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CAPITULO III - LA GRAN SUBASTA


MISTERIOS SIN REVELAR



Sofía no lo pensó dos veces y tomo el consolador en sus manos, todo fue tan rápido que Raoul no lo pudo evitar y cuando quiso llegar hasta donde Sofía ya era demasiado tarde. Sofía grito de dolor...como podían describir en los libros o en las películas que una penetración no fuera tan dolorosa, esto era horrible. Sofía levanto la mirada y Raoul parecía un fantasma, horror cruzaba en su rostro.

-que has hecho maldita zorra –Sofía extrajo el consolador de su vagina, lo levanto como muestra de su hazaña, sangre...sí, eso era sangre

-si antes no valía nada qué opinas de haber destruido la única prueba que me podía colocar con algún status a los ojos de cerdos como tú –Raoul abrió el closet de la habitación y pasó sus manos por los látigos y fustas que lo contenían. Sofía había visto esos elementos antes por alusión de Mara, pero saber que Raoul los iba utilizar para que sabe que monstruosidad le hizo temblar de miedo.

Raoul se acercó a una atemorizada Sofía, le arranco el consolador de las manos y de espalda a él, la amarro a los barrotes de la cama, Sofía lloraba en silencio. Oro a Dios por misericordia y que lo que fuese a pasar, pasase rápido. Desnuda y de espalda a él no podía ver la expresión de su rostro y eso la asustaba más, aguardo en silencio su castigo. Los segundos parecían una eternidad cuando el silencio de la habitación se vio perturbado por un fuerte azote que calo en su trasero, ella gimió y trato de huir de aquel dolor pero fue imposible. Numerosos azotes cubrieron su cuerpo desnudo, grito pero su dolor fue ahogado por más azotes.

-Raoul para por favor, ya no lo soporto más; perdóname te lo suplico –lloro por piedad pero esa no llego

-no lo hare hasta que aprendas a respetarme, pídemelo correctamente y quizás lo piense –la siguió azotando sin ningún remordimiento

-por favor amo, por favor perdóname. Amo no volveré a fallarte pero detente que se me escuece la piel. Amo piedad –pero él no parecía escucharle y sus azotes era brutales

-¿tu mostraste piedad hacia mi pedazo de zorra? ahora sufre puta y aprende a respetarme, cómo pudiste hacer lo que hiciste –la azoto como a un animal salvaje, la azoto hasta que Sofía perdió el conocimiento. Saciado de su gran trabajo, salió de la habitación y le ordeno a Mara que la curase, la azoto tan fuerte que por un buen tiempo no podría sentarse ni acostarse sobre su espalda.

Durante dos días Sofía no despertó, estaba viva porque su respiración así lo decía, al cabo de ese tiempo empezó a tener altas fiebres y alucinaciones que la estremecían. Un médico fue traído para que la revisara. 

-que pecado ha cometido Raoul para que le hicieras eso a esta pobre mujer –

-de hecho estoy pensando cómo voy a hacer espiar su pecado Emile y tú me has iluminado –

-soy médico Raoul, no uno de tus matones –

-no te voy a pedir nada que no sea de tu modo de operación –

-habla claro –Raoul contemplo a Sofía de pies a cabeza y de verdad la había azotado sin piedad pero eso comparado a que casi perdió la vida y que se hubiese penetrado con el maldito consolador no era nada.

-quiero que la esterilices –el medico lo miro con asombro

-esta jovencita puede tan solo estar en sus veinte años y seguramente nunca ha sido madre...Raoul no puedo hacer eso –Raoul sonrió porque aun desde la visión del médico era un castigo aún más cruel de lo que hubiese pensado

-hazlo o será tu vida la que pague por los pecados de esta zorra –el medico volvió a contemplar el cuerpo magullado y herido de la pobre mujer, pero era eso o morir.

Sofía fue trasladada a una clínica privada y fue sometida a cirugía. Permaneció inconsciente cerca de una semana, era alimentada por vía intravenosa. En vista que no reaccionaba pero que ya estaba fuera de peligro, Sofía fue llevada a su antigua habitación, Mara a diario le aplicaba ungüento sobre su piel herida y lloró por ella las lágrimas que Sofía no podía derramar. Sofía despertó y vio a su lado a la paciente Mara, esta le sonrió y le beso sus manos.

-al fin despiertas mi niña, creí que nunca lo harías –

-hubiese preferido morir Mara, pero Dios no me escucha y de nuevo me ha traído a esta realidad de mierda –cerro los ojos y deseo volver a dormir pero el sueño no regreso –por qué no me duele nada, me han arrancado la piel –pregunto en broma como si eso fuese a anular la realidad

-no pantera, son los calmantes y debes saber que algo más sucedió mi niña durante tu inconciencia –respondió enternecida

-qué pudo haber pasado, Mara ya me ha pasado de todo –Sofía miro al vacío, todo perdía importancia desde este punto

-Raoul ordeno tu esterilización –Sofía que antes miraba desenfocada. Volvió sus ojos a Mara, fue instintivo, sus brazos se cerraron alrededor de su vientre

-me...me... –no pudo terminar su frase, se llevó sus manos a sus ojos y lloro, lloro desde lo más profundo de su alma...ahora Raoul le había arrebatado todo...



Mara la siguió entrenando los meses siguientes, mientras se recuperaba de sus golpes y de la esterilización; cuando Raoul entraba a la habitación ella se escondía tras Mara, no quería nunca más tener cualquier contacto con ese hombre que le había desgraciado la vida, pero lo peor estaba por venir...

-Mara, prepárala ya casi esta por culminar el año de entrenamiento y tiene que lucir perfecta –

-si amo, como usted ordene –

-Mara a que se refiere –dijo casi en un susurro

-cállate maldita zorra, tu solo puedes hablar cuando lo ordene –Sofía se sobresaltó, a su regreso Raoul era más violento e intolerante y sus castigos eran desmedidos. No duraría mucho tiempo hasta que descubriera a que se refería.

-Sofía tendrás que ser fuerte, y por favor no te resista o sufrirás –Mara la miro con un profundo dolor. Sofía asintió, tenía miedo pero pronto su amo la compraría y se había prometido que lo complacería en todo y perfectamente hasta que él perdiera la razón por ella, Mara le había hecho darse cuenta lo verdaderamente hermosa que era y como su belleza seria su mejor arma.

Una extraña maquina fue introducida en la habitación, Sofía se estremeció pero aguardo en silencio.

-Mara quiero hacerle un favor a esta zorra, se tu quien la prepares mientras yo observo encantado –

-si amo, como usted diga –

Mara la desnudo y la coloco sobre la mesa en la que descansaba la extraña máquina, la desnudo y le abrió sus piernas. Sofía le suplico que no lo hiciera, pero Mara solo cumplía las órdenes de Raoul. Le coloco unas pinzas en cada pezón y una tercera pinza en su clítoris desnudo. Raoul se sentó frente a ella, contemplando tal espectáculo. Sofía empezó a llorar e intento quitarse las pinzas pero Raoul se lo impidió y le esposo las manos; una barra espaciadora fue colocada entre sus piernas, fue levantada un poco y quedo con las piernas flexionadas. Cada día cuando Sofía creía que no podía no ser más humillada era sorprendida con un vejamen mayor. Raoul empezó a darle vuelta a una pequeña polea unida a un pequeño motor y Sofía empezó a sentir pequeñas descargas, no eran tan fuertes su único objetivo era excitarla.

-Zorra no te matare con esto aunque ganas no me faltan. Esta es la prueba final que doblegara tu puta dignidad. Te correrás cuando lo diga, suplicaras hasta excitarme y confesaras sinceramente tu sumisión y no te preocupes por engañarme porque me he especializado gracias a ti en las artimañas de zorras como tú –

Durante todo el día Raoul la sometió a las descargas, Sofía nunca suplico, nunca se corrió. El autocontrol que poseía se había consolidado con los días, Mara la había adiestrado perfectamente. Esto enfureció a Raoul pero de nada le sirvió porque hasta casi llegada la madrugada no consiguió lo que le pidió.

-te crees muy fuerte, pero ahora probaras el cielo y el infierno –Sofía sufría en su interior, los espasmos que le producían esas descargas eran insoportables pero no le iba a dar el gusto a Raoul de regodearse en su humillación. Raoul empezó a bajarse la cremallera del pantalón, Sofía trago fuertemente –vamos puta, acaso nunca has visto una polla, no está lejos de parecerse al maldito consolador con que te penetraste. Qué crees que hubiese pasado ese día si hubieses fallado en tu intento de asesinarme, pues bien te los diré, mi polla hubiese terminado en tu boca y las lecciones teóricas de Mara no las hubieses necesitado –Sofía se estremeció pero de terror, la excitación de las descargas fueron eliminadas de su mente y lágrimas empezaron a salir de sus ojos

-por favor Raoul, hare lo que me pidas pero no lo hagas por favor –

-error zorra, primero no tienes derecho a llamarme por mi nombre, no te lo has ganado y segundo me has tenido todo el día cabreado y no has hecho lo que te he pedido y ahora por qué tú quieres si lo harás, pues no, porque te recuerdo que no eres más que una puta sin voluntad y mi deseo es tu complacencia –

Saco su miembro y empezó a masturbarse delante de Sofía, ella apretó fuertemente sus ojos, no quería ver tal aberración, no quería contemplar su cara mientras se propinaba placer. Lo odiaba, lo detestaba ¿por qué nadie la salvaba de toda esta maldad?, que había hecho ella para que la vida se ensañara de esa manera. Raoul empezó gruñir, Sofía quería no escuchar, quería huir pero ambas opciones eran imposibles.

-ahora al menos has oído lo que pasa cuando un hombre llega al orgasmo ya que te obstinaste no ver tal demostración de placer pero serás una chica buena y ahora será tu preciosa boca la que me proporcione placer y si te niegas, te daré placer y no será con mi mano como aquel día sino que será mi boca quien te enseñe a obedecerme cuando lo diga –camino hacia Sofía, ella abrió los ojos aterrorizada

-no te me acerques maldito bastardo, porque mi boca no tomara tu aberrante polla y así me mates que espero que lo hagas jamás me correré ni con estas descargas ni con tu asquerosa boca. Te odio desgraciado y maldigo el día en que llegaste herido a mi tienda, maldigo las veces en que te compare con mi padre y Dios fuera juez entre tú y yo para que ese día te hubiese matado cuando lo intente, no tienes nada que quitarme...me lo has quitado todo infeliz...todo... –Sofía se mantuvo firme, ya no tenía nada que perder más que su vida y en ese punto para ella estaba desprovista de sentido

Una sonrisa cínica surco el rostro de Raoul y se acercó a Sofía a centímetros de ella y cuando intento abrir la boca de ella con violencia, Sofía lo escupió. Raoul había agotado su paciencia y sin dudarlo la abofeteo tan fuerte que le saco sangre.

-te aseguro escoria que tendrás que matarme a golpes pero no lograras más de mí de lo que has visto hasta el momento –Raoul perdió los estribos, le arranco las pinzas sin el menor cuidado, soltó las piernas atadas a la barra y de una patada envió la mesa y la curiosa maquina a una esquina de la habitación. Sofía no esperaba más que la furia cegara a Raoul y en un arrebato la matara. La ato junto a la cama y empezó a azotarla descargando todas sus frustraciones. Sofía gritaba de dolor, pero jamás suplico. Al borde de la inconciencia sintió que Raoul la volteaba y con la misma violencia con la que había escosado su espalda, trasero y muslos empezó a golpear sus senos y vientre. El dolor fue insoportable hasta que Sofía no sintió más.



-pero que has hecho Khoya, esta vez esa zorra no sobrevivirá –le grito desde la entrada Rajim, el amo de Mara y quien en una ocasión se había reunido con él antes de raptar a Sofía

-esa puta me harto, si ha de morir que muera...nadie me humilla como ella lo ha hecho en estos once meses –dijo Raoul empapado de sudor 

Mara corrió hasta donde Sofía, preparo hierbas curativas que sanaran sus carnes. Rajim le pidió a Raoul que se fuera de la habitación y llamo al médico de confianza que en la ocasión anterior había sanado a Sofía.

Con los días Sofía recupero la conciencia, estuvo tan enferma o incluso más delicada que la vez anterior, pero lo más sorprendente que sucedió fue que cuando despertó no abrió para nada su boca, ni aun cuando se encontró a solas con Mara pronuncio palabra alguna.

-amo, pantera ha perdido la voz o se ha negado a volver a hablar –dijo Mara a Raoul

-no te preocupes Mara lo que tendrá que hacer con su nuevo amo no requiere de hablar, mejor aún, así no tendrá que ser castigada cuando no quiera decir amo y mi reputación no será más humillada de lo que ha quedado gracias a esta –





Ese día Mara entro muy temprano a la habitación de Sofía, la condujo hasta la ducha y allí la baño en deliciosos aceites, el vello incipiente de su monte de venus y axilas fue quitado con cera. Su cabello fue arreglado de forma natural, no había mucho que hacer con él, Sofía tenía una hermosa cabellera. En la habitación fue vestida con un corsé negro, liguero y bragas a juego, sus hermosas piernas fueron cubiertas con medias negras de costura que llegaban hasta la mitad de su muslo.

-luces imponente pantera, nunca lo pregunte pero sabes caminar con tacones –Sofía solo se limitó a asentir –perfecto, Raoul ha traído unos hermosos zapatos que resaltaran tu esbelta figura. Recuerda ganarte a tu amo, sedúcelo con ese espíritu rebelde que posees para que puedas enseñorearte de él y lograr tu libertad pero necesito que me hagas una promesa. Prométeme que si lo logras me liberaras de mi maldito verdugo –era la primera vez que Mara hablaba despectivamente de Rajim y esta vez lo hacía con convicción, Sofía la abrazo fuertemente como si ese hubiese sido su forma de jurar y antes que Raoul entrara por ella, beso a Mara en ambas mejillas.



Sofía fue subida en una gran camioneta negra de vidrios polarizados, sus ojos no fueron vendados así que observó todo el camino mientras conducían, este paisaje era la prueba que no estaba en Somalia, en ningún lugar de África.

-puta bienvenida a Europa, estamos en Francia, compórtate porque no tendré cuidado de azotarte delante del público que te aclama –la jalo del cabello – ¿lo comprendes? –Sofía no hablo, parecía un hecho que Sofía jamás volvería a hablar



Cuando entraron a un gran castillo medieval, Raoul la ato del cuello por una gruesa cadena. Sofía no intento luchar, su sufrimiento pronto llegaría a su fin o al menos eso era lo que ella planeaba. Tendría la cabeza de Raoul como venganza, precio justo por todo lo que le había arrebatado sin misericordia. Esto era por su familia, por su amado Marc y por la indefensa Mara que le debía su vida en más de una ocasión.

Entraron a un espacioso salón, Raoul le ordeno que ejerciera la posición de sumisión pero ella se resistió, jalo brutalmente de la cadena pero tampoco lo consiguió; lleno de ira Raoul saco una fusta desde atrás de su traje

-hazlo maldita perra o te azotare hasta que pierdas el conocimiento y te aconsejo que no me retes porque esta vez te matare a golpes –Sofía estaba a punto de lograr lo que se había planeado, no iba a fracasar cuando la oscuridad más sombría ya había pasado. Sofía se arrodillo pero de una manera convencional no como le había enseñado y mucho menos había agachado su mirada, su mirada era perdida, sus pensamientos solo eran plegarias para que Dios la ayudara. Raoul se dio cuenta que alguien los observaba y muy especialmente a Sofía, no podía permitir que nadie más que el emir se viese seducido por ella, Sofía había sido preparada para él y así seria.

-levántate pantera, vamos a observar una muestra gratis de lo que será ahora tu vida –la jalo de la cadena y ella a empujones se levantó y logro estabilizarse

En un salón atestado de muchas personas elegantemente vestidas, empezaron a modelar varias mujeres, Sofía noto que muchas estaban vestida como ella, había unas que desfilaban desnudas, sus rostros no tenían ninguna expresión. Presencio como estas mujeres eran mancilladas, humilladas y sodomizadas. Lloro en silencio la desgracia de estas pobres mujeres y en su corazón sufrió de pensar que Mara le había pedido solamente que la librara de esos actos animales, se prometió a si misma que no la olvidaría y que no importaba si su amo la sometía a todo eso, ella lo haría...por Mara y por ella.

-ves pantera, todo esto te esperara pero me siento orgulloso de ti porque tú serás mejor que todas estas zorras –acaricio el cabello de Sofía, ella se alejó pero a él no le importó, una satisfacción lo llenaba hasta el fondo de solo pensar que a pesar de la rebeldía de Sofía ella era una gran aprendiz

Cuando aquel espectáculo termino, Raoul llevo a Sofía a una habitación, una mujer como de la edad de Mara le retoco el maquillaje y la acicalo un poco más. Fue llevada hasta donde cuatro mujeres más, era un poco más jóvenes que ella, rubias y a diferencia de ella junto a sus amos eran unas perfectas sumisas eso la enfureció, como podían siquiera no luchar por sus vidas por qué habían abandonado la lucha. Raoul no se preocupó de que Sofía no estuviese sometida como aquellas mujeres, al escenario que la llevaría por las buenas o por las malas aprendería a obedecerle.

-no te dejes intimidar por ellas, eres más valiosa que esas putas, eres sensual y hermosa pantera. Ahora iremos a un salón donde se llevara a cabo una subasta, tú serás la atracción principal y la única que podrá ser comprada por el emir. Oh pantera gracias a ti quien podría no respetarme después de esto abandonara sus esperanzas –Sofía pensó que eso la incluía pero ella tenía sus propósitos bien claros y hasta la cabeza de él le pediría a ese famoso emir que la compraría, de eso estaba segura.

Cuando llegaron al salón sintió como todos los ojos de los presentes las observaban con lujuria pero que solo detenían los ojos en ella, esto la inflamo de orgullo y si ellos querían un verdadero espectáculo, ella magistralmente se los daría. Fueron paseadas por la instancia, noto lo excitado que estaban todos estos hombres. Cuando subieron a una falsa tarima fueron obligadas a ejercer la posición de sumisas pero Sofía no obedeció.

-maldita zorra deja tus caprichos para después, obedéceme o te arrepentirás – susurro Raoul para que los presentes no escucharan. Era evidente que todos estaban cautivados no solo con su belleza sino con su osada actitud. Pero Sofía no obedeció, permaneció de pie y esto lo encolerizo sumamente, jalo de las cadenas que ahora no solo ataban su cuello sino también manos y pies como si fuese una esclava, provocando una mueca de dolor pero ante su posición los presentes lo interpretaron como una mueca de cinismo.

Raoul volvió a jalar y Sofía permaneció de pie y con valiente rebeldía le escupió el rostro sabiendo que eso lo enojaría y daría un buen espectáculo al público. Raoul hervía en frustración y enojo y sin importarle más la abofeteo, Sofía se estremeció pero no se doblego antes le ofreció una sonrisa arrogante. El público estaba fascinado, ella estaba logrando lo que quería pero su emoción poco duro porque un hombre con acento muy extraño empezó la subasta. Las cuatro primeras mujeres fueron vendidas por una suma superflua para lo que representarían sus vidas, pero eso era lo que ellas significaban para esos hombres, meros objetos de satisfacción sexual. Su turno llego y como se lo había prometido Raoul fue el escenario central, aunque ella ya se había encargado de ello. Se sentía poderosa con cada palabra, era verdad, era una potra salvaje...era una pantera del desierto, Raoul por petición de ese hombre le arrebato el corsé, podía sentir como los ojos lujuriosos se adueñaban de su cuerpo prácticamente desnudo, pero ya no temía exponer a los ojos de esos bastardo lo que sería a la larga la perdición de los que llenaban el lugar. Inmediatamente alguien pujo una cantidad mayor que las que habían ofrecido por aquellas mujeres por Sofía, ella miro hacia esa persona, al fin conocería al árabe que la compraría pero ella no solo quedo anonadada por la suma sino porque esa persona la había llamado dama. Sofía miro a los ojos de este, él no era árabe parecía un hombre occidental, era hermoso hasta el punto de estremecerla y lo más curioso fue la forma en que él la miraba, no lo hacía como Raoul o como la mayoría de los hombres que pululaban el salón esta noche. Pero el encanto fue roto cuando otra voz pujo un poco más.

-mira zorra él será tu nuevo amo, el Emir Ramsés. Nadie podrá superar la oferta de él, ese ingles de mierda no te podrá comprar –le dijo para ella sola

Las fuerzas de Sofía flaquearon, este llamado emir era un cerdo a la vista, miro hacia el hombre que minutos antes había pujado por ella y oro a Dios para que él fuese su comprador. Las oraciones que antes no habían sido contestadas parecían abrirse camino porque este “ingles de mierda” como lo llamo Raoul ofreció una cantidad irrisoria por ella. Las lágrimas empezaron a salir, miro al emir pero él en gesto de clara derrota se apartó, no ofrecería más por ella, no después de los cinco millones de libra esterlina que ese hombre había ofrecido por ella.

Él hombre que dirigía la subasta disuadió al nuevo amo de Sofía y eso la hizo vacilar y ¿si él se arrepentía? pero fue en vano porque él se encamino hasta donde ella. Cuando lo vio tan cerca el vello de su nuca se erizo, este hombre con su mera presencia la excitaba, sus hermosos ojos verdes la encendían pero había algo que se ocultaba tras esa mascara lo podía percibir y si algo había aprendido a través de humillaciones y azotes era que no podía confiar en nadie y menos en un hombre que la acababa de comprar para someterla a Dios sabe que monstruosidades. Al momento de llegar junto a ella no lo dudo dos veces, cayó de rodillas, abrió un poco sus piernas, extendió sus manos sobre sus muslos y agacho la cabeza. La decisión estaba tomada, este hombre no la doblegaría, le entregaría su cuerpo pero él le daría su corazón y lo utilizaría para llevar a cabo su venganza.

El público se conmociono ante su súbita sumisión y a Raoul esto no le gusto, jalo sus cadenas con violencia haciéndola gemir de dolor pero las manos de su nuevo amo le arrebataron las cadenas.

-le vuelves a colocar una mano encima y te mato –una llama se encendió, después de todo quizás no fuera tan difícil manejar a este hombre para su conveniencia; ahora se enfrentaba a Raoul por ella y lo había amenazado de muerte por ella. Unos hombres llegaron junto a ellos para mediar, pero nada de eso poseía importancia, las lágrimas no dejaban de correr pero esta vez fueron lágrimas de esperanza; complacería a este hombre sin recatos. 





Sumergida en una ducha caliente, Sofía repaso cada palabra que Alexander le había dicho mientras comían, estaba exhausta pero su mente se negaba a rendirse. Sofía pego su frente a la fría pared ¿Quién era ese hombre? Él le había dicho que era un monstruo como todos aquellos, pero ahí estaba su frase “no pague ese dinero para que seas mi puta” mierda...mierda y más mierda era lo único que decía Sofía mientras el vapor calentaba su entumecido cuerpo. Ella no había alucinado cuando él le había dicho a Raoul que si volvía a tocarla lo mataría ¿Qué era lo que quería de ella? Vamos!! Pero había salido con la ingeniosa idea de decirle “¿Qué es lo que tú quieres?” lo único que ella quería era que se hiciera justicia y el bastardo de Raoul pagara con creces todo el dolor, la humillación, los golpes que le había propinado en tan solo un año. El hombre que estaba después de esa puerta se iba a casar y aun así la había comprado, aunque más ruin fue colocarla por encima de su prometida...Marc, su Marc jamás le hablaría a otra mujer como Alexander le había hablado a ella, no solo le había dicho que era más bella que ella, sus actos le demostraron que ella estaba por encima de quien fuese su prometida. Sofía no comprendía que se le escapaba de las manos para poder entender en qué posición se encontraba con respecto a él.

Mamá perdóname por actuar como una desvergonzada

Dichas estas palabras salió de la ducha, miro su reflejo en el espejo y vio cuan marcada y herida estaba y allí comprendió que estas heridas de guerra eran el recordativo de porque no podía rendirse. Si Raoul no doblego su espíritu y mucho menos hizo pedazos su salud mental, Alexander no iba a ser la excepción.

Solo tienes que mover bien tus fichas Sofía

Sonrió frente al espejo al recordar la cara de desagrado de Alexander cuando la vio desnuda. Empezaría por eso, no la veía como una sumisa que domesticar y eso solo significaba que podía moverse y actuar como quisiera. No se envolvió en el albornoz, salió y se quedó helada cuando lo vio solamente con un pantalón de pijama como única prenda de vestir; Alexander estaba mirando a través de la ventana de la habitación y en lo único que pensó Sofía fue en que después de todo él si quisiera reclamarla y siendo sincera consigo mismo la idea en que el la tomara le causaba un poco de temor. Sofía sabía que ella no podía estar con ningún hombre, no después de haber sido mancillada por Raoul como tantas veces lo había hecho, quizás eso de complacerlo en todo no era tan cierto; Alexander la aterraba y en formas que no entendía. 

-es evidente que tienes serios problemas en permanecer vestida –Sofía dejo escapar un suspiro aliviada, después de todo él seguía en el punto de no tocarla

-vamos, no es que a través de esa ventana puedas verme claramente –Alexander ladeo una sonrisa cuando Sofía hablo, su voz era tan decidida y arrogante por momentos. Ella tenía fuerza de voluntad y estaba seguro que parte de todo lo que hacía o decía era para provocarle. Él más que nadie sabía lo que ella podía estar sintiendo, pero le iba a dar tiempo para que llegara a confiar en él; Alexander no dejaría que su alma se fundiera en la oscuridad. Ella era un superviviente como lo había sido él muchos años atrás y él le iba dar todo lo que estuviera en su poder para que volviera a ser la persona que ese bastardo había silenciado.

-pero veo lo suficiente para saber que te gusta pasearte por ahí como si tu cuerpo solo fuera un objeto de exhibición –se giró y la miro a los ojos, Sofía enarco una ceja y pensó en decirle algo guarro que mantuviera la conversación en algo sexual pero era evidente que por esa vía no iba a conseguir nada –toma, ponte esta camisa para que puedas dormir. Cuando amanezca y abran la boutique del hotel te comprare lo necesario para que partamos a Londres en las horas de la tarde –

-¿vives en Londres? – camino hasta donde él y tomo la camisa que le ofreció –te estas tomando muy enserio tu papel de cuidador –se colocó la camisa frente a él, era grande y lo curioso era la sensación de seguridad que se estaba depositando en fondo de su corazón –no sé a qué estás jugando, pero te advierto que lo que quieras de mi tendrás que pedírmelo sin miramientos por algo pagaste cinco millones de libras esterlina –Sofía hizo un gesto de clara decepción –quizás pronto te des cuenta que no valgo esa cantidad tan ridícula –Alexander intento abrochar los botones que le faltaban y Sofía deseo que no lo hubiese hecho, cada momento que compartían hacia que su mente se cuestionara hasta el aire que respiraba

-quiero que te quede claro que ese dinero no tiene valor para mí, sé que te cuesta poder confiar pero no soy tu enemigo, ahora ve a la cama. Mañana conocerás mi mundo Sofía, siéntete con la libertad de vivirlo a tu manera, solo aprovecha cada oportunidad que te ofrezco porque nunca le he dado una oportunidad a una persona como la que te estoy dando a ti –camino hasta la puerta y Sofía lo miro confundida

-no dormirás conmigo –si ella necesitaba algo que la ayudara a recomponerse después de esas palabras tan llenas de promesas que él le acababa de decir esto era lo que necesitaba, él le estaba dando un espacio y ella estaba agradecida por ello

-esta suite tiene dos habitaciones, no comparto mi cama –Sofía se quedó sembrada en la alfombra, sea cual fuese el juego de Alexander estaba claro que él no la quería como mujer y ella estaba a punto de derrumbarse porque si Raoul supiera que rumbo estaba tomando su vida jamás hubiese permitido que Alexander la comprara.



Alexander se tumbó en la cama, Sofía inundaba sus pensamientos ¿Quién eres muchachita testaruda? Ese era su desafío y no lo iba a dejar pasar como si nada. Mamita por favor, lo haré lo juro pero no me pegues más. Estas donde te lo mereces puta, dijo tras el recuerdo de su infancia. Se sumergió en un sueño que se vio interrumpido cuando la alarma del teléfono le indicaba que era hora de empezar una nueva jornada.

Alexander llamo a la recepción del hotel para que le comunicaran con la boutique. Minutos después llamaron a la puerta, recibió las bolsas que le entregaron y se encamino a la habitación de Sofía. Toco una vez y se arrepintió al segundo, quizás ella aun siguiera dormida; quiso dar un paso en dirección a su habitación pero ella abrió la puerta.

-buenos días –Sofía le sonrió, pero era una sonrisa falsa. Sus ojos estaban ensombrecidos, ojeras pronunciadas; era evidente que no había dormido en lo absoluto desde que él la dejo. Entro sin que ella le hubiese dicho algo más, dejo las bolsas sobre la cama que estaba sin la menor arruga

-¿Por qué no has dormido? –estaba preocupado, Sofía rio histérica ahora también se preocupaba de que durmiera

-Alexander no soy una muñeca rota que tienes el deber de reconstruir, acaso nunca has tenido una mala noche –no espero que le contestara –bueno yo si he tenido muchas en el último año y la de anoche no fue la excepción –

Alexander dejo escapar un suspiro de exasperación, esto iba a ser difícil si Sofía seguía en esa actitud –Sofía que es lo que quieres, dímelo y aunque sea el puto universo lo que desees te lo daré –Alexander no estaba acostumbrado a actuar con alguien de la forma en que lo estaba haciendo y Sofía solamente se dedicaba a tirarle en la cara sus buenas intenciones

-no eres Dios Alexander, puedo asumir que esa es la ropa que has comprado para mí –lo último que Sofía necesitaba era empezar a creer en promesas salidas de una historia demasiado perfecta

-cuando entiendas que lo único que quiero es ayudarte solo háblame y estaré ahí para ti –saco el contenido de las bolsas –espero te queden a la medida, te esperare en la sala para que bajemos a desayunar con Gabriel –

-a tu amigo no le caigo bien –reviso las tallas y eran las suyas –no esperes que actué decentemente si él no se comporta –camino hasta el baño, no necesitaba que Alexander le dijera algo más



Sofía se vistió con un sencillo vestido blanco al estilo Marilyn, se recogió su melena azabache en una coleta, así las cicatrices de la espalda quedarían expuestas pero no le importó; si de algo estaba orgullosa Sofía eran de esas heridas. Se recordó pedirle a Alexander que la llevara con un estilista, estaba demasiado largo para su gusto, él había sido enfático en que le pidiera lo que quisiera y por ahora eso era lo que quería. Cuando salió de la habitación, Alexander hablaba por teléfono y termino la llamada bruscamente cuando la vio.

-luces hermosa –sus ojos no dejaban de recorrerla

-vamos si lo que quieres es que te diga que tienes un estupendo gusto, por tu comentario sé que gozas de suficiente ego para que te lo recuerde –Alexander negó con la cabeza, definitivamente con ella no iba a conseguir nada hasta que ella misma tomara la decisión

-ni siquiera sabía que ropa habían escogido, solo me limite a pedir algo que fuera con tu descripción y para que quede claro, sí tengo un puto ego que hace que muchos besen el camino que he pisado pero contigo extrañamente no soy más que un estúpido complaciente al que le tiras en la cara su amabilidad –ella quería jugar a la rebelde sin causa y él se estaba hartando de lo infantil que era

-bueno, creo que tu amigo nos está esperando –si él quería que ella le agradeciera y que incluso pidiera perdón, estaba muy equivocado



Sofía y Alexander bajaron al restaurante del hotel, en efecto Gabriel los estaba esperando y cuando los vio llegar tuvo que mirar muy fijamente porque esa mujer que estaba junto a su amigo no se parecía a la chica de la subasta, esta era una mezcla de elegancia y buen gusto.

-creí que desnuda eras muy peligrosa pero verte vestida así me hace cuestionar mi buen juicio –Sofía le dedico una sonrisa provocadora, Alexander miro a su amigo en advertencia

-eso es porque no me has visto completamente desnuda –Gabriel rio satisfecho, esta mujer era lo que mostraba en su superficie

-para no haber hablado durante un buen tiempo tienes una boca insolente –

-Gabriel deja de provocarla si no quieres respuestas que no deseas y a ti Sofía te aconsejo que no quieras coquetear con él porque a diferencia de mí, el muy capullo le gusta a sus anchas todas esas cosas para las que fuiste entrenada –Sofía miro a Alexander deseando interpretar lo que acababa de decir, pero esas palabras eran planas sin interpretación más de lo que expresaban

-déjame decirte Alex que tienes muy malas amistades, por lo visto él ha sido quien te ha arrastrado a que hagas el peor negocio de tu vida –Alexander la miro fijamente ¿le había llamado Alex?

-kostya ¿ella te ha llamado Alex? Vamos que ustedes trabajan a paso de gigantes la confianza –Gabriel no podía creer que Alexander le haya permitido llamarle de esa manera tan personal

-¿Qué? –Sofía noto que llamarlo así era demasiado para la posición de ella, pero de cuando acá ella actuaba de acuerdo a las normas –Gabriel imagina estar a punto de un orgasmo bestial y tenga que decir ese nombre tan largo –vio como Alexander se tensaba de la rabia ¿siempre es tan reservado? ¿O actúa así solo con ella? Pero ella ya había empezado y no lo iba a dejar a mitad de camino –para mi comodidad me convendría decir “si, oh Alex así, por favor” “Alex no te detengas” –Gabriel no pudo contenerse, estallo en risas atrayendo la atención de las personas que estaban en el restaurante. Alexander no sabía qué hacer con una Sofía en la mejor versión del cinismo

-maldición –Alexander soltó el cubierto con violencia –joder Sofía hemos venido a desayunar no a escuchar como gemirías teniendo un orgasmo –Alexander estaba al límite, podría ser posible que estos dos no le hicieran su vida imposible y pensar a llegar a Londres...Kasie iba a ser otro desafío que enfrentar...

El desayuno no fue menos de lo que esperaba, Gabriel olvido por el momento que amenaza podría ser Sofía. Alexander entre la frustración y porque no decirlo y la diversión ante los comentarios de Sofía. Ella se estaba divirtiendo porque al menos tenía un blanco fijo para destilar todo su veneno.

-no tengo nada más que hacer aquí Kostya, no quisiera interrumpirles su romance pero si pueden empacar sus cosas antes de mediodía sería perfecto, tengo que regresar a Londres –

-para mi está bien, esta mañana hable con Kasie y me dijo que Rainer había regresado de Somalia y quería verme cuanto antes –Sofía sintió como un frio se colaba en su interior al escuchar de ese país, anulo los recuerdos y se concentró en lo que acababa de decir Alexander, comprendió que antes de bajar a desayunar, Alexander había dejado a su prometida colgada por ella; a su parecer esto tenia buena pinta



Cuando subieron al avión privado de Gabriel, Sofía se dio cuenta que ellos tenían dinero y no cualquier cantidad. No comprendía en que burbuja estaba viviendo, pero fuese cual fuese parecía más un cuento de hadas que la realidad de mierda que vivió junto a Raoul.

-Gabriel pídele a la azafata que me lleve un té caliente a la habitación, no quiero que nadie nos moleste –Sofía salió del examen que hacía del avión y sumo las cosas y las cuentas no daban

-¿este avión tiene una habitación? ¿Por qué no quieres que nos molesten? –Gabriel la miro con expresión burlona

-has pasado una noche follando con Alexander y todavía preguntas porque no quieres que los molesten –Alexander poco falto para asesinarlo con la mirada

-Sofía ves esa puerta –le señalo la dirección de la habitación –espérame allá mientras hablo con Gabriel –Sofía no quiso decir nada más

Ja, follando; es que acaso Gabriel no tenía ni idea que planes tenia Alexander para con ella

Cuando Alexander vio que Sofía estaba en la habitación se volvió a Gabriel –no me la estoy follando y esta demás que te pida que guardes tus distancias con ella, Kostya no quiero comportarme como un maldito gilipollas contigo solo porque no te sepas comportar con ella; ella no es Kasie –

-has enloquecido, no solo la compraste como si fuera una especie de reliquia sino que ahora ni siquiera te la estas tirando –Alexander solo hizo un encogimiento de hombros y entro en la habitación



-¿se puede saber que tienes planeado? Espera, no me digas que te pone hacerlo en los aviones –Alexander lo último que esperaba era ese comentario y sin más empezó a reír –vale, ya entendí que nada de sexo contigo –Sofía se sentó en el borde de la cama a la espera de que él fuese más específico, tocaron a la puerta y supuso que era el té que había pedido Alexander, el recibió la bandeja y la puso junto a ella.

-toma, bébelo quiero que duermas al menos un par de horas –

-Jesús!! Como vas a hacer que duerma, un té no va a funcionar –

-no, el té no te hará dormir pero un buen masaje si –Sofía abrió los ojos como platos, tenía que devolver el tiempo

-Alexander redefine la idea que tienes sobre ti porque estas lejos de ser un gilipollas –

-espero recuerdes lo que acabas de decir para que cuando me conozcas realmente no digas que no te lo advertí –

-¿en serio me vas a hacer un masaje? –Sofía reprimió una sonrisa, no estaba en la imagen que exudaba Alexander dar un mensaje, pero este era su chiste personal

-tomate el té primero y veamos lo del masaje después –

Sofía miraba a Alexander deseando que no fuera producto de una alucinación, él no era un monstruo, pero ¿y si todo era parte de un plan? Solo debía permanecer atenta a todo se dijo así misma y no tendría por qué correr peligro al lado de este misterio de hombre.

-quítate las sandalias –

-dar órdenes se te da muy bien –

-será porque obedeces sin más –

-no me provoques Alexander sino quieres que te tire tu amabilidad en la cara –

-ahora utilizas mis palabras en mi contra –

-también quieres que me quite el vestido –

-y a ti se te da muy bien cambiar de tema –camino hasta la cama –solo quiero que te quites las sandalias –

Sofía se acostó y Alexander empezó a masajear con delicadeza sus pies, no dijeron nada en absoluto hasta que Sofía se dio cuenta que un té caliente y un buen masaje en los pies era suficiente para ahuyentar a sus fantasmas.



-Sofía, despierta –Sofía quería seguir durmiendo, porque no la dejaban dormir solo un poco más

-quiero dormir un poco más –sonó como una niña pequeña y Alexander solo quería que siguiera durmiendo pero estaban a punto de aterrizar

-Sofía, te prometo que te dejare dormir todo lo que quieras pero debes despertarte –Sofía extendió sus manos hasta donde estaba Alexander y lo llevo junto a ella

-no recuerdo que este fuera tu olor –Alexander no entendía lo que Sofía estuviera diciendo, al parecer ella no estaba consciente de quien era él

-Sofía despierta –

-Marc, bebe –estaba tan cerca de sus labios pero ese nombre decía que Sofía estaba soñando con otro hombre y de forma inesperada eso le molesto. Se soltó del débil agarre de Sofía y su voz sonó más fuerte de lo que esperaba

-Sofía despierta de una maldita vez –Sofía se despertó sobresaltada

-¿Qué? –Miro a quien le hablaba y sus ojos se llenaron de lágrimas, él no era Marc... –lo siento –miro en otra dirección, no podía llorar delante de él –podrías por favor darme un segundo –Alexander salió de la habitación, sabía que no tenía por qué haberle gritado

Al aterrizar Sofía evito mirar a Alexander a los ojos, temía que él viera cuan herida estaba. Había soñado con Marc, pero lo primero era que había podido dormir sin pesadillas. Alexander tomo la pequeña valija y le pidió que lo siguiera y frente a ellos había un Ferrari f430

-¿es tu coche? –

-sube –

-¿sucede algo? –

-no pasa nada solo sube –

-Uh Uh, al parecer señor amabilidad se quedó en alguna parte antes de que me quedara dormida –

Alexander no comento nada al respecto, condujo en silencio sepulcral hasta Heath Hall, cuando las puertas de la mansión fueron abiertas, Sofía decidió hablar porque esto era mucho para asimilar

-Joder!!! Alexander ¿esta es tu casa? –se abanicó el rostro con la mano

-¿Quién es Marc? –Sofía agarro con fuerza el manillar de la puerta

-no se de quien me hablas –

-cuando intente despertarte me has llamado de esa manera –

-al parecer estaba soñando –intento abrir la puerta pero Alexander la bloqueo –ahora pretendes encerrarme en tu lujoso coche –

-era evidente que estabas soñando, pero eso no responde a mi pregunta –Sofía no le iba a decir quién era Marc, estaba de coña si él creía que ella tenía que contarle aspectos de su vida que solo le correspondían a ella

-Marc, Daniel, Josh, tantos nombres que pueden hacer parte de una fantasía erótica mientras duermes y justo me preguntas por ese nombre –Alexander desbloqueo las puertas, estaba actuando como un estúpido, que le podía importar quién era ese Marc; de algo si estaba seguro es que sus sueños no eran una fantasía erótica sino un recuerdo, un recuerdo que ella no quería compartir con él y que entra otras cosas él no tenía derecho a saber.



Cuando entraron en la casa, Sofía se sintió fuera de lugar; este hombre era un multimillonario y ella entonces no era más que un caso de caridad en el mejor de los casos.

-señor bienvenido a casa –un hombre mayor los recibió y por su atuendo Sofía intuyo que era una especie de mayordomo

-venga, ¿tienes un mayordomo? –Sofía miro a Alexander con verdadero interés

-un mayordomo, una ama de llaves y personal de servicio que se encarga de este lugar –le dijo secamente y a Sofía poco le importo el tono en que se refirió a ella –gracias Bernard –el tono hacia el mayordomo era igual de frio e impersonal

-Señor, en su despacho lo espera el señor Rainer –

-conduzca a la señorita a una de las habitaciones que este cerca de la mía –

El mayordomo no pregunto si quiera quien era Sofía, Alexander no se molestó en presentarlo. Avanzaron por el mismo pasillo pero Alexander se quedó a mitad de camino y Sofía siguió al hombre que ahora reconocía como Bernard.

Alexander contemplo desde la puerta a su futuro suegro, él ruso lo miro y su saludo fue un asentimiento de cabeza.

-¿a qué se debe tu visita? –

-solo quería ver que sigues con los planes de boda con mi hija -



Publicación del proximo capitulo, lunes 12 de agosto. hasta siempre gente hermosa; besos de colores


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8 comentarios:

Jelly S. Reynoso dijo...

noooooooooo !!!!!! ay ya no se si decir pobre Alex o pobre Sofia ... ya se mejor digo pobre yo mira q me dejas picada como siempre !!!! me encanta tu historia si creo q ya lo habia dicho pero nunk esta de mas :D

besos y ya estas compartida :p .. bueno tu blog

Unknown dijo...

Jelly por el momento yo tendría pesar de la pobre Sofía, aqui quien tiene el poder es Alexander ;) tampoco nos deseperemos no es que tengamos que esperar muchisimo, el proximo capitulo se publicara el lunes, gracias por todo y besos de colores preciosa :*

Unknown dijo...

Ave qeu buena reseña de la vida de Sofia ehh y lo que Alexander ha hecho con ella aun cuando no esta acostumbrado a ser como es con ella me tienes enganchadisima con tu historia no cabe duda que vale la pena cada espera por el capitulo siguiente,. sigue asi hermosa y besos

Unknown dijo...

gracias Zule, aqui nos veremos el proximo lunes con un nuevo capitulo. besos de colores y a disfrutar ahora con el presente de esta parejita ;)

aaliyah dijo...

Búenisima la historia!deseando leer massss!;))) enhorabuena x el capítulo
Besitoss

Unknown dijo...

Aaliyah hasta el lunes con un nuevo cap,besos de colores :* y todo lo que aun nos queda ;)

Unknown dijo...

Cada capitulo me engancho más de tu historia!! los diálogos son increíbles! fuerte todo lo que ha tenido que pasar Sofía! Realmente ese ese Raoul es asqueroso y cruel! Alexander a pesar de tener un pasado oscuro y ser un hombre frio esta mostrando un lado bien interesante!
Esperar el próximo capitulo! =)

Besotes!

Unknown dijo...

falta poco para el proximo capitulo Evelin XD deseando que continues igual de engachada durante los proximos capitulo, iremos descubriendo más y más secretos, besos de colores preciosa :*

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