“Las chicas
buenas van al cielo y las malas a todas partes”
Ute Ehrhardt
Estoy convencida que la vida tiene una forma retorcida de tocar a nuestras
puertas, quizás vivir es el arte de perder todo lo bueno que pueda poseer tu
alma para endurecerte tanto como un pedernal. No importaba cuan dura había sido
mi infancia al lado de mi madre soltera, o como con el paso del tiempo empecé a
notar el cambio gradual de mi cuerpo, inclusive la atención de otras personas,
aun en esas circunstancias yo me consideraba una chica buena, lo era no había
duda porque solo puedes ser una chica mala si antes no habías sido la
antítesis, o eso mismo dijo en sus días Rousseau “el hombre es bueno y la
sociedad lo corrompe”
Mi transformación no fue un
asunto de un día, aún menos del tipo me levante con el ánimo de ser mala, vaya
si recuerdo como comenzó todo, había devorado por completo Cumbres Borrascosas,
Heathcliff en mi opinión se encontraba por encima de todos los personajes
creados por Emily Brontë, era la encarnación de la pasión.
-¿Quién puede juzgarlo por lo que
hizo? ¿Quién recompensaría el dolor y la injusticia de su vida? –le pregunte a
mi madre cuando le enseñe el ejemplar que había prestado de la biblioteca.
-Anne, mi niña y a ¿Quién le
importa cuánto sufran los malos? –
-¡él no era malo! –
-bueno no era –
-las autoras quizás deberían
crear mujeres diferentes –sentencie con solemnidad.
-chiquita, las autoras
precisamente se forran de dinero con personajes tan sosos como Catherine –
-o peor aún, como Maddy –murmure
enfurruñada.
-¿Maddy? No recuerdo que me hayas
comentado una Maddy en esa historia –
-vale mamá, Maddy es la
protagonista de Flores en la Tormenta1 –le recordé decepcionada, se
suponía que le había hablado de ella no hacía una semana cuando la había leído.
-¿y a santo de que la mencionas
ahora? nena sabes que te he dicho una infinidad de veces que dejes de leer
tantas novelas tontas, que mujeres como tú y yo en la vida no necesitamos
llenar nuestras cabecitas de estupideces, nuestros activos están en otras
partes de nuestro cuerpo –
Recuerdo haberme sentido asqueada
de la sentencia de mi madre, ¿enserio? ¿Mujeres como nosotras? ¿Es que acaso
quería que yo también terminara con una pequeña Anne como ella antes de
terminar la secundaria? Por mucho tiempo soñé entre páginas de novelas
románticas y hacía de los comentarios de mi madre oídos sordos, hasta que un
día creí ciegamente que yo había encontrado mi propio Cam Rohan2.
La vida es un camino largo de
recorrer y yo apenas empezaba el mío, el mayor recordatorio era mi propia
madre, era un aguijón que lastimaba momento si, momento no; pero por muchas
novelas que había leído y jure no leer más, nada me había preparado para el
crisol final que produciría un alma ennegrecida sin rastros de luz en mí.
-¿crees que ese chico te tomara en
serio solo porque le hayas abierto las piernas? Cariño –odiaba cuando me llamaba
de esa manera, como si suavizando sus palabras el golpe seria menos doloroso
–los hombres sin importar la edad se divierten con mujeres como nosotras, pero
cuando se enamoran, eligen a esas chicas de los libros que tanto detestas –
Las chicas buenas se quedan con los chicos que están buenos, las chicas malas se
quedan…ups, cierto que nosotras somos solamente chicas malas.
1.
Flores en la tormenta: titulo original flower from the storm, novela
histórica romantica por Laura Kinsale.
2.
Cam Rohan: protagonista masculino creado por Lisa Kleypas en el primer
libro de la serie histórica romántica the hathaways.
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