y lo cargas a mi cuenta, la limusina te recogerá a eso de las ocho –hablaba Alexander con Kasie como si le estuviera dando órdenes a su secretaria
-viste como si has necesitado de mi –Kasie amaba las fiestas y poder exhibirse de la mano de Alexander en el Hotel Casablanca no hacía más que mejora sus expectativa del viaje
-como digas, no me hagas esperar –Alexander salió de la habitación de Kasie, debía reunirse con unos empresario taiwaneses en media hora

En Londres todo parecía marchar en la absoluta normalidad, hacía cuatro días que Alexander había viajado y Sofía sin proponérselo había conseguido que Marie le contara muchos detalles de Alexander que la tenían muy desconcertada. Sofía no sabía si confiar en lo que hablaba Marie con tanta veneración o sopesar cada palabra que había cruzado con Alexander antes de que él partiera a su viaje de negocios y distracción con su “prometida”
-usted debe ser alguien muy especial para el señor –
Otra más que piensa que soy especial para ese estúpido
-el joven Alexander ha sufrido mucho en esta vida señorita y usted ha traído color al blanco y negro de sus días –
Sabrá esta señora de lo que me está hablando, vamos no solo era su padre sino también esta mujer que hacía alusión a lo mismo
-solo sé que se preocupa demasiado por usted, llama tres veces al día preguntando y la orden es que la complazcamos en todo –
Que se supone que haga, esta señora y sus intentos fallidos de ensalzar a Alexander  me tienen sin cuidado
 -todo puede cambiar, lo sabe ¿verdad? –
Sofía quería aferrarse a esas palabras pero no podía olvidar que ella solo estaba allí como...realmente no sabía que hacia ella allí. Marie la dejo sola con sus pensamientos; las sesiones con Ben habían sido un completo fracaso, solo eran llegar a la primera golpiza que le había propinado Raoul y cualquier esperanza moría.

Kasie lucía un vestido verde esmeralda strapless largo con un precioso diseño de pedrería que realzaba sus senos operados hacía más de un año, cuando la limusina se abrió para ella no esperaba ver en su interior a Alexander
-no creí que estarías aquí –dijo sorprendida Kasie
-bueno, tampoco esperaba que vinieras conmigo en este viaje y aquí estas –
Kasie guardo silencio, ver a Alexander vestir un lustroso esmoquin no podía pensar en otra cosa más que desnudarse delante de él y que la follara hasta que sus piernas le fallaran, así que no quiso entrar en una discusión ridícula donde él siempre ganaría.
Cuando arribaron al hotel Casablanca, Alexander se mostró como el caballero que aparentaba ser en público cuando estaba junto a ella, le tendió la mano y la ayudo a bajar. Flashes engalanaron su salida de la limusina. Kasie esbozo su sonrisa de fiestas y cocteles y le susurro a Alexander
-no me has dicho si me veo hermosa –Alexander no pudo evitar reír, Kasie no necesitaba de su opinión para elevar su ego
-tanto que quizás te regale un buen polvo en alguna cabina de servicio cercana –era solo un chiste, no estaba dispuesto a follar con ella
Lo que había sido una broma personal fue capturado por las cámaras del lugar y cualquiera podía pensar que era el intercambio de secretos de unos amantes que pronto contraerían nupcias. Kasie no dejo de sonreír,  esperaba esa respuesta de Alexander pero tampoco le iba a dar el gusto de arruinarle la noche.

Sofía ya había obtenido demasiada información de Marie sin haberla solicitado, pero debía observar sus ventajas y empezar a tramar un certero plan que la ayudara a salir lo menos lastimada posible.
-Marie, usted cree que puedo utilizar un ordenador
-usted puede utilizar lo que quiera, recuerde que el señor ha dispuesto de todo para usted. En el estudio hay un ordenador de mesa que realmente el señor nunca utiliza, siempre he creído que lo tiene de lujo. El señor se limita a utilizar otros dispositivos personales –
-gracias Marie


-has conseguido el vestido de novia que quieres –
Fueron las palabras de Alexander mientras alejaba las manos de Kasie de su bragueta
-si te quedas a dormir conmigo te contare todos los detalles de nuestra boda – dijo tentadoramente Kasie, aunque ya sabía la respuesta
-eso quiere decir que todo se lleva de acuerdo a los planes, hoy no me veras en el resto del día. Tengo unas juntas que me quitaran demasiado tiempo –
Alexander siguió hasta su habitación para dormir un par de horas antes de que amaneciera y viera si  era posible de una vez por todas cerrar el negocio con los taiwaneses, extrañaba demasiado a Sofía y ya ni siquiera el sexo con Kasie lo distraía en lo más mínimo.

Sofía se puso al día con el mundo, no podía creer que hubiese pasado tanto en el último año. “El atentado a Boston tras la maratón” “la guerra civil en Turquía”  “la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez” “las falsas noticias de la supuesta muerta de Nelson Mandela”
-vaya no me extraña que mañana cuando despierte el presidente Barack Obama se divorcie de Michelle Obama –bromeo
Ahora entraba en un terreno personal...su desaparición. Los diarios la declaraban muerta, leyó las declaraciones de sus padres entregadas a los periódicos y no pudo evitar llorar durante un buen rato, su madre lucia desmejorada y su padre ahora se veía de más edad. No podría llamarlos, no sabía cómo reaccionaría Alexander y no podía prever si ponerse en contacto con ellos traería problemas para él, no faltaba mucho para que regresara y le pediría que la ayudara a hablar con sus padres no importaba lo que tuviese que hacer.
Después de haberse recuperado de la impresión de saber lo devastada que estaba su familia, se dedicó a buscar sobre Alexander y su “prometida”
Lo más reciente que apareció fue la portada de la revista de cotilleos donde mostraban a una pareja sonriente, tomados del brazo y hablando secretamente de algo muy personal, las lágrimas que había logrado secar  tras leer acerca de su familia ahora eran historia con la portada de esta revista. Rio fuerte, de hecho se dobló del esfuerzo.
-solo te conozco hace tres semanas Alex y sé que le decías algún insulto a tu prometida -
Has cambiado Sofía pero aun en el fondo eres la misma chica llena de vida que te condujo a toda esta mierda
Se recordó a sí misma, pero que más daba. Su futuro era incierto y no tenía muchas posibilidades a las cuales aferrarse.
Alexander había previsto una semana para cerrar negocios pendientes y buscar nuevos mercados en los cuales invertir, pero en la industria todo era incierto  y las cosas habían salido mejor de lo que esperaba. Hablar con Marie sobre Sofía no era lo mismo, que poder verla cada mañana al despertar, aspirar su aroma o sentir su presencia. No importaba que ella solo estuviera haciendo un papel, la necesitaba y eso no lo podía cambiar.
-estás loco Alexander pero sin son las seis de la tarde, porque no esperamos para viajar mañana. Te recuerdo que tenías planes de permanecer una semana aquí en Nueva York –
-no te estoy preguntando si estás de acuerdo sobre volar esta noche, solo te estoy informando que arregle todo para regresar cuanto antes a Londres, si te quieres quedar no hay problema; pagare los días que desees quedarte y te comprare el tiquete para cuando planees regresar –
-la idea era que estuviéramos juntos –
-como digas, a las cinco  te espero en lobby del hotel –

Alexander bajo a la joyería del hotel, era estúpida la actitud que estaba tomando, pero no quería regresar y no llevarle nada a Sofía. Para Alexander era un detalle sin importancia, según él es como si le regalara algo a Kasie, igual por ninguna de las dos sentía nada...Sofía solo era como un mapa inexplorable que lo tenía en ascuas y cuanto antes pudiera saciar la sed de ella, seguramente volvería a ser el de antes y vería la forma de que ella desapareciera de su vida.


Era pasada la medianoche, ya era sábado en la madrugada. Londres tenía un cielo despejado pero no dejaba de ser una noche  otoñal muy fría. Envió a Kasie con su chofer personal y tomo un taxi directo a Heath Hall.

Alexander subió directamente a la habitación de Sofía. Cuando entro en la habitación la observo mientras dormía, sonrió a  ella le era difícil dormir. Era su belleza salvaje la que lo tenía endemoniadamente loco...la deseó desde el primer momento en que la vio. Estaba usando una pequeña batola que exhibía sus hermosas piernas, era una mujer que exudaba sensualidad pero a la vez lucia tan inocente
“Su belleza es su mejor arma”
A la mente de Alexander llegaron las palabras de Andrea el día de la subasta y no se había equivocado en su descripción...su esencia era  como el canto de una sirena, sus cabellos negros como la noche le daban un ímpetu de mujer soberbia...ella era de él al menos mientras se recuperaba.
Alexander sonrió por el hecho de que no estuviese cubierta por sabanas a pesar de ser una noche muy fría, se acercó cautelosamente a su cuerpo inerte. Se maldijo por el hecho de estar tan duro con solo observarla. Se sentó en el borde de la cama.
-¿Por qué cierras los ojos si no estás durmiendo? –
-vale, soy una mala actriz –
-ya no estas enojada conmigo –
-con las visitas de tu padre y las terapias te diré que he tirado por la borda mis planes y solo me dedicare a vivir lo que me queda de tiempo junto a ti –
-Dan es un buen hombre –
-no sabes todo el esfuerzo que me tomaba no decir una mala palabra o contestarle cínicamente. Ese señor me recuerda a mi padre –Sofía tembló –te lo juro sentía como si me viera por dentro –Alexander sonrió en concordancia con lo que decía Sofía, era verdad. Dan tenía ese efecto en las personas. Alexander recorrió las profundas ojeras de Sofía
-si no haces un esfuerzo por dormir me veré en la tarea de decirle a Ben que te medique –
-no tomare ningún medicamente de una vez te lo advierto –Sofía empezaba a ponerse de mal humor
-entonces que haga algo para que puedas dormir –
-cuando duermes conmigo lo hago –
-pero eso es un paliativo, no es una cura a tus pesadillas –alguien tocaba a la puerta -¿Quién demonios toca a esta hora en tu habitación –
-no creo que Bernard quiera meterse bajo mis sabanas –intento bromear Sofía pero Alexander la fulmino con la mirada –vale, entonces ve a ver quién toca –
Alexander fue a abrir, cuando vio de pie a Gabriel -¿Qué haces tú acá? –miro a Sofía quien puso los ojos en  blanco
-a mí no me mires así, en tu ausencia las únicas visitas que tuve fueron las de Ben y las de tu padre y no fueron aquí, pedazo de idiota –Sofía se cubrió con las sabanas, Gabriel no le caía para nada bien
-no contestabas el maldito celular –fueron las palabras de Gabriel
-que sucede –Alexander olvido la frustración del momento y se preocupó al ver la desesperación de su amigo
-esa mujer  es americana, vinculada con la Unicef y como si fuera poco la están buscando por cielo y tierra –Alexander miro hacia  Sofía
-¿quiénes la están buscando? –
-obvio que las autoridades americanas y...Raoul. Kostya cualquiera de las partes que te encuentre te hará pagar a su manera
-déjame eso a mí. Vuelve tranquilo a tu casa, gracias por preocuparte por mí pero esto es mi asunto –Gabriel intento decir algo más pero Alexander lo despidió.
-Alexander no quiero que Raoul te haga daño –Sofía no podía explicar cuanto le afectaba que Raoul le hiciera daño a él, no podía permitir que otro inocente pagara por ella –en cuanto a las autoridades no podrán hacerte nada porque mi testimonio sería suficiente –
-¿Quién eres Sofía? –
-podemos solo dormir lo que queda de la noche –Sofía palmeo el lugar junto a ella


-se puede saber qué haces un sábado por la mañana en mi casa –Alexander se exaspero al ver a Ben en la sala
-creí que llegarías el lunes –
-no has respondido mi pregunta –
-hoy quiero trabajar la hipnosis con Sofía y hemos tenido unos avances significativos estos días. Alexander, en vista de que no es el dinero que pagas por mis sesiones no vi problema alguno en tratar a Sofía también fuera del tiempo previsto –
-mi confianza en tu profesionalidad se está agotando –
-y tus estúpidos celos no harán nada en favor de ella. Es perfecto que estés aquí, hoy no la dejare fallar y llegaremos hasta lo último de las consecuencias –
-no sé a qué te refieres con esto pero no me gusta para nada como suena –
-llama a Sofía, lo sabrás –
Bernard fue por Sofía a su habitación, mientras que en la planta baja Ben le explicaba en qué consistía lo que trabajaría con ella.
-bueno, ya está aquí –Sofía camino hasta donde Alexander y él le coloco su brazo alrededor de la cintura y Ben sacudió la cabeza
-Sofía hoy quizás será más difícil que todos los días pero ya has avanzado demasiado como para que nos detengamos en este punto y Alexander recuerda que escuches lo que escuches no podrás intervenir –
Sofía se acostó en el chaise longue de la instancia, Ben comenzó a contar. Ya no estaban en la sala de la casa de Alexander, ahora Sofía estaba sobre una mesa conectada a una extraña máquina y Raoul le ordenaba que se corriera...
Alexander contemplo horrorizado como Sofía se estremecía y lloraba, que era lo que podría estar recordando, quería exigirle a Ben que parase pero las indicaciones habían sido dadas...no podía intervenir...
-para Raoul, para por favor –grito con desesperación Sofía, Alexander miro a Ben quien no estaba sorprendido por lo que decía Sofía –amo por favor, no lo vuelvo a hacer –gimió con dolor Sofía –
-sácala de ese trance Ben...sácala maldición, no ves que está sufriendo demasiado. Me importa una mierda si no vuelve a hablar pero no quiero que esté sufriendo de esta manera –los ojos de Alexander ya no veían a Sofía veía al bastardo que le daba drogas a su madre, ya no escuchaba la voz de Sofía se escuchaba a él mismo suplicar
-para por favor para –
-no me toques –
-seré un niño bueno –
-no le diré a mamá pero no me hagas volver a chuparte...por favor –

Alexander se reclina contra la pared más cercana, respira entrecortadamente, debe recordarse que todo paso hace mucho tiempo y ese bastardo está pagando como se merece lo que le hizo, la puta de su madre no puede hacerle daño nunca más...Sofía, su imagen viene a su cabeza y hace todo más fácil...Sofía...Alexander recuerda en donde se encuentra y escucha su voz desesperada y llena de dolor
-maldición Ben, sácala de esa mierda o te juro que no saldrás con vida de mi casa sino consigues  que se calme –
Ben parece no escucharle y en parte es bueno porque seguramente no se dio cuenta del laxus que acababa de vivir con su pasado. Pero ahora le preocupa Sofía, cuando intenta acercarse a ella, Ben se lo impide y con solo volver a contar Sofía vuelve en sí...
Sofía abraza sus piernas, solloza contra sus rodillas, ellos saben lo que Raoul le hizo. No quiere su lastima ni su compasión.
-Sofía te daré tiempo de que te repongas para que hablemos de ello –Sofía mira a Ben tratando de mostrarse impasible, pero su rostro es una estela de dolor. Es como si sintiera sus heridas en carne viva, como si Raoul la volviera a azotar.
-ya has hurgado suficiente en mi cabeza Ben, ahora vete –inspira tortuosamente –no quiero hablar de nada –
-Sofía... –
-ya la has escuchado Ben, regresa hasta que ella quiera hablar sobre esto –Ben asintió, Sofía hablaría hasta que estuviera en posesión de sus emociones
Sofía se levantó  y camino directo a las escaleras, Alexander le siguió pero ella se giró para mirarle –lo mismo va para ti Alexander, no quiero hablar de esto y menos contigo –Alexander quiso protestar su decisión pero Sofía se lo impidió

 Publicación del proximo capitulo, lunes 19 de agosto. besos de colores gente hermosa



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4 comentarios:

Jelly S. Reynoso dijo...

MUDA ASI ME QUEDE MUDA!!!!! solo puedo decirte q ES UNA TORTURA ESPERAR AL SIGUIENTE CAPITULO !!!! ME ENCANTA

Unknown dijo...

jejeje Jelly, cada dia descubriremos nuevas cosas, gracias por tu apoyo, besos de colores preciosa

Gladymar dijo...

Hay Dios mioooooo, como me dejas asiiiiiii..... Me encantaaaaaa!!!
Diosssss que sea lunes yaaaa!!!

Besotes !!!

Unknown dijo...

;) de eso se trata de crear expectativas, gracias Gladymar por tu apoyo, hasta el lunes con un nuevo capitulo, besos de colores

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