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CAPITULO IV - LA GRAN SUBASTA


CHOQUE DE TRENES



aún faltan tres meses Rainer, cualquiera cosa puede pasar –Alexander permaneció de pie, no quería que Petrov permaneciera mucho tiempo en su casa, menos con Sofía aquí
-solo la muerte podría impedirlo Alexander, solo la muerte o estás pensando en plantar a mi hija y así de esa manera si podría matarte –Rainer miro a través de  la ventana que daba a la fuente de la entrada principal. Alexander medito en esas palabras y no dudo en que él lo mataría si desistía de su compromiso con Kasie, pero ¿a qué venia eso? Él se iba a casar con ella y nada ni nadie iba impedirlo.
-a que has venido, durante semanas no te habías comunicado conmigo –trato de encaminar la conversación a otros rumbos
-solo quería saber si las cosas seguían como siempre –corto de tajo Rainer, por la mente de Alexander habían imágenes de Sofía ¿será que él se había enterado? Lo dudo porque esos hombres allí reunidos eran enemigos de él y nadie podía haberle contado nada.
-que te hace pensar que las cosas han cambiado –disimulo su creciente desconfianza, siempre había sido un hombre seguro de sí mismo, pero ahora las cosas cambiaban; de solo pensar en Sofía su corazón desfallecía, no permitiría que nadie le hiciera daño. Pero en contra de todo o de lo que pudiera sentir, Alexander tampoco desistiría de sus planes de boda.
-solo me cercioro que mis negocios marchan sobre ruedas, eres mi predilecto Alexander pero mi hija me importa más, sabes que te destruiría con solo quererlo. Ahora me voy tranquilo...sigues siendo él mismo de siempre, cauto y reservado y sé que jamás me fallaras –Alexander se relajó un poco no había venido por nada malo evidentemente y él se estaba comportando como un maldito crio que se cree pillado en una travesura

Sofía se estaba aburriendo sola en esa habitación, era demasiado grande y quería hablar con Alexander, pero él no había venido a verla. Sofía se preguntó por qué se había molestado cuando ella en sueños menciono a Marc; que más daba, él era dueño de su cuerpo no de sus recuerdos.

Alexander seguía pensando en Rainer, era peligroso no lo dudaba pero él era un pesadilla mucho más grande y se había encargado de que todo el mundo así lo constatara. Antes no le había pasado por la cabeza sentir peligro por su vida, pero las cosas ahora cambiaban porque el sabia de sobra que su creciente temor se debía a la mujer que había adquirido en Francia. Su prioridad era tener posesión de las empresas de Rainer gracias a su matrimonio con Kasie de eso no podía dudar. Coloco con fuerza en el  escritorio la copa de whisky que tenía en sus manos. La seguridad y el sentirse en ventajas sobre sus enemigos era lo que lo sustentaba pero este creciente desasosiego lo atormentaba.
-valla querido al parecer no estas de humor –una voz aguda interrumpió su silencio, Alexander la miro con desgana lo último que quería era verle la cara a Kasie
-¿a qué has venido?, ¿te he llamado acaso?  No puedes simplemente dedicarte a organizar toda esa mierda de bodas que hacen ustedes las mujeres –ahora estaba verdaderamente cabreado
-uff, que te tiene tan de mal humor querido...no te preocupes sé cómo solucionar esto –Kasie sabía de sobra que en momentos de estrés o furia Alexander se desahogaba teniendo sexo y esa parte realmente le encantaba a ella. Empezó a desnudarse y caminar hacia él
-maldita sea Kasie!!! No te puedes sencillamente largar cuando te lo pido –Alexander quería arrastrarla por los cabellos lejos de su presencia, en verdad la despreciaba y no estaba de humor para soportarla. Antes que el pensara otra cosa, Kasie se colocó sobre el escritorio abriéndose para él. Alexander la contemplo pero no fue a Kasie quien vio sino a Sofía sobre la mesa en la habitación de aquel hotel. Sacudió de su mente los recuerdos y se concentró en la mujer que tenía al frente.
-vamos cariño solo será un polvo rápido y veras como te tranquilizas, después me iré si así lo quieres, pero antes follame que me has tenido en ayunas durante dos días y de paso te podría perdonar por haberte estado revolcando con quien sabe que zorra francesa –dijo astutamente Kasie, se tendió sobre el escritorio y abrió aún más las piernas provocando a Alexander
Alexander miro a Kasie tratando de buscar algo remotamente interesante en ella, pero no lo hallo; ella no era como Sofía, después de todo ¿Quién era Sofía? La había comprado, sí pero eso no anulaba la idea que ella jamás seria de él como lo era Kasie. A la mente de Alexander vino el nombre que había mencionado Sofía en sueños, por un momento muy insignificante el deseo que ella lo llamara en sueños. Miro con dureza nuevamente a Kasie, ella era real, ella era suya así medio Londres se la follara cuando él no la quería. Recordó como de duro estaba esa noche en el hotel cuando Sofía se froto sobre él o como por un momento cuando en el restaurante ella simulaba un orgasmo y él deseo que fuera real y que fuera él quien se lo provocaba. Trazo la curva de las pantorrillas de Kasie, solo tenía que volver a la rutina de su vida y esta era la oportunidad.
Sofía no aguanto más, se levantó de la cama y decidió ir a buscar a Alexander...recorrió el enorme pasillo y bajo unas escaleras hasta una planta inferior, se detuvo ante una gran puerta que estaba entreabierta y de esa habitación podía escuchar como una mujer gemía. Vacilo por un momento pero más pudo la curiosidad.

Alexander casi llegando al clímax levanto la vista, cuando vio a una petrificada mujer. Se sintió avergonzado, allí de pie, Sofía  veía como él se follaba a otra mujer, quiso alejarse de Kasie pero ella llegaba al orgasmo y presiono más fuerte contra él.
-Oh Alexander, cada día te superas más –decía entre gemidos Kasie
Sofía no pudo moverse, se concentró en mirar fijamente a los ojos de Alexander
Valla, así que esa es tu prometida
Sofía enarco una ceja, ladeo una sonrisa suspicaz y se dio vuelta. Kasie no se percató de su presencia pero Alexander no podía seguir dentro de ella, simplemente no podía.
-se puede saber qué te pasa, por qué no  llegaste –pregunto Kasie aun excitada por el orgasmo que acababa de tener
-no me pasa nada –Alexander estaba aún más furioso que antes, se acomodó –ahora ya tienes lo que querías, vístete y largarte de mi casa –
-tienes toda la razón ya tengo lo que quería, me voy pero cariño empieza a practicar porque dentro de tres meses está también será mi casa –intento besarlo pero Alexander se lo impidió, se vistió y salió del despacho.
Sofía empezó a deambular por la casa cuando quedo frente a una piscina, soltó un silbido, esto era demasiado de asimilar

Bueno querido mientras tú sigues follando con tu prometida creo que me daré un pequeño chapuzón

Era consiente que no tenía ningún bañador a la mano, pero estaba decidida a bañarse y ya que estaba tan acostumbrada a estar desnuda no lo pensó dos veces y se desnudó para entrar a la piscina. Alexander estrello sus puños contra la pared de la ducha, mientras luchaba por quitarse el aroma de Kasie de su cuerpo, quería que el agua borrara la imagen de Sofía viéndolo follar a Kasie.
Kasie miro el celular, ninguna llamada para armar un plan. Dejo el bolso en la mesa cercana y se dirigió a la piscina; nadaría un rato mientras salía algún plan. Cruzo el arco de la entrada cuando se quedó helada ante la imagen que estaba viendo. Una mujer completamente desnuda cruzaba la piscina como una autentica profesional en el campo. Kasie apretó los puños, del servicio no podía ser porque Alexander jamás permitía ese tipo de confianzas. Alexander salió de la habitación para ir a hablar con Sofía y esperar quien sabe que cosas le tuviera que decir; entro pero hallo una habitación completamente vacía. Empezó a caminar por los alrededores, seguramente alguno tuvo que haberla visto.
-¿Quién eres? – ¿esa era la voz de Kasie? Alexander camino hacia donde creyó escucharla
Sofía detiene las brazadas y nada hasta el borde de la piscina lejos de Kasie, se mantiene flotando y le regala una sonrisa depredadora, consciente de que está completamente desnuda Su mente empieza a trabajar y no duda en joder un buen rato con los celos de Kasie. Alexander contempla desde la entrada a una Sofía desnuda en clara posición de desafío a su prometida y una Kasie con el instinto asesino a flor de piel. Sofía ve que Alexander acaba de llegar y el show puede comenzar, sale de la piscina y toma su ropa.
-quien puede contestar eso mejor que nadie es Alex –Kasie retrocede ¿ella ha llamado a su prometido Alex?
-Sofía vístete y espera en tu habitación –no necesita que estas dos mujeres hagan una escena, Sofía por capricho y Kasie por celos
-quien es esta puta Alexander y ¿Por qué dejas que te llame de esa manera? –
-ten cuidado de la forma en que te expresas de ella Kasie –Sofía no intenta vestirse, ahora camina junto a una petrificada Kasie ante el comentario venenoso de Alexander
-yo que tú le haría caso porque a uno que por menos me llamo lo amenazó de muerte, aunque claro tú debes de saber cómo opera Alex, igual es tu prometido –no espera la respuesta de ninguno de los dos y camina hacia su habitación con una sonrisa en la cara, no le importa si Alexander la regaña después; total ya consiguió lo que quería

-¿te estas tirando a esa zorra? ¿Cómo así que ella tiene una habitación aquí? ¿Por qué la dejas caminar desnuda por la casa? ¿y que son esas cicatrices tan asquerosas que tiene en el cuerpo? –Alexander contempla la situación pero a él le da igual lo que Kasie piense, ahora con quien debe hablar es con Sofía, no le hace gracia que Kasie se refiera de esa manera a las cicatrices de Sofía, no cuando ella no se avergüenza de las mismas.
-para tu tranquilidad no me llevo a la cama a Sofía, aunque no te aseguro que mantenga esa decisión con una mujer caliente como ella –Kasie levanta una mano para abofetearlo pero él la detiene –ten cuidado Kasie, nunca se te ocurra volver a pensar que puedes levantarme la mano y te baste o no Sofía está aquí como mi invitada y puede andar por ahí como se le dé la gana. Ahora si mal no recuerdo  creí que ya te ibas –
-Alexander ten cuidado porque nadie me quita lo que es mío –Alexander se burla de lo estúpida que resulta Kasie
-no soy tuyo, recuérdalo para que no tengas que recoger a pedazos la poca dignidad que te queda –Kasie lo mira con dureza, el corazón palpitante a través de su piel. Sabe que batallas puede luchar y con Alexander nunca podrá ganar una, sale sin decir nada más ya tendrá tiempo de hablar con esa puta que ahora entretiene a su prometido.

Alexander se detiene frente a la puerta de la habitación de Sofía ¿Qué le va a decir? Ciertamente disfruta de cada cosa que ella hace por muy problemático que resulte luego para él como la escena de la piscina, pero que le den si por verla llena de vida como lo ha estado desde ayer no haría cualquier cosa por ella.
-si me vas a regañar por lo que pasó allá debajo de una vez te advierto que yo no sabía que ella iba a estar ahí para verme mientras nadaba –
-lo único que tengo para decirte es que no quiero que nades o que andes desnuda por ahí, porque Bernard no es el único hombre que anda por la casa –Alexander camina hasta la ventana, eso no era lo que tenía previsto de decirle, cada día se comporta peor que un novio celoso, maldice por si quiera pensar en él como un novio celoso
-¿la quieres Alexander? –Sofía esta intrigada, él es firme en la decisión de casarse con esa mujer, pero ella percibe como incluso está por encima de Kasie que es su prometida
-me voy a casar con ella –para que necesita quererla si es la mujer con la que se casara
-eso no responde a mi pregunta –
-Sofía que son los sentimientos sino más que una pérdida de tiempo, me voy a casar con ella dentro de tres meses y primero cae el dominio yankee en el mundo que mi decisión de casarme con mi prometida –
-cómo puedes casarte con una mujer que no amas –
-pequeña –Alexander camina hasta donde Sofía y le acaricia tiernamente, Sofía no paso por alto que la había llamado pequeña pero le resto importancia –es posible que detrás de esa mascara haya una dulce mujer que cree en las cursilerías del amor al estilo Jane Austen –Sofía aparto la tierna caricia y se alejó de aquel enigmático hombre
-¿acaso nunca has amado? En mí ya no hay nada de dulce Alexander, solo creo en lo que veo y creo que el amor es posible; mis padres se aman como si el tiempo nunca hubiese herido sus corazones y yo también creo que en algún lugar alguien podrá amar a este fantasma de mujer –Sofía lo mira con decisión, Alexander no duda en cada palabra que ella le profiere –claro si a su majestad algún día le apetece darme mi libertad –la Sofía borde estaba de regreso
-¿ahora soy tu majestad? No sé si sentirme halagado o insultado Sofía. ¿Tus padres viven? Eres dueña de tu libertad, haz con ella lo que quieras nunca he querido retenerte por la fuerza, solo que creo conveniente que me necesitas por el momento para saber que harás con tu vida –
-es obvio que tengo padres, acaso crees que nací siendo una puta sin alguien que velara por ella  –la mandíbula de Alexander se tensa y sus ojos arden
-¿Por qué es tan fácil para ti referirte de esa manera hacia tu persona? –
-vale, esto se está colocando muy emocional mejor será que dejemos esto así como esta y si mi libertad me perteneciera no ejercieras ese poder controlado sobre mi “no andes desnudas” “no la trates así” “mantente alejado de ella” –
-solo te protejo –Sofía ignoro a Alexander y camino hasta el balcón de su habitación y se sentó mirando al vacío, no queriendo pensar en nada menos en su nuevo protector que ahora también era un hombre comprometido con quien sabe que víbora venenosa –no me dejes con la palabra en la boca Sofía –
-no quiero seguir hablando, creo que estoy en mi libertad de decidir si quiero seguir hablando contigo o no –Alexander abandona la habitación de Sofía, ella en ningún momento insinuó lo que vio en el despacho y por ahora eso es suficiente.



Sofía fue llamada para que acompañara a Alexander a cenar, parecía surrealista todo en aquella mansión. Cuando fue guiada hasta el salón que indicaba era el comedor, Alexander esperaba a Sofía con una gran cena servida.
-puedo comer en la habitación –Sofía soltó de una y Alexander la miro con pasividad...paciencia Alexander, paciencia
-puedes hacer lo que quieras, pero hoy me apetece que cenes conmigo. Sofía toma asiento, aun no nos conocemos lo suficiente –Sofía no tuvo de otra más que sentarse junto a él en la silla que le ofreció Bernard
-este hombre ni siquiera es capaz de mirarme y se comporta como si fuera un robot –Alexander tomo la mano de Sofía y la beso, le regalo un pequeña sonrisa
-Bernard y ninguno del servicio tiene permitido confraternizar con mis invitados, él solo hace su trabajo para el cual le pago –
-bueno eso lo tendrán que cambiar conmigo, porque no soy tu invitada y técnicamente soy como una más del servicio –Alexander soltó secamente la mano de Sofía
-Bernard déjeme a solas con la señorita –en ningún momento dejo de mirar a los ojos de Sofía, cuando se percató que Bernard los había dejado solos se dirigió a Sofía –no eres parte del servicio de esta casa y no estas a mis servicios, creo que fui claro cuando te dije que la única dueña de tu vida eras tú misma –
-todo sería más sencillo entre tú y yo si no hubieses pagado esa absurda cantidad de dinero por mí –Sofía sentí como su sangre empezaba a bullir –demonios Alexander dime cómo quieres que actué cuando pagaste cinco millones de libras por mí, nadie en su sano juicio pagaría tanto por una mujer que no vale nada como yo –Alexander quien había tomado unos cubiertos momentos antes, los tiro con violencia y se levantó de la mesa
-eso deberías de descubrirlo tú misma. Ahora si la señorita ha dejado toda esa mierda de la autocompasión aun lado le instaría a que comiera algo, no quiero que mientras este bajo mi protección  se vea desatendida –sin decir nada más deja a Sofía sola en el gran comedor y con la incertidumbre dibujada en su rostro

Sofía en su peor estado de ánimo imito a Alexander y sin probar nada en lo absoluto se dirigió a su habitación. Durante el tiempo que permanecieran juntos, esto no iba a pintar nada bien; Alexander no estaba acostumbrado a que una persona mostrara tanta tozudez a sus órdenes y Sofía no era la mejor exponente de acatar las reglas.
Por la mañana unos suaves toques se escucharon a través de la puerta de la habitación que ocupaba Sofía, como era costumbre no pudo dormir en lo absoluto así que solamente abrió la puerta para encontrarse con una mujer mayor que sostenía una bandeja.
-buenos días señorita, el señor Heigh ha ordenado que le trajeran el desayuno hasta su habitación –tanta formalidad estaba enloqueciendo a Sofía
-mi nombre es Sofía, me importa el trato que ustedes tengan con el “señor Heigh”. ¿Le importaría solo tratarme como si fueran una persona normal de carne y hueso? –Sofía vio como la mujer se sonrojaba y vio como en sus ojos había incomodidad
-señorita agradezco su confianza pero el señor es muy estricto con las formalidades –
-pues bien, si usted quiere seguir en ese plan llévese esas bandejas no soy una princesa y no vivo en el castillo de Buckingham para que ustedes me traten como si fuera una tacita de oro –la mujer se tensó y la atribulación se marcaba en sus facciones
-señorita si el señor se entera que no quiso comer nada como anoche se enojara demasiado, si me está brindando su confianza entonces me la tomare  esta única vez para advertirle que no haga enojar al señor, él no se lo toma muy bien cuando alguien no le obedece –Sofía soltó un bufido
-me puede decir donde esta ese hombre de las cavernas en estos momentos –Sofía era testaruda pero no tonta, a quien debería de decirle todo esto era a Alexander no a la pobre mujer que a flor de piel se veía cuanto temía a la furia de él
-señorita, el señor ya salió para la oficina –
-perfecto, como le dije llévese la bandeja cuando tenga hambre bajara a la cocina a prepararme algo –
-señorita... –Sofía no le dejo terminar, le abrió la puerta para que captara el mensaje y la señora obediente abandono la habitación



Una mujer regordeta entro a la habitación, Sofía no comprendía quien podría ser la mujer. Ella le indico que era de parte de Alexander y que sería la encargada de tomarla las medidas para llenar su armario con ropas nuevas.
-el señor Heigh cancelo la cuenta, debe usted ser muy especial para él –
Sí, su casi sumisa, pensó
-no quiero incomodarla, lo siento señorita –se sintió apenada la señora cuando vio que Sofía no estaba de humor en entablar una conversación
Salió de la instancia y Sofía quedo otra vez sola con sus pensamientos, era terrible esa sensación de desasosiego que la embargaba, intento salir hacia los jardines de la casa pero recordó que desde ayer no había comido nada en absoluto, así que dirigió sus pasos hacia donde podría quedar la cocina.
-señorita usted no puede estar acá –Sofía se sobresaltó con el llamado de atención de Bernard, ella muy obediente a su espíritu rebelde le dedico su mirada más odiosa
-mire Bernard a mí me importa un comino las ordenes de Alexander, yo no soy más que ustedes y si me disculpa pero tengo un hambre voraz y no me vendría mal comer algo ligero mientras mi cuerpo se adapta a un poco de alimento –todas las personas que estaban en la cocina la miraron con expresiones asombradas, nadie se atrevía a hablar de Alexander como ella lo hacia
-señorita si el señor se llega a enterar la tomara severamente contra usted  y contra nosotros por dejar que usted esté aquí –
-de Alexander me encargo yo pero por favor Bernard deme algo de comer que me crujen las tripas –Bernard mostros un atisbo de sonrisa pero la escondió en su pulcra expresión de mayordomo severo
-Marie dele de comer a la señorita y guarden las distancias todos ustedes ya conocen las órdenes del señor -


Alexander parecía incorregible en la oficina, Marcie fue el blanco de sus gritos e insultos, la pobre mujer no sabía qué hacer,  igual según su jefe todo lo hacía mal.
-señor disculpe que lo interrumpa...pero he concertado una cita con el Doctor Gramm, lo atenderá en las horas de la tarde –Marcie temblaba en la puerta del despacho de Alexander, por un momento él no contesto nada y se preparó para escucharle decir nuevamente lo ineficiente que era
-y que haces ahí parada, acaso te pago para que solo me mires –Marcie no espero un segundo más y desapareció

Alexander no quiso volver a casa, temía que descargara todo su enojo en Sofía, pero eso era imposible ya que su frustrante estado se debía a lo distanciado que se sentía de ella. Cuando Alexander se disponía a encontrarse con el doctor Gramm, una impertinente Kasie irrumpió en su oficina
-vaya, se puede saber por qué carajos no me respondes ninguna de las llamadas –grito enojada la exasperante rubia
-será porque no me da la gana y la próxima vez anúnciate no quiero que sigas entrando a mi despacho o a mi casa sin avisarte –
-no tengo porque hacerlo, se te olvida que seré tu futura esposa cariño –dijo en plan maña estas palabras –o no quieres que te descubra follandote alguna zorra mientras no estoy –
-con la única zorra que me podrían ver follar seria contigo querida –soltó con veneno esta afirmación, le hizo recordar la escena del día de ayer y la sangre le volvía a hervir –ahora si me disculpa mi futura esposa, debo ir a cumplir con unos compromisos –
-no vas a ir a ningún lado hasta que hablemos Alexander Heigh, no estoy de humor para escuchar tus majaderías –se interpuso en su camino, Alexander lleno de cólera la tomo del brazo y la arrastro hasta el gran cristal de su oficina
-la que me va a escuchar serás tú Kasie Rainer, en estos tres meses que faltan para esa boda de mierda mantente ocupada en los putos preparativos, me tiene sin cuidado lo que escojas igual esa boda no será más que un jodido tramite. Permíteme recordarte que no vuelvas a entrar a mi oficina o a mi casa sin anunciarte, he sido claro o te lo explico con colores –
-que es lo que pretendes Alexander, intimidarme para que cancele la boda, pues te diré que no se cancelara y acatare una a una tus sugerencias para que tarde que temprano vallas a mi departamento a suplicarme por un poco de sexo –Alexander la soltó, no podía escuchar lo que ella le estaba diciendo, se burló en la cara de ella
-¿crees que estoy cancelando la boda? te recuerdo cuales son nuestros intereses y sabes de sobras que no van más allá de lo económico. ¿Rogarte por sexo? he tenido mejores polvos que con el sociable de tu coño querida, ahora puedes empezar a pedirle a  cómo es que se llama tu instructor de tenis...ah sí, Alfred, puedes empezar a pedirle que me supla en la cama como lo hace cuando estoy de viaje; porque sí querida, no soy idiota para no darme cuenta que te revuelcas con él, pero que cuando necesitas de un verdadero polvo me buscas a mí, no te preocupes tus infidelidades no me importan, yo voy tras el dinero de tu padre-
Kasie no pudo decir más, Alexander siempre conseguía ponerla en su sitio y no tenía oportunidad de refutarle en algo. Alexander salió de la oficina dejándola sola con su miserable vida.

Muchos paquetes fueron dejados en la habitación de Sofía, eran de todas las marcas de diseñador, contenían desde vestidos elegantes hasta lencería. No podía creer que Alexander hubiera invertido tanto en ella, era una realidad que ella era más que su puta personal pero no tenía por qué gastar tanto dinero en un guardarropa tan costoso.


-buenas tardes, soy Alexander Heigh mi secretaria concertó una cita con el doctor Gramm –una menuda mujer cabellos platino casi blancos ocupaba un moderno escritorio en la recesión del consultorio del doctor Gramm
-en efecto señor Heigh, pase el doctor lo está esperando –

Cuando Alexander entro se llevó una gran sorpresa, espero encontrarse a un hombre mayor pero por el contrario encontró a un hombre como de su edad, vestía con un buzo de cachemira gris, vaqueros y pajarita. Alexandro no pudo esconder su asombro
-disculpe estoy buscando al doctor Gramm –el hombre sonrió
-usted puede ser un importante banquero a su edad y yo no puedo ser un brillante doctor en la psicología, no creí que usted compartiera los mismos prejuicios que los cerrados economistas del mundo –
-discúlpeme, pero no esperaba encontrarme a alguien como usted –
-no se preocupe, lo entiendo me pasa muy a menudo. Cuénteme que lo ha traído por acá –
-para empezar necesito de su absoluta discreción, si está dispuesto a hacerlo le asegurare una buena remuneración por sus servicios pero si usted llega violar este acuerdo de confidencialidad no le agradara tenerme como su enemigo–Alexander fue muy enfático y directo en lo que pidió
-señor soy un buen profesional en mi área y si no me caracterizara por guardar los secretos de mis pacientes no estaría aquí, ni hubiese alcanzado la posición que he conseguido, sus amenazas puede dejarlas a las afuera de mi consultorio no me intimida, amo mi profesión y la llevo de la manera más decorosa que se me permite –
-está bien, no estoy aquí por mí, estoy aquí por una persona muy especial para mí – Alexander acababa de decir que Sofía era especial para él, había acudido hasta donde este hombre porque quería sanar todas esas heridas emocionales que la atemorizaban.
Alexander le conto uno a uno los detalles del caso de Sofía, claro una versión que no lo pudiese comprometer. Estaba dispuesto a lo que fuera para que ella volviera a ser una mujer normal. El doctor Gramm tomo atenta nota de lo referido por Alexander y concertaron que la próxima semana visitaría a Sofía tres veces a la semana, para iniciar las terapias requeridas.
Alexander no quiso volver a la oficina, llamo para cancelar cualquier reunión que tuviera, no quería volver a la casa y encontrarse con una Sofía distante. Decidió ir a un bar y tomar un par de copas para poder pensar con claridad sobre todo lo que había acontecido en los últimos cuatro días de su vida.
Regreso entrada la noche a casa, fue hasta el dormitorio de Sofía para ver que estuviera bien, como era de esperarse ella estaba dormida, lo había esperado pero él no llego. Cuando la vio dormida debajo de ese camisón de seda blanco no pudo evitar sentirse excitado, sus hermosos pechos se marcaban a través de la delicada tela, podía admirar las deliciosas curvas de su trasero y antes de que pudiera cometer una locura se dirigió a la puerta de la habitación.
-tan fácil te rindes –la profunda voz de Sofía sobresalto el interior de Alexander, dudo en mirar nuevamente en dirección a la cama donde descansaba
-solo vine a cerciorarme de que estuvieras bien –era una verdad a medias pero suficiente para espantar el infierno fuera de él –siento despertarte –dijo con la mano sobre el pomo de la puerta
-no se  me da muy bien dormir, solo fingí que lo hacía cuando note que entrabas en la habitación –Alexander se giró sobre sus pies y ahora podía ver con claridad que el camisón que tenía puesto Sofía dejaba ver más de lo que él quería contemplar
-¿siempre es así? ¿Cuántas horas puedes dormir al día? –Alexander trato de enfocar su atención en la falta de sueño de Sofía pero las copas que tenía en el cerebro le hacían difícil mantener un propósito firme lejos del cuerpo de Sofía
-no me gusta dormir –fue la respuesta seca de Sofía, su problema no era la falta de sueño era más bien lo que acompañaba dormir
-yo...debería irme –Alexander no podía pretender seguir allí de pie cuando su polla le gritaba que hiciera algo –trata de descansar Sofía, debes entender que eso a largo plazo no le hará bien a tu salud –Sofía se levantó y camino hasta donde él, Alexander intento retrocedes si Sofía intentaba algo como aquella noche el hotel no se iba poder resistir
-creo que tu mascara se ha ido bien lejos y sé que lo único que quieres es meterte en esa cama conmigo –Sofía quería provocarlo, ella sabía que él no intentaría nada así su cuerpo le gritara lo contrario
-pequeña –su voz fue un una dulce caricia y Sofía pudo sentir muy dentro de sí que ese apelativo solo estaba dirigido a ella –me he tomado unas copas y no quiero dejarme llevar por el alcohol –intento alejarse de la presencia de Sofía, pero ella fácilmente se escurrió junto a él
-quédate conmigo –no dejo que Alexander protestara, tomo su mano y lo guio hasta la cama. Sofía se arrodillo junto a él y empezó a quitarle sus zapatos mientras Alexander la miraba con curiosidad; luego que le hubo quitado los zapatos y los calcetines, se dirigió al cinturón del pantalón y con la misma soltura desabrocho los botones y con la ayuda de Alexander lo saco de él. Alexander no quiso moverse un ápice, quería ver que haría Sofía y cuando lo noto solo estaba en bóxer –no te emociones vaquero, solo nos acurrucaremos para poder dormir –

El sol se colaba por las enormes cortinas, Sofía dormía presa en los fuertes brazos de Alexander. La imagen de ambos era una preciosa replica de una pareja que hacía de sus noches algún secreto sin revelar, la pierna de Alexander se envolvía entorno a la de Sofía, quien tenía su espalda pegada a su pecho desnudo.
El timbre de llamada de Alexander le hizo levantarse, miro que Sofía dormía apaciblemente entre sus brazos y cuando alejo su cuerpo del de ella, Sofía dejo escapar una leve protesta pero decidió ignorarla y salió de la cama con la mente llena de incertidumbre.



Durante los siguientes días, Alexander se mantuvo alejado de Sofía en cuanto al día se refería, sus estados de humor no mejoraron en la oficina, su agresividad solo le hacía tomar cancha en la bolsa la cual se mostraba favorable a sus intereses, estaba totalmente incomunicado de Kasie,  solo en las noches cuando llegaba cansado iba hasta el dormitorio de Sofía y allí juntaban sus cuerpos y dejaban que la intimidad de la noche cubriera sus dudas, al despertar volvían a la misma rutina. Sofía disfrutaba de la presencia de Alexander cada noche en su cama, poco le importaba que él se fuera antes de que ella despertara; solo le bastaba con sentir que gracias a su presencia sus fantasma huían de sus sueños.

-pequeña, hoy vendrá un doctor a examinarte, es mi amigo y te ayudara mucho en tu proceso de recuperación –ya era más que una costumbre para Alexander llamara a Sofía de esa manera y era también la primera vez que le dirigía la palabra después de tantas noches durmiendo en la misma cama, trato de decirse así mismo que lo hacía para que ella pudiera dormir por las noches y eso tranquilizaba a una parte de él que se negaba a aceptar que Sofía fuera importante para él.
Sofía ya no podía aguantar más, estaba que flipaba de las atenciones de Alexander, ahora también dispondría de un doctor para ella y eso era mucho para asimilar; no lo pensó dos veces y fue hasta donde él y lo beso. Una parte de ella le decía que sus besos no podían significar nada para él pero eso no le importó, le daba igual que él estuviera prometido pero si de algo estaba segura era que con quien compartía sus noches era con ella aunque solo fuera de una forma platónica sin nada de sexo por el medio, incluso sabía que desde aquel episodio en la piscina Kasie no había vuelto a la mansión. Alexander sintió como un bálsamo refrescante cubría su alma, se maldijo tantas veces por no haber intentado besarla antes, esto era lo que él necesitaba. La llevo hasta una de las paredes y la subió por encima de sus caderas, Sofía enlazo sus piernas alrededor de él, sus manos tiraban del cabello de Alexander, él presionaba su cuerpo contra el de ella, sus cuerpos se estremecían. La lengua de Alexander recorría libremente la boca de Sofía y la enrollo a la de ella, un gemido escapo de la boca de ella. Sus manos agarraban el trasero bien formado de Sofía.
-oh...disculpe señor...no sabía... –Bernard se sintió apenado al interrumpir tal escena entre Alexander y Sofía.
Sofía soltó la cintura de Alexander e intento colocarse de pie, él se lo permitió pero no se alejó de ella, permaneció bloqueando la visibilidad de Bernard, lo último que quería era que el personal de servicio viera en estado de excitación Sofía. Permaneció de espaldas a Bernard  y descanso su rostro sobre la cabeza de Sofía.
-que quiere Bernard, hable no ha interrumpido nada –dijo aclarándose la garganta, interiormente gritaba que si lo habían interrumpido pero ya estaba hecho, solo quedaba que le diera una buena excusa por lo cual fue interrumpido
-señor un doctor Gramm lo está esperando en la sala –
-bien dígale que me espere un momento, ya le atiendo –Bernard salió rápidamente del salón
Alexander respiro profundamente y al fin se alejó de Sofía, trato de que su erección desapareciera pero era casi imposible si seguían observando a una Sofía excitada al mismo grado que él.
-bueno, creo que llego el doctor pequeña –se acomodó la corbata –te daré tiempo para que te repongas, entretendré un poco al doctor –
Sofía estaba sin aliento, esto no iba con ella; se regañó por haber perdido el control con Alexander, ahí estaba el Alexander de siempre y ella un manojo de nervios ¿en que estaba pensando cuando lo beso?

Dormir con él te está afectando la cabeza

-buenos días doctor, no lo esperaba tan temprano –
-por favor señor llámeme Ben y espero no haber interrumpido su mañana –Alexander sonrió ante lo paradójica de la expresión
-no se preocupe dentro de poco marcho hacia mi oficina, y si usted quiere que lo tutee, entonces llámeme Alexander para que nos sintamos en confianza –
Cuando Sofía se hubo percatado que el rojo encendido de sus mejillas había desaparecido y que su vestido estaba debidamente colocado se encamino hacia la sala. Cuando llego allí camino hasta donde Alexander y se sentó junto a él.
-así que usted es la joven que me comento Alexander, es mucho más hermosa de lo que hubiera imaginado –Alexander aclaro su garganta intencionalmente no quería que nadie le hablara así a Sofía, Ben capto el mensaje y sonrió complacido. Sofía permaneció junto a Alexander, hacía mucho tiempo que no estaba junto a otros hombres y eso la ponía un poco nerviosa.
-Alexander recuerda que soy un profesional, puedes marcharte a trabajar, tu amiga tendrá que acostumbrarse a mi presencia si en verdad está dispuesta a mejorar –dijo serenamente Ben
Sofía miro un poco curiosa a Alexander, este extrañamente se sentía celoso por Ben pero tenía que confiar en que él era ese respetable psicólogo que tanto hablaban los medios. Tomo las manos de Sofía y las beso.
-pequeña debo marcharme a trabajar, quedas en buenas manos, él no sería capaz de hacerte daño –ella asintió –y más te vale que seas tan profesional como dices porque no quiero saber que coqueteas con mi mujer –le dijo secamente Alexander, Ben sonrió y Sofía trato de asimilar lo que acababa de decir Alexander sobre ella
-creí que solo era tu amiga –
-bueno ahora ya lo sabes –se levantó y los dejo a ambos en la sala

-hola señorita, para empezar quiero pedirte que confíes en mí. Solo hable como lo hice para tantear que tan fuerte eran los sentimientos de Alexander por usted y no me equivoque, él se preocupa lo suficiente y en estos momentos usted es su prioridad –Sofía trataba de asimilar la escena, algo se rebelaba en su interior y lo dejo salir
-para que quede claro no soy su mujer –Ben miro a Sofía con detenimiento, había algo que escondía la historia de Alexander y necesitaba trabajar en ello con ella

Durante la mañana Alexander no pudo concentrarse en su trabajo, al menos su humor había mejorado pero lo tenía obsesionado el hecho de que Sofía haya quedado a solas con Ben. Por la tarde se entrevistaría con Ben para saber que tal lo había tomado ella.

Las preocupaciones desaparecieron cuando hablo con Ben, él le aclaro el porqué de su actitud. Esto tranquilizo a Alexander a lo sumo.
-ella podría avanzar rápidamente en este proceso Alexander, pero hay un pequeño problema, debes ser sincero con tus sentimientos hacia ella porque es evidente lo emocionalmente dependiente que ella es con respecto a ti –con esta afirmación no quería violar su secreto profesional, después de todo no era algo que Sofía le hubiese dicho, él simplemente lo había percibido
-a que te refieres, le he demostrado cuán importante es para mí. Le he jurado por mi vida que la cuidare y no permitiré que nadie le haga daño, como más puedo sincerarme con ella –
-Alexander  ella no siente agradecimiento por ti, está lejos de sentir eso por ti pero algo hay entre ustedes que la hace confiar en ti y luego como si nada sacar esa mascara de no me importa nada solo quiero que me veas como tu entretención; nunca seguirá adelante si siente que tú te comportas como su dueño, la dejaras encerrada en ese círculo, porque hasta ahora no has dejado de cumplir tus obligaciones de amo, ella fue entrenada para eso y tú has seguido el patrón. Ahora no me digas que no puedes hacer más porque se cómo estabas celoso cuando coqueteé con ella –
-no puedes pretender que le diga algo que no siento por ella, solo la  lastimaría y eso no lo haría a costa de mi propia vida –
-ves te estás oyendo, pues yo me hago a un lado, de nada sirve que sigas pagándome esa cantidad tan grande de dinero si no estás dispuesto a contribuir en el desarrollo emocional de ella, no es lo económico. Y te advierto puedes pagar al profesional que te plazca porque el resultado será el mismo, ella no querrá avanzar sabiendo que te puede tener siendo  perfectamente como es en estos momentos–
-algo tiene que haber, no puedo ser para ella lo que estas insinuando...Ben dentro de menos de tres meses me casare y no hay vuelta de hoja, ahora podrías por favor entenderme  –
-déjala ir –
-que has dicho, como se te ocurre que la deje ir, no puedo...adonde iría ella –
-si no puedes darle lo que ella necesita esa es la única forma de que ella puede seguir adelante, si así lo decides yo podría ayudarla, solo tendremos que encontrar a su familia y así solucionaríamos todo –Alexander se levantó bruscamente y salió del consultorio
-por cierto define muy bien los límites de la relación que tienes con ella o será demasiado tarde para Sofía –le dijo Ben antes que abandonara la instancia


Alexander no dejaba de pensar en su charla con Ben, él no podía estar enamorado de “Sofía”, hasta escuchar su nombre le alentaba el corazón pero “amarla” eso era imposible. Él se casaría con Kasie y buscaría de alguna forma que “Sofía”  superara su pasado, que tan difícil podría ser esto. Su teléfono sonó
-dime Kasie –
-puedo ir a tu casa...papá hablo conmigo –
-estoy de camino a casa...allá nos vemos –
Cuando llego a su casa, Kasie ya lo esperaba. La condujo hasta el despacho no quería que “Sofía” se diera cuenta.
-qué es eso que tienes que contarme –
-la verdad es que está muy raro –Alexander se tensó –no sé, estaba muy interesado en el trámite de nuestra boda...es como si pensara que tú no te quisieras casar conmigo –
-cuando regrese de Francia me estaba esperando y cuando hablamos me dio la misma impresión –
-solo te diré que te cuides cariño, porque así no seamos una pareja de enamorados pero me dolería que papá te haga algo solo porque me humillaras delante de todos –
-cómo van los preparativos –Alexander no quería tener este tipo de conversación con ella
-dentro de dos meses lo sabrás –se acercó a donde él y acaricio la solapa de su chaqueta –te he extrañado Alexander, follemos por favor –
-no estoy de humor para hacer obras de caridad Kasie – ella se levantó el ajustado vestido
-cuando aprenderás a usar ropa interior –rió Alexander
-solo cuando sé que no tendré oportunidad de que me folles –bajo la corredera del pantalón de Alexander
-cuando fue la última vez que te acostaste con Albert –
-él también utiliza condón –tomo el miembro entre sus manos
-no pretenderás que meta mi polla en tu coño después de lo que me has dicho –
-deja de hablar tanto y follame – se alejó de ella y acomodo sus pantalones
-dentro de dos meses y medio nos casaremos y todos seremos felices, ahora vete o prefieres que te diga con dulzura lo que tanto anhelas –

Alexander esa noche no quiso ir al cuarto de “Sofía” todos sus planes se estaban viniendo abajo y Rainer  algo sospechaba. Sofía lo extraño pero que podía hacer quizás la había liado un poco con el beso que se dieron esa mañana.

-debo viajar la próxima semana, te quedaras sola aquí en la casa –
-por favor todo los días me la paso sola aquí en la casa, tus empleados temen que si solo con mirarme tu llegaras para despedirlos por su indiscreción. Solo hasta hoy has desayunado conmigo –
-Sofía esto es todo lo que puedo ofrecerte mientras te recuperas –
-acaso te he pedido algo, Alexander eres tu quien me compro, eres tu quien me regala un costoso guardarropas, eres tu quien ahora me paga un profesional para ver cuán jodida de la cabeza estoy. Eres tu quien dirige mi maldito mundo –Sofía dejo a medias su desayuno y se levantó de la mesa
-Sofía vuelve aquí –
-¿acaso es una orden de amo y señor de mi vida? Estoy cansada de este tonto juego, dime que es lo que quieres de mí o simplemente déjame ir pero no quiero ni tu dinero, ni tus atenciones y mucho menos necesito que orines a mí alrededor para que todos sepan que te pertenezco –
-maldición Sofía que es lo que tú quieres de mi –ahora Alexander también se encontraba gritando de pie junto a Sofía –te quieres largar, listo hazlo; como me he cansado de repetirte me vale madre la mierda de dinero que pague para que estuvieras lejos de ese bastardo pero no soy de aquellos que puedas manejar a tus caprichos –
-eres un idiota –Sofía corrió lejos de la ira de Alexander


-señorita su doctor ha llegado –Marie interrumpió los pensamiento de Sofía, ella asintió y se dirigió a la sala donde se habían reunidos el día anterior


-creí que solo me vendrías a ver día por medio –
-¿mala mañana? –Sofía solo se encogió de hombros –solo vine para traerte un bloc, me dijiste que te gusta dibujar quizás de esa manera puedas trasmitirme lo que pasa por tu mente antes de que decidas confiar en mi –
-vamos otro que quiere hurgar en mi cabeza –
-no soy Alexander Sofía, soy tu psicólogo –
-pero eres su peón y para mi es casi lo mismo -

Durante el resto de la semana Ben visito a Sofía todos los días. Sofía mostro un gran avance y mucho ayudo el hecho de que Alexander se había mantenido alejado todo el tiempo posible de ella, ahora ella se estaba convenciendo que él pronto la dejaría a su suerte y ella debía valerse por sí misma.
Fueron días duros para Alexander, le costaba mucho no dirigirse al cuarto de Sofía en las noches, en las mañanas deseaba despedirse de Sofía pero él sabía que debía sopesar las opciones y debía mantener su palabra a Rainer y lo último que haría sería lastimar a Sofía, eso lo llevaba a mantenerse lejos de ella y seguir con su rutina de vida antes de conocerla.

-señor, el doctor Metz lo solicita –informó Marcie
-hágalo pasar –

-desde cuando necesitas anunciarte para entrar en mi oficina –se levanta Alexander y le da un fuerte abrazo a Gabriel
-Kostya creo que la última vez que nos vimos fuiste tú quien coloco las condiciones sobre la mesa, yo solo me ando con cautela –
-olvídalo, solo no abras tu boca para insultar a Sofía,  contrate un profesional para trabajar sus grietas emocionales –
-me impresionas Alexander Heigh, de verdad qué te ha hecho esa mujer –
- lo que diré  sé que te va hacer querer partirme la cara y no me opondré a ello –Alexander tenía que decirlo o enloquecería
-si me vas a decir que estás enamorado de ella, créeme que ya lo sé...solo basta verte a los ojos y darse cuenta que todo en ti ha cambiado –Gabriel fue hasta el mini bar y preparo dos escoceses para ellos
-por qué todo el mundo anda con la idea de que estoy enamorado de ella, no lo estoy maldición!!! Y lo que te voy a decir  es aún peor que eso...por poco dimití de los servicios del doctor que estaba atendiendo a Sofía porque él no disimulaba su interés por ella y no estaba dispuesto a aceptar que otro hombre ponga sus manos sobre lo que es mío –Gabriel no podía creer lo terco que era Alexander si eso no era evidencia de que él se había enamorado de esa mujer que esperaba su amigo para reconocerlo.
-la otra semana debo viajar a Nueva York y dejare sola a Sofía y la idea no me agrada para nada, pero he decidido que debo mantenerme lo más alejado posible de ella porque está el hecho de que me voy a casar y sospecho que Rainer luego de mi regreso de Francia en su retorcida cabeza está pensando en que quizás me retractare de mi compromiso con su hija y la humillare ante el mundo entero, ¿estás seguro que en ese maldito lugar no había nadie que le comentara a Rainer sobre la compra de Sofía? –Alexander no era el mismo de antes, se notaba ansioso, no era el tipo precavido que quiere tener un paso adelante ahora era el tipo precavido que temía que fuese descubierto en algo realmente peligroso
-Dios kostya pero que me dices...primero cuantos saben de la existencia de tu mujer, segundo examina muy bien tus opciones en cuanto a no permitir que nadie coquetee con tu propiedad y que es eso de no querer abandonarla por tan solo una semana, aun piensas que no estás enamorado de ella y por ultimo esto del puto ruso me ha puesto a flipar, te estás oyendo...Señor!!! kostya si eso resultara verdad, tu vida corre peligro –ahora no solo Alexander estaba preocupado, a su delirio se unía Gabriel.
-bueno fue una exageración cuando dije “todo el mundo”, es solo que tú y el doctor que atiende a Sofía insisten que estoy enamorado de ella, por Dios solo llevo dos semanas conociéndola como puedo amar a una mujer que apenas conozco...además sabes que no creo en esas torpezas de los sentimientos, en cuanto a lo relacionado a mi viaje y lo de las terapias de Sofía...soy un hombre, no niego la atracción sexual que siento por ella, todo se basa en territorialidad nada más -
-como tú digas kostya, como tú digas...ahora centrémonos en el problema del ruso, lo demás es un mal menor al lado de él, acaso en verdad no te casarías con la putita de su hija...de lo contrario él no es ningún hombre intachable para que te juzgue porque has decidido tener una canita al aire antes de la boda...el problema radica en que harás con tu mujer cuando te cases. Me sorprende con lo impertinente que es Kasie que no te haya descubierto en algún juego de cama con Sofía –
-en realidad yo no he estado con Sofía –Gabriel escupió  el trago que acababa de llevar a su boca
-pero de verdad que si estás bien jodido por esa mujer –
-lo que digas Gabriel...pero en cambio ella si me vio follar a Kasie –
-bueno eso carece de importancia cuando tú tienes todo el derecho de follarte  a tu prometida, pero cuéntame porque hay algo más –
-solo he compartimos la cama durante las noches –
-que tú has hecho qué –Gabriel sabia a la perfección la aversión que tenía Alexander de compartir la cama con una mujer
-no hablemos de eso, lo que necesito es guardar las distancias con ella, puede vivir conmigo como una amiga cercana o un familiar lejano...entre ella y yo no ha pasado nada, me casare con Kasie y el perro de Rainer no tendrá quejas con respecto a mí y finalmente tendré todo lo quiero –
-claro, todo sería perfecto si tuvieras las pelotas para no querer follarte hasta con la mirada a tu mujercita...ándate con cuidado con tu querido suegro porque nadie niega el favor que te tiene pero la puta que tiene por hija vale más para él –
La semana termino y ahora Alexander  tendría que lidiar un fin de semana entero con Sofía antes de partir a su viaje de negocios en Nueva York. Ben había hecho un gran trabajo con Sofía y confiaba que en poco ella volvería a comunicarse con las personas que la rodeaban. Kasie seguía envuelta en los preparativos de la inamovible boda y en cuanto al magnate de los diamantes Petrov Rainer todo era un verdadero misterio. 

Alexander definitivamente no quería enfrentarse a Sofía, ella era claramente su debilidad y sabia de sobra que no podría contenerse si la veía o se mantenía demasiado cerca de ella.

-Gabriel estás en tu casa –pregunto Alexander a través de su móvil
-acabo de llegar de llegar de Manchester, si llamas para encontrarnos, pásate por un par de copas que las necesito tanto como tú, he tenido un día de mierda –
-hecho, ya te caigo –

Sofía sabía que Alexander hoy tampoco llegaría temprano, hoy tampoco dormiría junto a ella...decidió concentrarse en las terapias que había trabajado con Ben, ya había decidido que se recuperaría a costa de lo que fuera.
Alexander y Gabriel tomaron hasta tarde de la noche...Alexander más que Gabriel, no quería razonar en cuanto a su vida se refería. El teléfono de Alexander no dejaba de sonar, así que Gabriel decidió contestar
-Hola querida cuñadita, mi Kostya no está en condiciones de responder a tu llamada, no te parece que lo tuyo ya es acoso –
-Gabriel pon al teléfono a Alexander necesito hablar con él –
-que no puede pasar al teléfono, llámalo mañana o pásate temprano; pasara la noche aquí, no está en condiciones de conducir –
-Gabriel, es urgente que hable con él, es sobre papá. Quieres por favor pasármelo –
-Kasie, Alexander esta ebrio hasta los huesos; cómo quieres que pase al teléfono –
-está bien, entonces iré por él para que duerma en su casa. Luego te contare –

Kasie condujo hasta el piso de Gabriel, había recibido una llamada de su padre sobre querer almorzar con ellos el sábado y no había forma de que cambiara de parecer.

-y si tu padre quiere almorzar con ustedes no podías sencillamente esperar hasta mañana, sabes que Alexander no duerme hasta tarde –
-no seas tarado Gabriel que sabes de sobra que papá cree que los fines de semana duermo en casa de Alexander o bueno así era hasta que regreso de Francia, tu sabes qué le pasa; ya ni me deja pasar por su casa sino le llamo antes, ¿esto tiene que ver con la puta que se hospeda en su casa? –Gabriel quiso darle una razón pero sabía que esa no era la que ella debería saber
-Kasie, lo tendrás para ti dentro de un poco más de dos meses y tú te preocupas porque no te deje pasar por su casa. A lo mejor está harto de ti –
-siempre tan divertido Gabriel, ahora ayúdame a llevarlo a su casa –


-no lo hare, que se valla temprano por su propia cuenta –realmente no quería que Kasie se topara con Sofía y se armara la batalla de Bannockburn si ella descubría la presencia de Sofía. Kasie se le acerco coquetamente y paso su mano por la barbilla de Gabriel

-no seas gruñón querido, quizás lo que necesitas es aligerar tensiones –pasa sus manos por el cuello de Gabriel y este se aleja

-no seas puta Kasie, no necesito aligerar ninguna tensión, la que necesita hacer algo por su ninfomanía eres tú, ¿no te basta con tu querido Albert? Para que lo sepas no me acuesto con las mujeres de mi kostya –

-idiota, para tu información no soy ninguna ninfómana y no intentaba ligar contigo –Kasie estaba realmente cabreada –y se puede saber qué otras cosas de mi te ha dicho el imbécil de Alexander, no se puede reservar nada para él solo –su cuerpo temblaba de furia. Gabriel estaba realmente divertido con la reacción de Kasie, así que decidió echarle más leña al fuego

-realmente de ti no hay mucho que contar querida, aparte de que no eres tan buen polvo como aparentas ser –

-eres un gilipollas, tú y el bastardo de Alexander. En verdad que son tan amigos como dicen?? O es que tú también eres su putita –Gabriel no paraba de reír, hacer enojar a Kasie eran una de sus especialidades

-como tú digas. Has ganado vamos a llevarte con Alexander a su casa –



Condujeron hasta Heath hall, al llegar llevaron hasta el dormitorio de Alexander. Estaba demasiado ebrio para andar sobre sus propios pies.
-ahora vete al cuarto donde siempre te quedas, sabes de sobra que Alexander no le gusta compartir la cama contigo –
-realmente a ese idiota no le gusta compartir la cama con nadie, no sé qué hará cuando nos casemos –
-bueno si quieres cambiales esa ropa, yo iré a hablar con Bernard si aún está despierto –

La preocupación de Gabriel no era que Kasie durmiera con Alexander, su preocupación estribaba en que ella se cruzara por los pasillos con Sofía.

-Bernard  disculpe que la moleste tan tarde de la noche, necesito que me indique donde queda la habitación de la amiga de Alexander –
-señor la habitación de la señorita Sofía está al lado de la habitación del señor Alexander –
-Bernard, Kasie pasara la noche aquí, Alexander está un poco tomado y mañana vendrá Petrov a comer. Prepare todo y no permita que Sofía salga de la habitación –
-sí señor, no se preocupe el señor Alexander me ha dado claras instrucciones sobre la señorita cuando la señorita Kasie o el señor Rainer estén en casa -
Gabriel tenía que ir a hablar con Sofía. Cuando hablo con Alexander él nunca le dijo si él dormía en la habitación de ella o era lo contrario, de ser así la última opción debía ir de inmediato hasta donde ella y decirle que no saliera de la habitación por nada del mundo.
Toco a la puerta pero no recibió contestación, decidió entrar cuando vio que Sofía estaba de pie junto a la ventana, ella giro hacia donde él creyendo que era Alexander quien había decidido pasar la noche con ella. Sofía enseguida se asustó, este era el amigo de Alexander y ya por experiencia sabía que él no gustaba de ella. Por su mente empezaron a circular pensamientos atemorizantes, llego a pensar que Alexander había decidido que ella se acostara con su amigo, empezó a temblar, se recostó contra el gran ventanal. Gabriel percibió el temor de ella, pero él sabía que necesitaba hablar urgente con ella.
-mira no me tengas temor que no te voy a hacer nada –Sofía no le creía nada
-estoy aquí porque necesito pedirte que por nada del mundo salgas de esta habitación, no salgas hasta que Alexander te lo indique y por favor cuando me marche de aquí échale seguro a la habitación, nadie puede enterarse que estas aquí –esto sorprendió a Sofía, de qué necesitaba ocultarse
-veo que luces mucho mejor que la última vez que te vi, ahora puedo ver lo que tiene a mi Kostya cautivado. Quiero excusarme por mi actitud de antes, solo te pido por favor que no le causes problemas a Alexander, porque para protegerlo pasaría por encima de cualquiera y eso te incluye a ti belleza –dicho esto salió de la habitación, Kasie lo debería de estar buscando

Sofía no entendía nada, por qué entro el amigo de Alexander para alertarla acerca de esto, que estaba sucediendo a las afuera de su habitación, ¿tendría esto que ver Kasie?. Aun mas herida se sintió, por qué él había decidido comprarla?? Para tenerla en las sombras??
Gabriel entro a la habitación de Alexander, se dio cuenta que Kasie aún estaba allí, confiaba en que Sofía no saliera de la habitación.
-aun sigues aquí, creía que te marcharías cuando terminaras de hablar con Bernard –
-si yo también creí que te irías a tu alcoba luego que cambiaras a Alexander, solo vine a darle un buen beso de buenas noches  -Kasie torció el gesto
-si como digas, qué es lo que quieres –
-vine a decirte que ya lo arregle todo con Bernard y mañana tendrá todo listo. Hasta mañana querida –Kasie no respondió nada, Gabriel se marchó y deseo que no pasara nada malo

Kasie quería dormir con Alexander, en el estado en que estaba él no podía saber que ella dormiría a su lado, así que se desnudó y se metió debajo de las sabanas junto a él. Sofía por el contrario no pudo conciliar el sueño, las palabras del amigo de Alexander la tenían preocupada, que problemas le podría ocasionar a Alexander...Alexander, sentía un profundo dolor cuando pensaba en él, era tan enigmático su comportamiento, a veces actuaba tan protector y a veces tan huraño.

-pero qué demonios haces tú metida en mi cama –grito Alexander al ver a Kasie junto a él, ella se despertó bruscamente
-buenos días Alexander, podrías ser un poco más educado al levantarte –Alexander salió de la cama de un salto
-como llegue aquí, no se suponía que estaba en casa de Gabriel –Kasie se desperezó
-vale, vale...contigo no se puede, fui a buscarte porque papá regresara por la mañana de Somalia  y quiere que almorcemos con él y tú sabes que él cree que aun duermo los fines de semanas contigo. Por eso estoy aquí –Alexander estaba furioso de que ella haya dormido junto a él, Kasie tenía su propia habitación en la casa.
-para eso no tenías que haber dormido conmigo, ahora vete a tu cuarto me voy a bañar –
Alexander se fue al cuarto de baño, necesitaba también ver a Sofía y decirle que no saliera de la habitación. Kasie no se iba a marchar para su habitación, así que cuando sintió que Alexander abrió la ducha, se escabullo hasta el baño.

-sal de la ducha Kasie, me has cabreado con haberte metido a mi cama sin mi permiso –ella se puso delante de él y dejo que el agua la bañara
-vamos Alexander, tampoco es que haya hecho nada grave. Que harás cuando nos casemos, no pretendo seguir durmiendo en habitaciones diferentes –Alexander nada ganaba con discutir con ella, ya terminaría duchándose con ella
-la otra semana viajare a Nueva York y no quiero que te pases por aquí sin que yo haya regresado, me has entendido –
-si cariño, te he entendido –ella se le acerco y coloco sus brazos alrededor de su cuello e intento besarlo pero Alexander se separó de ella
-si te vas a duchar conmigo mantén tus manos quietas, enserio que me tienes cabreado Kasie –Kasie no se iba a rendir
-porque no puedes ser un poco más cariñoso conmigo, anoche tan solo eras otro, me abrazaste y hasta me llamaste tu pequeña...bueno aunque no sé porque me llamaste así –Alexander se congelo y Kasie aprovecho la oportunidad y lo llevo hasta donde ella y lo beso. Alexander nuevamente se alejó de ella pero esta vez la  volteo y la llevo hasta una de las paredes de la ducha.

Sofía tenía los ojos cuarteados del insomnio así que se dirigió hasta el baño para relajarse un poco. Al salir de la ducha fue hasta el closet, este parecía otra habitación más. Decidió que se colocaría una sudadera, ya que estaría encerrada hasta que Alexander le indicara. Buscando un el suéter a juego escucho voces a través del espejo del closet.

-te dije algo más –Alexander estaba enojado
-solo me llamaste tu pequeña y me gusto demasiado –Kasie intento presionar su espalda desnuda contra el cuerpo de Alexander
-así que te gusto...pero dime te gusta más que esto –Alexander introdujo dos de sus dedos en la vagina de Kasie, ella se movió al ritmo de Alexander
-contéstame Kasie, te gusta más que esto –introdujo un tercer dedo y Kasie gemía ruidosamente
-Ale... –Kasie no podía coordinar sus pensamientos, no cuando Alexander hacia algo como eso
-quiero que me respondas, te gusta más que esto –Kasie empezaba a convulsionar, estaba llegando al clímax, cuando grito
-NOOOO –Alexander la sostuvo por un momento por los hombros, era consiente que ella no se podría mantener en pie –no, no me gusta más que esto –logro decir al fin, Alexander la soltó y se metió debajo del chorro de agua
Sofía maldijo para sí misma mientras encontraba la blusa que buscaba, ahora entendía porque no podía salir de la habitación
Por Dios como si me importara que follaras con tu prometida gran idiota

-Marie, llévele el desayuno a Sofía hasta su habitación sin que Kasie se dé cuenta –
-si señor –
Alexander camino hasta el comedor, Kasie aún no bajaba. Tendría que soportarla todo el día y para completar su desdicha Rainer vendría a almorzar, esa familia lo estaba hartando.
-gracias –la voz de Kasie susurro a su oído
-como digas, a qué hora vendrá tu padre –Alexander no podía ocultar su enojo
-ya me llamo al celular, vendrá un poco antes del almuerzo quiere que hablemos algo de la boda

Desayunaron en silencio, bueno al menos de parte de Alexander, Kasie no paraba de hablar y esto lo tenía a punto de un colapso. Nunca le había parecido tan estúpida, nunca había razonado acerca de lo incomoda que era su voz, ese acento de mujer rusa no la abandonaba a pesar de haberse criado mucho tiempo en Londres, definitivamente la despreciaba. Deseaba que quien lo estuviese acompañando fuese Sofía, aun en su silencio su presencia era reconfortante, su mirada, su risa nerviosa cuando él la miraba fijamente. Kasie no tenía nada de eso y todo lo que hacía le parecía repulsivo.
Kasie se levantó de la mesa, había decidido llamar a unas amigas para poder salir en la noche, así que se dirigió hasta la sala contigua al comedor.
-señor me permite –dijo Marie
-dígame –
-podemos hablar lejos de aquí –Alexander la siguió hasta las escaleras
-¿le sucede algo a Sofía? –
-no le sabría decir con precisión pero cuando subí a llevarle el desayuno estaba llorando, le deje la bandeja del desayuno y ahora que fui a retirársela no había comido nada y seguía llorando –Alexander se preocupó y de inmediato fue hasta la habitación de ella

Cuando la vio se sintió culpable de una manera que no entendía. Intento acercársele pero cuando ella noto su presencia se levantó de la cama y se encamino hasta el closet que era el lugar más cercano que tenía para escapar de él, Sofía demostraba estar sufriendo mucho por algo que él no comprendía. Camino hasta donde ella.
-Sofía soy yo, te duele algo?? – cuando extendió sus brazos para consolarla Sofía los rechazo y movida por la furia que la llenaba lo abofeteo
Era la primera vez que una mujer diferente a su madre lo golpeaba. La mayoría del tiempo pasaba drogada o ebria pero eso no le impedía golpearlo hasta que se cansaba. No entendía por qué el arrebato de Sofía, que había sucedido para que ella reaccionara así, realmente le dolía que ella estuviese así, pero le dolía más que el fuera el culpable del estado de ella.
-Sofía, Dios!!! Como hago para saber que te sucede –en esos momentos pensó en llamar a Ben y ¿si lo que estaba viviendo era  una crisis?, su presencia no le agradaba en estos momentos pero era el único que podría ayudarla. Cuando sus ojos se fijaron en el gran espejo que llenaba una de las paredes del closet, se acercó a él y se dio cuenta que no estaba fijado correctamente, seguramente Marie limpiando había olvidado asegurarlo. Ese espejo era una puerta que daba al cuarto de baño de su alcoba. Muchos pensamientos vinieron de golpe a su cabeza, Sofía no podría haberlo notado porque se veía que no había sido corrido, ella no podría saber el mecanismo que lo abría. Pero en la forma en que estaba se podían filtrar los sonidos que sucediesen en ambos lugares. Golpeo fuertemente la cajilla que monitoreaba el sistema que abría y cerraba la puerta y un clip casi imperceptible se escuchó.
Ahora sabía lo que había sucedido, miro a Sofía nuevamente que ahora estaba acurrucada en una de las esquinas del closet, que iba a hacer??. La cólera lo invadió pero intento calmarse porque si ella lo veía en ese estado ahora si entraría en una crisis.

-Sofía no puedo quedarme aquí contigo, dejare que te calmes y volveré a hablar contigo, siento lo que sea que hayas escuchado –
-Alexander a mi me vale madres que tu folles en TU casa con TU prometida, solo estoy harta de este confinamiento, estoy harta de parecer un elemento decorativo en TU vida –
-Sofía por favor de nuevo no –
-déjame sola que en estos momentos soy capaz de cometer alguna locura -

Alexander entro enfurecido en la cocina, debía haber una explicación para que esa puerta no estuviese asegurada, ahora lo que le importaba era que Sofía se calmara.

-Marie!!! –grito
-señor, aquí estoy...sucede algo –Marie había trabajado durante años junto a él y le conocía a la perfección
-quien. Estuvo. Jodiendo. Con. La. Puerta. De. Seguridad –Alexander apretando los dientes pronuncio con ira cada palabra
-señor, ayer por la mañana estuvieron haciéndole mantenimiento a la máquina de los engranajes –
-y por qué maldita sea no se dieron cuenta que esa puerta quedara asegurada –
-no le entiendo señor –
-por Dios Alexander, qué sucede –entro corriendo Kasie a la cocina
-quien te ha llamado –no tuvo el tacto de mirar si quiera a Kasie
-mira estúpido, cálmate que desde la sala se escuchan tus gruñidos y ahora relájate por lo que sea que te ha hecho enojar esta sirvientica porque papá ya está aquí – Alexander la tomo del brazo con brusquedad
-ella tiene nombre Kasie así que discúlpate con Marie, tú no eres nadie aquí en mi casa para que vengas a mal hablar de mis empleados, he sido claro –Kasie empezó a arder de rabia ante la humillación que le había hecho Alexander
-señor...la señorita no ha dicho nada malo, le aseguro que ya solucionare el impase de la puerta –
-Marie ya lo he hecho yo y ruegue porque el problema no sea más y tú que esperas Kasie –Alexander estaba exasperado, en lo único en lo que pensaba era lo que había podido escuchar Sofía aunque por su reacción ya se imaginaba lo que había sucedido
-Marie disculpe...ya has escuchado –salió de la cocina y Alexander no tuvo más opción que seguirla, Petrov los estaba esperando


-parece que he llegado en un mal momento –dijo despreocupadamente Petrov

-oh papá, tu siempre llegas en el momento indicado –asió por el brazo a Alexander, quien de la ira que tenía prefería estrangularla con sus propias manos a tener que respirar el mismo aire.


publicacion del proximo capitulo el dia viernes 16 de agosto, besos de colores gente hermosa

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10 comentarios:

Unknown dijo...

Maravilloso me gusto mucho esperare el próximo.. Te quedó de lujo..

Unknown dijo...

gracias Diana, espero mantener siempre la misma expectativas en ustedes, hasta pronto preciosa. besos de colores

Unknown dijo...

Maldita Kasieeee!!!!! ya la odioooooo y ]Alexander que cabezota para mi que Ben si se enamora de Sofiaaa .. Espero el proximo capitulo. estuvo maravilloso. besos

Unknown dijo...

Zule ya estas odiando a la pobre de Kasie?? jejeje yo en su lugar tambien aseguraria a mi millonario prometido que despues de todo esta buenisimo. en cuanto a lo demás mejor lo dejasmo correr, veremos que pasa. besos de colores preciosa

aaliyah dijo...

X dios q desesperante es Kasie!q cansina!....Sofía esta sintiendo cosas x Alexander pero ciertamente x las circunstancias,...esta colapsada!el encierro,creo q no le ayuda nada,...haber si la saca un poco,q huela un poco la libertad con el,...pedazo de atracción q sienten uno x el otro!el día q se desfoguen que espero q sea pronto!habra fuegos artificiales!jjajajajjaja
Enhorabuena x el capítulo!
Besitoss

Unknown dijo...

hola Aaliyah jajaja la frase celebre de Sofía "por mi puedes follar todo lo que quieras con tu prometida a mi me da igual" veamos que sucede con este par ;) todos quisieramos que fuera pronto pero la verdad ella tendra que superar su pasado para poder vivir su presente. besos de colores preciosa y hasta el viernes

acire dijo...

me gusto el capitulo, esperando con ansias el proximo capitulo

excelente capitulo, eres una diosa escribiendo

Gladymar dijo...

Oh Dios, oh Dios, oh Dios!!! Me tienes tan pegada, pero por Dios q mucho fastidia Kasie y facilita que es, como diria mi mejor amigo "esa es mas puta que las gallinas" me encanta tu historia, no habia tenido tiempo de leer los capitulos pero los habia ojeado y estaba loca x leerlos completos, ahora que estoy en el hospital aburridisima los lei de una!!! Oh Dios quiero masssss!!!

Besotes desde Puerto Rico

Unknown dijo...

gracias Erica, ya faltan pocas horas para que publique el proximo capitulo, besos de colores preciosa

Unknown dijo...

jejeje Gladymar gracias por la pasion que demuestras por estos capitulos, Kasie es una mujer que provoca de todo menos compasion pero que se puede hacer a veces buscamos la felicidad de la forma equivocada. dentro de pocas horas publicare el nuevo capitulo. besos de colores preciosa

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