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TEASER DE PRISIÓN

Es difícil lograr que algo que se viene trabajando en tu mente pueda materializarse en palabras que le hagan justicia. muchos de ustedes, gente hermosa que me ha acompañado en esta aventura de escribir me han preguntado sobre cuando sera que volverán a leer las ocurrencias de mi pluma pero no sabría decirles una fecha porque de verdad que he escrito, he borrado y vuelto a escribir porque no quiero entregarles algo que no valga la pena. este teaser que publicare es de una historia que un día me hizo levantarme de madrugada y escribirla, es la primera historia que la imagino en mi mente contada por un hombre. aun falta para que termine When She Was Mine, aun más para que retome La Gran Subasta, les quiero y no los he olvidado. besos de colores gente hermosa.


-estoy esperando a alguien Heidi, así que lo que tengas que decir dilo de una maldita vez –
-Kyle me pregunto si tú eras su padre –el temor era palpable en sus palabras, ¿a qué le temía? Llevo demostrándole cerca de dos meses que he cambiado, mi hijo necesita a su padre y yo jamás pondría su seguridad en riesgo, ¿de qué manera le hacía entender que era otro hombre?
-bien, eso lo podremos arreglar mañana. Ahora quiero que te vayas –ese era nuestro juego, ver cuanto más nos podríamos lastimar.
-¿acaso no me estas entendiendo? –mordió su labio inferior y en lo único en lo que pude pensar era en besarla y hacerle el amor sobre la alfombra de la sala.
-veras, Heidi sabes que cuando tengo necesidad de acostarme con alguien no pienso con claridad, eso me está pasando en estos momentos. Así que digas lo que me digas no te voy a prestar atención –lo que ella no sabía era que con la única mujer que me quería acostar era con ella, pero ni ella ni yo estaríamos nunca más en esa dirección.
-eres un cerdo, Kyle –
-bueno, cuando tú y yo fallábamos como conejos no decías lo mismo –follar, jamás supe lo que era follar con ella. Yo le hacia el amor a mi chica.
-eres un imbécil –el timbre sonó justo cuando más lo necesitaba, tenía que sacarla de mi casa como diera lugar. Me dirigí a la puerta para recibir a una Breana en un minúsculo vestido.
Entro sin esperar a que la invitara, apenas vio a Heidi en la sala su expresión cambio en su totalidad. Contemple a ambas mujeres y fue un error  hacerlo, Breana no era la mujer que yo necesitaba esta noche, Heidi con su escaso maquillaje y sin mostrar más de la cuenta podía hacer que cualquiera perdiera la razón por un solo minuto junto a ella, pero las mujeres son tan inseguras consigo mismas y Heidi no era la excepción, al evaluar a Breana pude ver como se menoscababa, tomo todo de mí no sacudirla y hacerle entender que ella estaba por encima de cualquier mujer.
-Breana, necesito que te vayas –las palabras de Heidi me sorprendieron, ¿acaso ella estaba despidiendo a mi cita?
-Heidi, entiendo que en el café tú seas mi jefa pero no estoy en tu café, estoy aquí porque Kyle me lo pidió –bueno, tanto como pedírselo no pero el caso es que si habíamos acordado vernos.
-veras Breana, Kyle no está disponible para ti esta noche–coloque mi mano en mi boca para no reírme de mi pequeña luchadora, esta no podía ser mi chica de tiempo atrás pero su tono de aquí mando yo era inconfundible.
-sé cómo terminara esto –decidí intervenir, después de todo estaban en mi sala –Heidi tu marido seguramente estará a punto de llegar y yo quiero tener un polvo antes de que termine la noche –Heidi me miro herida, pero yo ya no era de ella. Ella tenía un maldito marido que iba los domingos a la iglesia, que tenía un nombre respetable y no era perseguido por asesinos.
Pensé que se marcharía cuando abrió la puerta pero para mi sorpresa tomo a Breana del brazo y la saco, ¿Cómo lo hizo? Una mujer con tacones es fácil de derribar.
-tu y yo hablaremos mañana, y abrígate que pescaras un resfriado – sin esperar la contestación de Breana le cerró la puerta en su cara.
-vete de mi casa y ruega porque Breana no haya tomado un taxi –por muy fascinado que estuviera por la respuesta de Heidi ante Breana, debía ser consciente que al final ella regresaría donde su impecable marido y yo...yo siempre sería una mancha en su pasado.
-sino ¿qué? –su furia afloro sin ningún control y a la mierda que tuviera un maldito hombre esperándola en su casa, acorte la distancia y la bese como llevaba tiempo deseando, por un momento temí que me rechazar pero sus brazos y labios se abrieron para mí. Quise llorar no porque fuera un jodido marica sino porque cuando su aceptación me golpeo reconocí que lo que tenía no era vida si ella y mi hijo no estaban en ella.
Me olvide de todo, de no querer amarla, de querer con todas mis entrañas aborrecerla pero esta maldita mujer la tenía tan enterrada en mi alma que ni todo el dolor que me pudo haber causado en el pasado se comparaba con la sensación de plenitud que me embargaba tenerla en mis brazos. No pensé en nada más que la sensación de sentir su piel en contacto con la mía. La despoje de todas sus ropas y en ningún momento me detuvo, esta chica era mía, maldición.
La tome contra la pared, la tome como un animal y no me importo. Cuando se trataba de ella nada me importaba. Conocía cada rincón de su cuerpo que sabía reaccionaria ante mis caricias, ella era mi musa, era mi vida. Ella no fingía lo que no sentía y cuando grito mi nombre probé la gloria, no te das cuenta que algo está mal hasta que no pruebas lo que realmente está bien. Pero esto era un espejismo porque aunque ambos hubiésemos alcanzado ese punto donde el mundo dejaba de girar y se inclinaba en contra de la gravedad, lo que sucedería a continuación era la verdadera realidad. Ella cruzaría la calle y se refugiaría en los brazos de ese idiota porque yo jamás sería tan bueno como él.
Era el imbécil más grande de la historia y lo que acababa de hacer lo confirmaba, Salí de su cálido interior sintiéndome como la mierda, así no debería de haber sido, no cuando ella era de otro.
-espero que estés tomándote la píldora o usando un dispositivo porque no he usado ningún maldito condón –no fui capaz de mirarla a la cara, le había dicho esto como si ella fuera una prostituta. Me gire acomodando mi pantalón en su lugar, la había cagado y a lo grande.
-yo..eh... –
-vístete y lárgate de mi casa –sabía a ciencia cierta lo que me diría, ella quería que la abrazara y le dijera que todo iba a estar bien, pero nada podría estar bien porque ella ya no estaba conmigo.
-Kyle –en su voz se notaba como luchaba con las lágrimas pero esto había sido algo consentido, no me iba a excusar o buscarle una explicación a lo que acababa de suceder.
-Heidi, solo fue sexo. Vete porque no quiero ver cómo te derrumbas, tus dilemas poco me importan, me ha dado igual si fuiste tú o hubiese sido Breana y no pienso justificarme mucho menos pero esto es lo que hay –este era yo, siendo el imbécil más grande de Seattle. ¿Me ha dado igual si fue ella o Breana? No solo le estaba mintiendo a ella sino también a mí.
-¿Cómo puedes hablarme de esa manera? –me gire para ver como sus lágrimas ahogaban sus palabras.
-¿Cómo puedo? ¿Qué quieres de mí? Maldita sea. Eres de él Heidi, es él quien se acuesta contigo todas las noches y a quien le das un beso de buenos días, ¿yo? Yo no soy más que el hombre que te amó como si no hubiera nada más para mí en la vida, pero poco te importo. Me abandonaste cuando me llevaron a prisión, me alejaste de mi hijo, enloquecí cuando me pediste el divorcio y no fuiste capaz de aparecer para organizar el funeral de mis padres quienes te adoraban y no estaban metido en mi mierda. Lo único que hiciste fue mudarte a la casa de tus padres y ahora meter a un hombre que no es el padre de mi hijo en ella –ciertamente el perdón es un don que no me pertenece, por ello quería alejarme lo más que pudiera de ella porque aunque sabía que la amaba con todas mis fuerzas yo sabía que aún no la había perdonado y cada día le sumaba a mi rencor el imaginarla en los brazos de otro hombre.
-jamás lo entenderías porque en la única persona que piensas es en ti –su vergüenza y humillación eran palpable pero sabía que nada de eso era dirigido a mi sino a su hombre fiel, porque desde su punto de vista ella jamás me había faltado, ahora había uno mejor que si merecía todo eso.
La puerta se cerró y con ella cualquier momento que pudiera retener en mi memoria con Heidi. Lo siento nena, por no ser alguien digno de ti, es una lástima que por mucho que te amé eso no fue suficiente para ti.

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CAPITULO VII - La GRAN SUBASTA



¿Alcoholismo?



Sofía se había cansado de tocar a la puerta del despacho de Alexander. Alexander no atendía a sus llamadas, además no había regresado a la oficina en todo el día. Sintió como un grave peso se asentaba en su pecho, no quería que Alexander estuviera en problemas por ella.
-Bernard, deme la llave para entrar a ver qué sucede con Alexander –Bernard hacia mucho había perdido su máscara de mayordomo ejemplar y lucia seriamente ausente
-señorita, el señor me matara si dejo que usted entre y lo vea en el estado en el que supongo que esta –
-mire Bernard, usted no me abre esa puerta y le juro que haré todo lo posible para que Alexander lo despida cuando se digne a darme la cara –Bernard ignoro las amenazas de Sofía, comprendía cuán importante era ella para su jefe, pero sabía que él le despediría si permitiría que lo viera ebrio
-Bernard, deja entrar a la señorita. Sabes que el señor no puede tomar demasiado; el señor Dan lo reprobaría –Sofía comprendió lo que ellos estaban tratando de ocultar a sus ojos
-¿Cuánto hace que Alexander está bajo tratamiento? –
-señorita, eso es algo que solo el señor le puede contestar. Solo podemos decirle que hacía mucho tiempo que el señor no se sumía en el alcohol –la desesperación tiño la voz conservadora de Bernard
-Marie ya que usted está de mi lado, hágame el favor y consiga una llave diferente a la que tiene en su poder Bernard –Bernard negó con la cabeza en dirección de Marie
-lo que vaya a suceder desde este punto está bajo su responsabilidad señorita –Bernard hizo un gesto a Sofía indicándole que se hiciera a un lado para que pudiera abrir la puerta
Sofía les indico que quería entrar sola, si Alexander estaba en tan mal estado no quería que nadie lo viera de esa manera. Toda decisión de enfrentar a Alexander se esfumo, sus piernas no respondían; Sofía estaba paralizada frente a la imagen que ofrecía aquel hombre que sostenía una botella en una mano y una pistola en la otra. Alexander dejo la botella de escoces que sostenía y sus cejas descendieron en una profunda “v”. Estaba ebrio no era algo difícil de ocultar pero no lo suficiente para no ver la expresión de horror de Sofía.
-¿Qué demonios haces aquí? –Su voz fue un gruñido exasperado –lárgate que nadie te ha pedido que entres a mi despacho –
-Alexander –Sofía intento controlar su creciente pánico –suelta esa arma por favor –
-uh –Alexander soltó el arma como si hirviera en sus manos –lo siento, por favor ve a tu habitación Sofía –esta vez las palabras de Alexander fueron más como una suplica
-por favor Alexander ¿Qué sucede? –su voz empezaba a tonarse segura al ver como él había soltado el arma. Dio unos pasos en dirección de Alexander -¿paso algo con tu suegro? ¿Es mi culpa, verdad? –sentía como ardían sus ojos, no podía llorar aquí; no delante de Alexander
-nada es tu culpa –Alexander volvió el arma a la funda que se adhería en el interior de su escritorio –por favor vete, no quiero que estés cerca de mí en mi estado –
-NO –Alexander se sorprendió ante el tono de Sofía y no se preparó para lo que ella hizo a continuación –no me pedias que me vaya cuando soy la que ha provocado todo esto –se arrodillo junto a él y escondió su rostro entre sus manos

¿Estaba llorando? Alexander acaricio el cabello de Sofía, cuando sintió que se estaba calmando reunió todas las fuerzas que le quedaban y la sentó en su regazo. Frotaba su espalda y brazos pretendiendo darle lo que creía que necesitaba en esos momentos, el silencio se prolongó entre ellos sin saber que decir.
-no quiero que tomes por mi culpa –Sofía se sorbió la nariz de una manera que le arranco una sonrisa a Alexander –y no te burles de mi pedazo de idiota –volvió a esconder su rostro en el pecho de él
-ahora la que tiene demasiado ego eres tú –claro que era por ella que se había emborrachado en casa de Gabriel, solo se necesitaba sumar para darse cuenta que si estaba hasta las pelotas nuevamente era por ella –de vez en cuando no es malo tomarse unos tragos –Sofía saco su cara del cuello de Alexander y le dio una mirada mordaz –está bien, solo me he tomado casi todo el bar, pero se necesita más que eso para perder la cabeza –Sofía sintió la necesidad de abofetearlo pero se contuvo
-¿Qué hacías con esa maldita arma? –Alexander evito su mirada, de cuando acá se sentía como un reo a punto de ser ejecutado -¿Qué te dijo ese hombre para que estés así? –los rasgos de Sofía se suavizaron, ahora preocupación era lo que se podía ver a través de sus ojos
-le matare si te pone un dedo encima –ok, sí. Estaba suficientemente ebrio para decirle más de la cuenta a Sofía –ni siquiera permitiré que te mire porque le arrancare los ojos –Sofía sintió como un escalofrió atravesaba su cuerpo, no sabía cómo explicar lo que sentía pero sí, estaba segura que Alexander haría lo que le había confesado
-¿tienes problemas con el alcohol? –Alexander resoplo –no me vengas con alguna tonta excusa –
-por Dios ¿Quién eres? ¿Mi madre? –Rio tan fuerte que Sofía pudo sentir en cada poro la risa de Alexander –no, eres demasiado para ser comparada con esa puta –paso un dedo por las mejillas de Sofía –hace años, tendría veinte –detuvo el dedo en los labios de Sofía –estuve en rehabilitación, juro que no estoy en lo mismo ahora –llevo la frente de Sofía  a la de él –es solo que no sé cómo manejar todo esto –Alexander inspiro fuerte –me estas jodiendo la vida Sofía, por eso estoy tomando. Mi vida estaba bien sin ti, ahora... –
Alexander no termino la frase y paso una mano por la parte posterior del cuello de Sofía, con la otra mano libre y en su estado no sabiendo que maniobra hizo o si la misma Sofía lo había ayudado la coloco a horcajadas sobre él. Sofía odiaba a los borrachos, su padre un tiempo lo había sido y eran recuerdos para nada agradables; pero estar así de cerca de Alexander, oler el fuerte olor del whisky como a madera, la fragancia a menta que emanaba de él era una combinación para nada repulsiva. Sofía se dejó conducir y su boca se vio sellada contra la de Alexander, no era un beso como los que habían compartido. Alexander beso a Sofía de una manera primaria y salvaje, sus labios eran carnosos; Sofía gimió y fue combustible para la libido de Alexander, una de sus manos fue hasta los pecho de Sofía, ella arqueo su cuerpo contra el del, frotando de esa manera la erección de Alexander que buscaba liberarse de los pantalones de corte que vestía.
-maldición –gruño Alexander separando su boca de la de Sofía –regresa a tu habitación por favor –sus ojos se tornaron suplicantes
-yo... –Sofía trago fuerte, se estaba ruborizando y sentía como su centro dolía –oh Dios dime que no me estas rechazando nuevamente –Sofía no podía explicar esta situación, una cosa era lo que creía correcto y otra muy diferente era en la forma en que actuaba cuando se encontraba en una situación como esta con Alexander
-Sofía acaso olvidas la conversación que tuvimos ayer por la mañana –Alexander no alejaba las manos de las caderas de Sofía –pequeña, no hagas esto más difícil para mí –ahora el turno de él de esconder su rostro en el pecho de Sofía –Dios estoy ebrio, nada de lo que pueda pasar entre nosotros puede acabar bien –Sofía lo rodeo con los brazos
-esas líneas debería de estar diciéndolas yo –beso los cabellos de Alexander –no se ni porque quiero esto –Alexander levanto la cabeza para poder ver a la cara a Sofía
-te estas aprovechando de mi estado –Sofía fingió sentirse insultada –no creí eso de ti –Sofía dio lugar a una pequeña sonrisa en concordancia
-ven, vamos a dormir –Alexander la siguió como aquella noche sin decir alguna palabra

Por la mañana, la habitación estaba tan iluminada como si el sol se hubiese instalado en la habitación de Sofía. Alexander escondió su rostro en el pecho de Sofía y ella que no hacía mucho se había despertado sonrió ante la imagen tan inocente de él, paso una mano por los cabellos enmarañados de Alexander.
-Dios, deja de hacer eso o terminare lo que deje iniciado anoche –Sofía detuvo sus dedos y se alejó un poco de Alexander para estudiarlo
-creí que estabas tan ebrio que no recordarías nada –Alexander intento reír pero el dolor de cabeza que atenazaba sus sienes evito cualquier muestra de naturalidad
-créeme Sofía, lo que tome ayer no era suficiente –como un gatito que ha perdido su bola de lana, llevo a Sofía cerca de él y se acomodó otra vez entre sus senos
-¿estas cómodo ahí? –Bromeo Sofía –estás haciéndote mucho a la costumbre de estar allí –Alexander sonrió contra los pechos de ella y no quiso decir nada más –Alexander debes tomar algo para la resaca que debes tener –
-pero si estoy bien aquí –parecía un niño haciendo pucheros
-mira no sé a dónde te has llevado al Alexander que yo conozco pero se me hace que desde el domingo lo has tenido secuestrado –susurro en el oído de Alexander quien se tensó al sentir su aliento contra su piel. Gruño como respuesta y Sofía abandono su causa, dejando que se levantara cuando quisiera

Sofía había llegado con un propósito, conquistar  a Alexander para así vengarse de Raoul y rescatar a Mara. Todos sus planes eran perfectos sino se hubiera topado con un hombre como Alexander que no la veía como una ramera a su disposición. Si Alexander le había dicho que ella le estaba jodiendo la vida, entonces él no sabe de qué manera él estaba jodiendo la de ella. No se podía olvidar de Mara pero Alexander no era el medio para lograr sus objetivos, él en su retorcida manera la quería ayudar y ¿Qué de malo había en ello? ¿Eso la hacía una perra egoísta? Estaba el hecho de que Alexander estaba pronto a casarse.
<<oh dulce Jesús, si mis padres me vieran aquí con este hombre>>
Alexander suspiro contra el cuerpo de Sofía, no podía estar en otro lugar mejor que este. Todo marcharía a la perfección si ella no fuera la mujer que no debería tocar por nada del mundo y por la que su mundo se estaba deformando.
<< Por Dios Alexander salvaste mi vida, no te negare que nunca podre pagarte lo que hiciste por mí, pero querido eres todo lo lejos de un hombre al que pueda amar, porque a diferencia de ti yo si he amado y no pierdo la fe de volverlo a hacer >>
Alexander se alejó de Sofía pero su movimiento brusco hizo que su interior tambaleara y lo obligara a permanecer en la cama –demonios ¿Qué fue lo que tome ayer? –
-la pregunta sería ¿Qué no tomaste ayer? –Sofía se levantó de la cama y fue por unas advil al cuarto de baño –toma –le entrego un vaso de agua y las pastillas
Alexander las tomo de mala gana y el intento por marcharse del cuarto de Sofía fue imposible.
-Alexander no puedes volver a tomar de esa manera -¿Sofía estaba preocupada por él? Ayer estaba demasiado ebrio como para analizar la reacción de Sofía cuando lo encontró en el despacho
-no volverá a pasar –no era algo que le decía a Sofía sino así mismo, casi diez años que no se embotaba en el alcohol
-promételo –Alexander la miro como si le hubieran crecido dos cabezas
-deja de preocuparte por mí, no necesito de tu lastima o lo que sea que ha motivado tus acciones –Sofía lo fulmino con la mirada
-si no fuera porque tienes una resaca monumental te diera un buen bofetón –levanto sus manos exasperada –por Dios no sé a dónde te llevaste mi parte pacificadora porque cada vez que actúas como ahora solo me provocas abofetearte –Alexander hizo una mueca de disgusto y se dejó caer contra el colchón
-necesito levantarme de aquí y ponerme en contacto con mi asistente –
-bueno eso sería perfecto si tan solo pudieras sostenerte sobre tus pies –Sofía busco en los bolsillos del pantalón de Alexander alcanzando su teléfono – ¿cómo aparece en tu agenda? –
-¿ahora eres mi secretaria? –Sofía rodo los ojos –aparece como oficina –
-Dios así eres de impersonal con las personas que trabajan para ti –
-bueno, con ella en especial –medio contesto Alexander
-¿te has acostado con tu asistente personal? –Las comisuras de los labios de Alexander se alzaron en un fallido intento de risa –oh Dios eres un imbécil con mayúscula, con razón estuvo a punto de asesinarme con la mirada aquel día–
-bueno con lo de ayer cuando mantuve mi polla dentro de los pantalones, dice mucho de mí –
-y ahora ¿quién es el que roba las líneas de quién? –Alexander pasó las manos por su rostro queriendo sacar la resaca que lo consumía –no digas nada, ya he marcado –

-sí, buenos días señorita habla con Sofía –
-en qué le puedo servir –
-soy la mujer que acompañaba a Alexander el domingo cuando nos cruzamos –
-en qué le puedo servir –Sofía noto como la voz de Marcie se tensaba –
-Alexander esta indispuesto y no podrá regresar hoy a la oficina. Podría por favor tomar los asuntos más importantes e intentar darles un prorroga hasta mañana y aquellos que no requieran de la presencia de Alexander podría usted solventarlos –
-¿está el señor junto a usted? –Sofía sabía que esa pregunta tenia doble sentido, tanto que ella sabía que el número de Alexander debería haber aparecido en el identificador
-si necesita cualquier cosa sé que usted sabría sacarla adelante, que pase un buen día –Sofía colgó sin esperar otra pregunta copsiosa de parte de la asistente de Alexander


-a mí nunca me hablas así –Alexander definitivamente distaba mucho de conocer a Sofía
-será porque te encanta que encienda tu polla con mi lengua afilada –
-gracias ¿Cómo se lo tomo Marcie? –Sofía se sentó en el borde de la cama
-la pobre debe de estar encerrada en el baño lamiendo sus heridas –Alexander la miro intrigado
-no te sigo –
-ustedes los hombres son tan tontos. Prácticamente le ladre órdenes como si yo fuera su jefe y de seguro ella pensaría de mí que no era más que una de tus distracciones ya que soy muy diferente a parecerme a tu prometida –Alexander seguía sin entender
-he debido tomar demasiado que no doy para seguir esta conversación –Sofía le tiro una almohada
-idiota, sabes en qué grado debe estar su autoestima –Alexander empezaba a entender el punto de Sofía –ella me creería una conquista tuya como ella lo fue en un tiempo y ahora resulta que resulte ser más que tu prometida porque de seguro ella nunca le ha dado órdenes a tu asistente –
-pero no tendría por qué, hace mucho tiempo que pasó lo que pasó entre ella y yo y las cosas están más que claras entre nosotros –
-díselo a su corazón –
-vamos, ahora vas a empezar con tus tontas cursilerías –Alexander nuevamente intento colocarse de pie y lo único que consiguió fue tambalearse como el borracho que era
-déjame ayudarte –Alexander no rechazo los brazos de Sofía
-¿te vas a duchar conmigo? –esta vez sí pudo hacer esa media sonrisa que marcaba sus hoyuelos
-creí que estabas jugando el papel de caballero conmigo –

Eran ya las horas de la tarde, Alexander en honor a su linaje ingles le gustaba tomar el té. Estaba con Sofía repasando algunas actividades que él quisiera que ella desempeñara.
-no me gusta que estés ociosa por ahí –
-ya era hora, te juro que estuve a punto de pedirle a Mary un uniforme para ayudar en la cocina –
-tu sentido del humor es patético Sofía –
-como diría mi mamita “el trabajo no es deshonra” –
-háblame de tus padres –Sofía recordó algunas cosas de la noche anterior y vio la oportunidad perfecta.
-con la condición de que me hables de los tuyos –Alexander dejo a un lado la tasa que tenía en sus manos y fijo su mirada en la fuente de agua.
-mi verdadero padre según me conto mi madre murió en la cárcel, quizás en una revuelta. Mi madre era una prostituta de la calle, su muerte fue digna de la vida que llevo. Eso es lo único que puedo decirte de mis padres –Sofía dejo a un lado el té y tomo la mano de Alexander.
-lo siento, debió ser duro para ti –Alexander se alejó del toque de Sofía y sonrió.
-¿Por qué lo sientes? Estoy más que agradecido porque no conocí a mi padre y en cuanto a mi madre, esa puta pago con su muerte cada cosa que hizo en vida –
-mis padres como te dije no son americanos. Mi madre es enfermera y mi padre trabaja en una fábrica de materiales de construcción. Mi mamá es una mujer muy dedicada al hogar y mi papá es medio gruñón –
-¿cuantos hermanos tienes? –
-tengo tres hermanos, y antes que lo preguntes sí, soy la única mujer de ellos –
-deben de extrañarte demasiado –
-a veces creo que es mejor que continúe con mi vida, ya han pasado dos años Alexander desde la última vez que me vieron. Quizás es mejor que vivan con mi recuerdo y no vean en la mujer en la que me he convertido –Alexander sintió el dolor en las palabras de Sofía, era tan frustrante no poder hacer nada más por el momento.

-¿desde cuando pasas las tardes en tu casa? –la voz de Dan llego hasta el jardín, Alexander y Sofía giraron para verlo.
-Dan –
-hijo mío. Señorita –
-¿Cómo esta señor? –
-si el irrespetuoso de mi hijo me llama por mi nombre, no esperaría menos de su protegida. Dan, Sofía –
-no quiero parecer una irrespetuosa también  -Alexander empezó a reír -¿Qué es lo que te parece tan chistoso? –
-Sofía con Dan puedes ser tal como eres, a él no le importaría tus faltas de respeto. Ya tuvo suficiente de mí mientras estuve bajo su tutoría –
-que se comporta de esa manera contigo, no significa que ella sea como tú –
-ahí está, alguien que si me entiende, gracias señor Dan –
-Dan a que has venido –
-por boca de tu prometida me entere que un día te trajo inconsciente de la borrachera de la casa de Gabriel y cometiste el error de ir a beber a Fabric, que si lo olvidas es una de las discotecas que están bajo nuestra franquicia –Sofía vio el intercambio de palabras entre Dan y Alexander y comprendió la magnitud de la situación.
-ayer también tomo demasiado, por eso no fue hoy a la oficina –fue lo único que fue capaz de agregar al monologo del padre de Alexander.
-Sofía, guarda silencio por favor –
-¿te hizo daño? –
-no, ¿Por qué? ¿Se vuelve agresivo? –
-algo como eso –
-Dan ya no soy un niño, no tienes por qué estarle contando a Sofía sobre mi vida –
-Alexander hace nueve años que estabas sobrio, soy tu padre y ya no estoy para estarme preocupando porque recaigas en el alcohol –
-bueno, no tienes de que preocuparte. Solo bebí por estrés, no estoy convirtiéndome en un alcohólico nuevamente –
-ella no es buena para ti –Sofía sintió el aire empezaba a escasear.
-recuerdas que me dijiste que Sofía no era ella, bueno parece que ahora te estas contradiciendo –
-será mejor que me vaya –
-Sofía quédese, ya que usted se ha convertido en la razón de las muchas decisiones de mi hijo últimamente. Es mejor que conozca a que se enfrenta –
-Padre ya basta –
-quiero que alisten todo, nos vamos para la casa de campo en Gales. Necesitas tomar aire y esta señorita debe saber algunas cosas sobre ti –
-yo... –
-Sofía no vamos a conseguir nada discutiendo con mi padre. Alista una maleta con ropa para una semana –

-Avísale a Kasie que nos iremos o mejor deberías de cancelar esa estúpida boda. De todas las tonterías que has cometido esa es la más grande –

nuevo capitulo el lunes 26 de agosto. hasta pronto gente hermosa

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CAPITULO VI - LA GRAN SUBASTA



COMPLICACIONES




Era domingo por la mañana, Alexander no tenía que ir a la oficina, después de lo sucedido con Sofía tenía que llegar a un punto intermedio. Tenía que llegar a ella, lograr que ella confiara en él, después de lo sucedido con Ben Sofía se había negado a verlo; las cosas sencillamente no podía continuar de esa manera.
Se dirigió a la habitación de Sofía, al entrar no la hayo en la cama, camino al cuarto de baño y vio en el reflejo del espejo que estaba en closet buscando algún tipo de ropa.
-hola –Sofía lo miro, tuvo que contener un silbido al ver la imagen de Alexander, tuvo que recordarse que ella no lo quería ver después de lo del día anterior; pero era imposible, fracaso en su intento y no pudo desviar su mirada de la imagen de Alexander. Alexander tenía vaqueros, suéter, remera de cuero negra y botas estilo militar que lo hacía lucir como un chico malo de instituto.
-hola –pudo decir Sofía al fin y quizás no era lo único que quisiera decirle
-necesitamos hablar –las palabras salieron automáticamente
-perfecto, permíteme cambiarme y te sigo –
-de hecho quiero que salgamos, no es bueno que estés encerrada todo el tiempo, esto no es una cárcel y tampoco eres mi prisionera o mi elemento decorativo como lo has insinuado ya en varias ocasiones–
-oh –dijo Sofía sorprendida, no esperaba salir con Alexander por todo lo que el significaba, era un hombre que vivía en el ojo del huracán de la prensa y si lo veían con ella, seguramente no iba a terminar en algo bueno para él.
-es lo único que tienes para decir –rió Alexander, ella lo hacía reír más de lo que lo había hecho en toda su vida –bueno, si has sido capaz de tratar con el personal de servicio de la casa–a su mente vinieron imágenes de ella con Ben y maldijo para sí mismo –me imagino que tratar conmigo en un ambiente diferente a una habitación no te hará mal –
-no quiero dar la impresión de paria social –Sofía trato de excusarse –pero a donde me llevaras, no sabría que colocarme –
-vaqueros, chaqueta y una bufanda está haciendo frio –Alexander no sabía que decirle –solo colócate algo que sea cómodo –
Sofía busco unos vaqueros negro que le habían encantado mientras había hecho un inventario de lo que él había hecho comprar para ella, saco una blusa de algodón cálida que tenía un escote en V un poco sensual pero no demasiado. Alcanzo una cazadora de cuero que iba muy bien con los vaqueros y al ver que Alexandro llevaba botas, quiso lucir unos botines estilo vintage y como último accesorio miro entre las bufandas y escogió una bufanda rosada.
Mientras Sofía escogía la ropa, Alexander no dejaba de mirarla, quería conocer sus gustos, era una mujer que le gustaba destacar o al menos eso pensaba por el conjunto que escogió. Sofía se desnudó frente a Alexander sin ninguna preocupación, ya él había visto todo de ella, que más daba que la viera cambiarse.
-a donde iremos –pregunto Sofía mientras Alexander la tomaba de la mano, un detalle muy íntimo pensó ella
-primero iremos a desayunar al Boisdale Canary Wharf,  luego te llevare al Holland Park ubicado en una zona exclusiva de Kensington. Te aseguro que te encantara –Sofía no podía explicar la emoción que le prodigaba salir de esta enorme mansión, le daba igual a donde la llevara después de todo.
-Alexander, sé quién eres –Alexander se detuvo para mirarla –no crees que es un poco riesgoso que te vean conmigo –Alexander se relajó no esperaba que Sofía le dijera algo como eso
-vamos, no significa que vallamos a hacer nada prohibido por ahí. Nadie me da órdenes de que lo que debo hacer y lo que debo evitar. Así que siéntete tranquila de pasar el día a mi lado, nadie podrá llegar a ti mientras este a tu lado –Sofía le apretó la mano, agradeciendo que al menos hoy se comportara como el Alexander que se había enfrentado a Raoul por ella
Bajaron las escaleras y caminaron por pasillos que no había podido explorar antes, Sofía estaba sorprendida de lo grande que era esta mansión.
-esta casa parece un fuerte y yo que creí que la había conocido toda cuando estabas en Nueva York –
-siento por haberte dejado tanto tiempo a solas en esta casa –
-no...Es decir, solo estuve por los jardines y...y en el despacho, no es que me hayas hecho mucha falta en realidad. No tienes por qué disculparte –Alexander se tensó automáticamente
-que hacías en el despacho –
-estaba utilizando el ordenador, te prometo que no hice más que ver noticias en general y algo acerca de mi desaparición –ahora Sofía hablaba demasiado rápido
-puedes utilizar lo que quieras –Alexander no quería que Sofía trabajara en ese escritorio donde tantas veces se había tirado a Kasie –el lunes hare que te traigan un portátil, para que lo personalices a tu gusto –
-no es necesario –
-eso lo decido yo –
-como digas –Sofía no quería cuestionar sus decisiones porque aquí Alexander seguía mandando

Cuando llegaron a un garaje que parecía más un parqueadero, Sofía no terminaba de sorprenderse. Alexander la condujo hasta una moto con la cual Sofía pensó que sus hermanos morirían por montar
-te gusta –Sofía no dejaba de mirar la motocicleta con asombro –es una Kawasaki ZX-14, vamos que no muerde y esta bebe sabe obedecer a su papá
-le llamas bebe –
-es mi bebe –
-como digas, por Dios donde dejaste al Alexander gruñón que solo viste saco y corbata y por nada del mundo montaría una moto –
-quizás hoy es tu día de suerte –
<<Alexander baja de esa moto>>
<<Dan prometo no meterme en problemas>>
<<Si no regresas antes de medianoche, puedes empezar a despedirte de ese pedazo de motor>>
-Dan odiaba que montara moto –agrego tras recordar como su tutor sufría de jaquecas cada vez que lo veía sobre una moto
-me lo imagino, mi papá tampoco dejaría alguno de mis hermanos a los 15 años subir a una moto como estas –Alexander se dio cuenta por primera vez que Sofía hablaba de su familia, quería preguntarle cuantos hermanos tenia, como era su familia; pero no debía presionarla. Sofía sola se abriría para él.
Alexander subió despreocupadamente, Sofía estaba recelosa, detestaba montar un aparato como ese. Cuando estuvo sobre “la bebe”  de Alexander a pesar de los nervios era imposible no sentir la corriente eléctrica que emanaba del cuerpo de Alexander, se preguntó si él sentiría lo mismo o era solo producto de su abstinencia durante tantos años  y se castigó interiormente por no haber desafiado a sus padres antes y haber experimentado más en el campo del amor, ahora no estaría alucinando con un hombre caliente en la parte posterior de una moto.
Alexander arranco, el motor ronroneo y Sofía grito asustada –Sofía, agárrate fuerte –
-pedazo de idiota, al menos me hubieses avisado –
-Dios ahora quien es la que está gruñendo –
-podemos por favor solo irnos –Sofía se aferró a Alexander con tanta fuerza que pensó que le haría cardenales en ese maldito torso tan bien tonificado
-por favor no me claves las uñas, no soy de piedra para no sentir –bromeo Alexander
-solo arranca antes de que me arrepienta –


Aparcaron cerca del Boisdale y caminaron hasta el famoso restaurante agarrados de la mano. Fueron atendidos por el maître del lugar, quien en el momento que reconoció a Alexander lo condujo hasta un reservado.
-fáilte roimh an tuasal –
-go raibh maith agat –

El maître los dejos solos mientras buscaba el menú para que escogieran lo que desayunarían
-se puede saber a dónde me has traído y que se suponía que hablabas con el maître –Alexander no podía parar de reír con la expresión de miedo de Sofía –deja de burlarte de mí –
-Sofía el Boisdale es un restaurante muy inglés, la especialidad es la comida escocesa –le apretó la mano que descansaba sobre su pierna –me daba la bienvenida y se lo agradecía. No tengas miedo, eres una persona como cualquier otra que ha venido a desayunar –
-como digas –
-es la segunda vez que me dices lo mismo cuando das por terminada una conversación, por favor no me hables así –
-lo siento –

Al instante llego el maître y les ofreció la carta, Alexander no demoro en pedir –tráiganos Haggis –
-¿lo mismo para la dama? –
-sí, lo mismo para la señorita –
-disculpa que no te haya ofrecido el menú, pero quiero que pruebes el Haggis, es mi plato preferido cuando vengo a este restaurante, es su especialidad –
-y si no me gusta –
-ordenaras el plato que desees –
-y no te molestaría –
-me molesta que no expreses lo que pienses –
-vaya y yo que creí que era todo lo contrario, no me des mucha confianza Alexander o te arrepentirás–

Cuando les trajeron este plato típico escoces, Sofía juro que cuando tuviese la oportunidad de volver a un restaurante escoces jamás pediría este plato, Alexander estaba encantado con la expresión de Sofía, ella era tan divertida, natural, espontanea. Partió una porción de su plato y se la ofreció
-toma, prueba y te darás cuenta que no miento en lo delicioso que es este plato –Sofía miro a todos lados, quería cerciorarse que ninguno viera como Alexander darle de comer –anda, prueba no te arrepentirás –Alexander la apremio
-mmm –Sofía mastico lentamente la porción de Haggis que le había ofrecido Alexander. Él por el contrario disfruto cada sonido que ella emitía –madre santa y de que se supone que está hecho este plato –
-¿pasó el examen? –
-bromeas??? Dios santo jamás había probado algo tan delicioso, disculpa mi ignorancia cuando pensé que esto no me podía gustar –
-créeme, pocas veces me equivoco en mis decisiones –
-¿y entre esas pocas esta tu decisión de haberme comprado? –
-Sofía no te compre, solo pague para que esos bastardos no te siguieran explotando –
-claro, se me olvidaba que soy tu último proyecto altruista –
-el Haggis está hecho de carne, especias y harina de avena –fue la respuesta de Alexander
-¿acostumbras a venir aquí muy a menudo? –
-es mi restaurante preferido –
-de verdad no te molesta que te vean conmigo –
-Sofía deja de pensar que eres una vergüenza para mí, ¿crees que tomo tu mano por costumbre? no, lo hago porque por donde pasas todos tienen que mirarte y no soporto que te miren de la forma en que lo hacen, te tomo de la mano para que sepan que estás conmigo, maldición mujer eres la única que me hace cuestionar cada paso que doy y en lo único que pienso es en que no debería pedir tanto de ti cuando...cuando tú te iras y yo me casare con Kasie. Además es un restaurante donde acostumbro a venir solo, eres una delicia viéndote comer por eso sabía que sabrías apreciar la comida de este lugar –
-y te has preguntado que tal vez me guste hacer dietas, que tal que sea una mujer que sufra de sobrepeso o no has visto el enorme trasero que tengo –Sofía intento bromear, si algo empezaba a odiar de pasar tiempo con Alexander era cuando se ponía en plan de hombre profundo
-¿hay un momento sobre el cual no bromees?  No necesito que te escondas en ellas para que podamos pasar un rato agradable, y ese enorme trasero que dices tener no es más que uno de tus mejores atributos –le guiño y Sofía no pudo evitar ruborizarse, cielos santo a Alexander en verdad le gustaba su trasero, bueno para variar a ella también
-tienes toda la razón, odio las dietas, odio los cuerpos lánguidos, jamás hubiese sido modelo –
-¿eso quiere decir que odias a Kasie? –Alexander la miro con un deje de desafío, pero Sofía puso en blanco los ojos como respuesta
-no seré yo la que se case con esa Barbie anoréxica -

Cuando hubieron terminado, caminaron hasta el parqueadero donde Alexander había aparcado la motocicleta. Cuando en el camino se cruzaron con una mujer pelirroja, cuerpo delgado pero que se veía trabajado en el gimnasio, Sofía vio como ella le sonreía a Alexander y la sangre se le calentó y odio que se estuviera acercando, ni siquiera Kasie había provocado esto en ella.
-buenos días Alexander –Sofía solo podía ver la cara de Alexander, quería ver si esta mujer le afectaba en algo
-buenos días Marcie –Alexander la saludo como lo hubiese hecho en el oficina, Marcie no pudo evitar sentirse menos de Sofía, porque él nunca la miraría con algún interés. Marcie no paso por alto que su jefe llevaba de la mano a esta mujer que no era su prometida y como no iba a serlo si esta era una morena muy atractiva y con un cuerpo de muerte
-pensé que regresaría hasta el lunes –
-no te pago para que pienses Marcie sino para que obedezcas mis órdenes, parece que siempre lo olvidas –Sofía casi sonríe ante el tono de Alexander, se relajó sin siquiera notar la tensión de su cuerpo, al menos esta mujer era una empleada de Alexander y sin poder explicarlo a su mente vino la expresión
<<No confraternizo con el personal de servicio>>
-lo se jefe, solo que me sorprendió verlo caminar por la calle como cualquiera de uno de nosotros –Marcie no pudo detener el borde de sus palabras, odiaba tan intensamente como amaba a este hombre
-es más sorprendente verle caminar a usted  en tan exclusiva zona Marcie y se dará cuenta que no ha muerto ninguno, que de extraño sea que lo haga yo –sino fuera porque Alexander tenía agarrada de la mano a Sofía, ella hubiese caído de para atrás, pero que grosero puede llegar a ser Alexander, pensó Sofía
-hasta el lunes jefe –
Alexander no contesto nada, se encamino hasta el parqueadero y volvieron a subir a la motocicleta, esta vez Sofía se aferró muy bien a Alexander ya se le iba haciendo muy natural estar a horcajadas sobre este peligroso motor.

-disculpa que no te haya presentado con Marcie, pero ella solo es mi secretaria y no tienes por qué entablar relación alguna con mi personal de servicio –fueron las palabras de Alexander cuando llegaron al Holland Park
-pero yo no soy tan diferente a ella o a cualquiera que trabaja para ti –Sofía hablo con cuidado de no provocar el enojo de Alexander
-tú no eres como una de ellos –la acerco a él y por un momento solo quiso revivir el beso que había sucedido entre ellos, el primer día de terapia con Ben. No vacilo en este momento, se inclinó y alineo sus labios a los de Sofía, saboreo su esencia. La estrecho contra su cuerpo y dejo que sus lenguas bailaran una danza sensual
-cualquiera que te conozca pudo haber visto que me has besado –fue lo único que pudo decir Sofía
-¿y? –
-por Dios te vas a casar –
-dentro de dos meses, aun soy un hombre soltero –
-vaya, eso me ha hecho sentir mucho mejor –Sofía puso los ojos en blanco y se separó de Alexander
-aquel día fuiste tú la que inicio el beso  y no te ha importado si quiera el hecho de que me voy a casar cada vez que te me insinúas –
-por Dios ese beso fue algo como si quisiera darte las gracias –Sofía se ruborizo –bueno digamos que se subió un poco de tono y en cuanto a lo otro, las veces que he intentado seducirte es cuando he querido convencerme a mí misma de que no me compraste para ser tu puta -

Alexander ignoro el sarcasmo de la respuesta de Sofía y la tomo nuevamente de la mano y empezaron a caminar por el parque
-es una lugar precioso –
-espera que lo recorramos en su totalidad –
-háblame de tu padre –
-Dan me adopto justo cuando entraba en la adolescencia, no lo considero mi padre pero es lo más cercano que he tenido de un padre –
-que le sucedió a tus padres –Alexander miro a lo lejos
-preferiría que no habláramos de mi familia, no tengo parientes de sangre vivos, háblame de ti –
-soy americana, soy la menor de tres hermanos, la única mujer que tuvieron mis padres –
-cuál es tu nombre completo –
-Sofía Mendoza  –
-tu nombre no es para nada americano –
-mis raíces son latinas, mi padre es afrodescendiente y mi madre provenía del interior del país de donde son mis padres –
-valla, tienes mucha historia. Como es que conociste a Raoul  de todos modos–
-estudie psicología –Sofía sonrió ante la sorpresa de Alexander –te he dicho que no nací siendo una puta, me apunte a un grupo sin fronteras de la Unicef en África...me secuestro e hizo de mi esto que ves –Sofía aleja su mirada de Alexander, a veces siente que él puede ver más en ella de lo que realmente está dispuesta a mostrar
-¿no quieres hablar de eso? –Alexander sabia cuando retroceder pero necesitaba más, necesitaba conocer a la verdadera Sofía
-preferiría que no Alexander –
-por qué te fuiste tan lejos del lado de tu familia, ¿no te llevabas bien con ellos? –
-Alexander mi familia me adora y no sabes lo que tienen que estar sufriendo con mi desaparición, les amo y cada minuto que paso lejos de ellos es un dolor que se hace más grande, solo me apunte a la Unicef porque quería experimentar cosas nuevas –Alexander abrazo a Sofía, sintió como su voz se quebraba y lo último que quería era ver esa expresión desolada del día anterior
-entonces arreglare todo para que vuelvas con ellos –Sofía lo abrazo fuertemente, saber que podía regresar con su familia la hacía inmensamente feliz, saber que podía recuperar su vida era algo invaluable
-no es tan fácil Alexander, la comunidad internacional me ha declarado como muerta en el fuego cruzado de tribus enemigas en Somalia pero recuerda lo que dijo Raoul, no tengo mi documentación y apenas pase por algún control de las autoridades el día que salí de Francia, estaré bajo investigación y me tocara hablar de todo esto y tu saldrías perjudicado, además...ahora te pertenezco –Alexander levanto suavemente la barbilla de Sofía para que ella lo viera
-no me perteneces, no de esa manera Sofía...en cuanto a lo primero tienes toda la razón, no es tan fácil, tendré que hablar con mis abogados y solucionar tu situación legal cuanto antes –
-gracias –Alexander la sostuvo por un momento, Sofía era tan frágil, estaba seguro que había muchas cosas de ella que el ignoraba. Pero todo eso lo hacía sentir más miserable por la forma que había tenido que sufrir
-Sofía quiero que me perdones, por todo. Estoy hablando con la verdad, quiero que riñas cuando algo no te guste, si quieres abofetearme cuando me comporte como un completo idiota, simplemente hazlo pero no te sientas con obligaciones hacia mí. No me debes nada, no quiero que sientas que tienes que actuar como te obligo a pensar ese maldito del Raoul –
-¿por qué haces todo esto? actúas de una manera y otra, Alexander sé que tengo mucha mierda en la cabeza pero tu...oh Dios eres tan difícil, que ya no sé cómo actuar contigo –
-todo esto me lo dices por ti o toda esa mierda de psicología, porque eso mismo me decía Ben –
-por qué le odias –
-está interesado en ti –
-y en que podría importarte –Sofía se mordió el labio, ahogando una sonrisa; si tan solo Alexander supiera
-no hemos venido a hablar de él –
-tenemos que ser sinceros Alexander y nada tiene que ver con psicología, si quieres que me recupere como dices...si quieres que supere todo esto, entonces empieza a comportarte como una persona que estaría dispuesta a ayudarme en todo, a aceptar responder a mis preguntas y a decirme claramente qué esperas de mí. No puedes tratarme como si te perteneciera, si tú no estás dispuesto a pertenecerme, no puedes besarme porque te provoque, cuando ya caso aparte me haces sentir usada. Es la verdad no soy una puta, por mucho que Raoul me tratara como tal, por mucho que me haya humillado...Alexander, maldición!!!  Hace dos años si me hubieras conocido no habrías hecho nada de lo que has hecho por mí porque sencillamente era otra mujer, era alguien dueña de mi destino -
-me voy a casar con Kasie, su padre es un ruso muy importante a nivel internacional y todo estaba bien en mi vida hasta que decidí acompañar a Gabriel quien no solo es mi único amigo sino también socio en muchos negocios que tenemos en común a esa maldita subasta donde te rescate. No me arrepiento de haber ido porque si no, no  te hubiese conocido y Dios!!! Que hubiese sido de ti sino te rescato de ese cerdo árabe que te quería comprar–
-pero entonces por qué te comportas de esta manera conmigo, te vas a casar...esa mujer merece tu respeto y yo también lo merezco –
-tu mereces que yo te trate como la mujer valiosa que eres, Kasie...vamos, hasta su padre sabe lo puta que es–
-¿te vas a casar con una mujer que no se respeta ni a si misma? –
-Sofía, no me conoces –
-entonces cuéntame quien eres –
-viste como trate a mi secretaria, las personas para mí son un medio para alcanzar un fin. No me importa si Kasie es una puta o una santa, solo me interesa adueñarme de los negocios de su padre y ella era el único camino –
-¿ella sabe todo esto? –Sofía cada día se aterraba de la persona inescrupulosa que era Alexander ¿Cómo un hombre como él podría merecer su confianza?
-ella solo ve lo que quiere, sabe que no la quiero. Sofía no puedo querer a nadie –
-¿por qué dices eso? a veces siento que soy diferente para ti, eso dice mucho de ti –
-claro que eres diferente para mí, no de la manera en que tú quisieras; solo que ese día que te vi, quise protegerte y eso es lo que estoy haciendo –
-vamos, entonces pongamos límites a esto que sea que hay entre tú y yo, que uno no busca acostarse con aquellas personas que quiere proteger –
-Dios estaría ciego sino quisiera acostarme contigo, pero sabes que en ningún momento lo he intentado ¿de verdad estas insinuando que eso es lo que quiero de ti? –
-un día Raoul me golpeó brutalmente, me azoto hasta que se sacio. Marco todo mi cuerpo, mi piel estaba en carne viva, no sé cuánto tiempo lo hizo...perdí el conocimiento casi por dos semanas, creo; cuando desperté no pude hablar y lo único que sabía era que cuando él me vendiera seria el juguete de quien me comprara–
-oh Dios Catalina, cuantas veces lo hizo. Te he dicho una y mil veces que no eres eso para mí –Sofía diviso el estanque que se abría a sus ojos, este era un parque mucho más hermoso que Central Park
-azotarme de esa manera solo dos veces, muchas veces cuando no le hacía caso me golpeaba pero no eran golpes tan fuertes –Alexander empuño las manos, se concentró en las personas que pasaban a su lado para distraerse y no pensar en cada golpe que Raoul le había propinado a Sofía
-Sofía te prometo que hare pagar a ese infeliz todo lo que te hizo. Dios sabe que si no lo hago no podría vivir en paz –
-estas dispuesto a arriesgar tanto y dices que no sientes nada por mí –
-Sofía jamás podría amarte si eso es lo que insinúas –
-los sentimientos son algo que no podemos controlar, no estoy diciendo que me ames pero sí que sientes algo por mí. ¿Qué te sucedió en la vida para que pienses que no puedes querer a nadie? –
-no vale la pena hablar de eso  y después de todo porque insistes siempre en lo mismo, ¿es que acaso sientes algo por mí?– Sofía sonrió amargamente ¿era posible que ella alguna vez sintiera algo por Alexander? No, jamas
-por Dios Alexander salvaste mi vida, no te negare que nunca podre pagarte lo que hiciste por mí, pero querido eres todo lo lejos de un hombre al que pueda amar, porque a diferencia de ti yo si he amado y no pierdo la fe de volverlo a hacer  –Alexander sabía que jamás podría amar, pero el saber que una persona como Sofía que creía en el amor jamás sentiría algo por una persona como él fue un golpe sonoro y fuerte
<<Por qué mamita>>
<<cállate engendro y no me mires...tienes los mismos ojos del hijo de puta de tu padre. Te odio estorbo>>
-Sofía no quiero que me analices como si fuera un paciente, solo quiero que me entiendas y me des una oportunidad de reparar el daño que te hicieron y que también te he hecho yo en cierta manera–
-no eres un paciente mío Alexander, en mi estado soy mentalmente incapaz de atender a cualquier persona como psicóloga. Solo lo digo porque tampoco quiero que me alejes de ti. Esto suena como una mierda, por Dios te vas a casar, te pido que me respetes y aun así siento que lejos de ti no podre recuperarme–
-te he prometido que no te dejare ir hasta que no estés completamente sana, después de lo que tu familia a sufrido no es nada justo que vuelvas a ellos con tantas heridas sin cicatrizar -
-¿yo no soy una amenaza para ti? Y sabes que no me interesa en lo absoluto que hagas con tu vida, es solo que no quiero ser una carga para ti –
-Sofía no hay vuelta de hoja en ese asunto, me casare con ella, ese  cerdo sabe que su hija es una puta pero espera que yo la trate como a una dama, también tengo que protegerte de él, pero te he dicho que nada ni nadie te podrá dañar...ni siquiera yo –
Sofía no lo estaba analizando pero su mente de psicóloga no podía evitar pensar que había algo del pasado de Alexander que lo había dañado, ahora estaba segura que el sentía algo por ella, así lo negase. Ahora entendía porque se iba a casar con esa tonta rubia.

-¿podemos regresar? Aunque suene extraño pero me siento tan cansada que si prometes darme un té como el del avión y darme un buen masaje dormiría el resto del día –
-lo sabes Sofía, si no me logras decir porque no te gusta dormir te juro que asi me gane tu odio, le pediré a Ben que te medique –Sofía ignoro el tono autoritario de Alexander e hizo lo que se le daba mejor, mentir
-no sé si ahora somos una especie de amigo Alexander, pero lo que haya en mi mente se queda allí –
-has pedido mi ayuda, no lo olvides –

<<Por qué, por qué>>
<<él era un estorbo pantera, tenía que hacerlo>>
<<Sabias que lo amo, por qué lo mataste>>
<<Suéltame>>

-Sofía despierta –Alexander abrazo a Sofía queriendo sofocar sus temblores
-suéltame –Sofía golpeo contra el cuerpo de Alexander pero él no se apartaba
-solo soy yo, pequeña. Soy yo Alexander –Sofía volvió a la realidad, se dio cuenta que no eran los brazos de Raoul
-lo siento Alexander, es solo... –no pudo acabar la frase, su cabeza daba fuertes golpes
-es la primera vez que durmiendo junto a mí tienes una pesadilla –
-dije algo –Sofía sabía que no era una pesadilla, era la reproducción de la muerte de Marc una y otra vez
-solo gritabas que te soltara –
-he suprimido muchos recuerdos Alexander –Sofía pensó en lo que le diría, no podría decir cualquiera cosa sobre las pesadillas –el hecho de haber trabajado la hipnosis con ben, ha alentado a muchos recuerdos que tenía silentes salir a la superficie es todo –
-Raoul alguna vez abuso de ti –Alexander tenía la respuesta de Sofía pero tenía que saberlo
-si te refieres a una violación con penetración, no. No lo hizo –
-mientras dormías, estuve observando unos bocetos realmente buenos que hiciste en el bloc que te entrego Ben –Sofía quería alejarse de la pesadilla de Marc cayendo muerto, pero al saber que Alexander había visto sus dibujos se puso a la defensiva
-no vuelvas a revisar ese bloc, hace parte de mi terapia y es algo muy personal –
-siempre dibujas a la misma persona ¿Quién es él? –
-no es nadie, después de todo no tienes por qué saberlo –
-¿esa persona es ese tal Marc? –
-no es “ese” –Sofía apretó los dientes furiosa –es él –Sofía se levantó de la cama, necesitaba mantener las distancias con Alexander, ya era la segunda vez que él la observaba en un estado deprimente de vulnerabilidad
-¿era tu novio? –Sofía ignoro a Alexander y se encerró en el baño, donde el no pudiera ver como lloraba por el único hombre que había amado en la vida
Sofía estaba nadando en la piscina el lunes por la mañana, el momento de camaradería que había tenido con Alexander el domingo en la mañana, se había esfumado con las pesadillas de la tarde, no había querido cenar con él. Hoy tampoco lo había acompañado en el desayuno. Alexander respetaba su silencio y ella no intentaba enloquecer con todo lo que tenía que soportar. Había rechazado ver a Ben cuando este vino a visitarla, nado unas diez veces ida y vuelta cuando sintió una intensa mirada sobre ella. No era Alexander porque sentía escalofríos de sentir esa mirada, así que solo tuvo para agradecer que hoy tuviera puesto un bañador, minúsculo pero al fin y al cabo bañador.
-no sabía que mi futuro yerno tuviera una belleza como usted prisionera en estas paredes –Sofía asumió que este era el padre de Kasie, percibió el tono asquerosamente sexual de este hombre pero lo ignoró –
-buenas, señor... –Petrov esbozo una gran sonrisa, Sofía era un manjar a la vista
-Petrov, llámeme Petrov –Sofía oculto el asco que le producía este hombre y decidió jugar su mejor carta sin salir de la seguridad del agua
-Petrov, no sabía que Alexander tuviera visitas, de haberlo sabido no me hubiese conocido en estas fachas –Sofía se mostró seductora aunque por dentro intentaba contener las nauseas
-oh –hizo un movimiento con la mano aduciendo que eso no era importante –no pude haberla conocido en mejores circunstancias –Petrov se fijó en la mujer que estaba sumergida en la piscina y solo podía pensar en la manera de llevarla a alguna habitación de la mansión –ahora sabe quién soy, pero no tengo el gusto de conocerla a usted –
-Sofía, su nombre es Sofía –la voz de Alexander sonó fuerte y decidida –Petrov, es de muy mal gusto llegar a una casa cuando el dueño no se encuentra presente –Alexander había conducido como un loco, cuando Bernard lo llamo a la oficina para informarle que el padre de Kasie estaba en su casa
-mi error, sabes que siempre lo hago. Alexander somos casi familia –le dio un apretón en el hombro –me dirás quien es esta hermosa mujer –Alexander miro a Sofía y percibio la tensión que se apoderaba de ella
-una mujer a la que no tienes permitido mirar –no aparto sus ojos de Sofía
-vamos, no me digas que es con ella con quien estas engañando a mi hija –la voz de Rainer sonó demasiado condescendiente
-es una amiga, no mi amante. La próxima vez que Kasie te mande a averiguar si la engaño deberías decirle que estoy harto de que a mis oídos lleguen sus constantes aventuras. ¿Sabes que su nuevo amante es su entrenador? –Petrov se mostró serio –claro que lo sabes, pero decides callar porque lo único que te interesa es que al fin de cuentas me case con tu hija –
-eres su futuro esposo, deberías de mostrarte más duro con ella –
-Sofía creo que ya has tenido suficiente en esa alberca, me llevare a mi suegro para que tengas intimidad –
-señorita fue un placer –sonrió nuevamente a Sofía y ella sintió que su estómago caía al fondo del agua –le aseguro que nos volveremos a ver, cuando el posesivo de mi yerno no este merodeando –Sofía no supo que contestar
-adelante Petrov, si has venido a hablar creo que el mejor lugar es el despacho -


Alexander cerró la puerta con demasiada fuerza cuando Petrov hubo atravesado el umbral. Estaba en piloto automático, no quería actuar con cautela. Su suegro había atravesado una línea que no le estaba permitida.
-en cuanto lo que dijiste en la piscina, te advierto Petrov; llegas a acercarte a un radio de un metro a Sofía, espero valores demasiado tu vida para que la quieras conservar –Petrov sentía como la euforia viajaba a través de su sangre, por eso había elegido a Alexander. Él tenía su misma pasión por la venganza y era implacable
-¿serias capaz de matarme por esa mujer? –Alexander ladeo una pequeña sonrisa, sus ojos se llenaron de ira pura
-te mataría por ella sin pensarlo –miro a Petrov a los ojos –no miento Petrov, después de todo tengo mis manos manchadas por sangre de gente que no valía ni un penique –
-ya que has dejado claro que no es tu mujer, será mía Alexander. no estoy presumiendo –Alexander se sentó tras su escritorio, toco el borde interno de el y acaricio lentamente el arma que se hallaba sujeta a la madera
-inténtalo si puedes, solo espero que no falles en el intento porque te hare pagar a ti y a la zorra de tu hija por lo que le hagas a Sofía –
-estás jugando con fuego –
-he vivido en el infierno y ni uno de mis cabellos se consumió. Ahora, lárgate por dónde has llegado Petrov –

Rainer abandono la mansión de Alexander demasiado preocupado. No le importaba quien fuera esa mujer la haría suya, pero no toleraría que Alexander le hiciera daño a su hija, nunca.
<<Me harás pagar Alexander si antes no te he matado yo>>

publicacion del proximo capitulo, viernes 23 de asgosto


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CAPITULO V - LA GRAN SUBASTA

ENFRENTANDO A NUESTROS FANTASMAS



Alexander deseo que las horas corriesen, debía ver como estaba Sofía, no quería seguir fingiendo delante de Petrov, cada caricia de Kasie lo tenían al borde de perder el control. Necesitaba tomar distancia, razonar acerca de cómo actuar delante de Sofía...era una realidad que nunca la dejaría ir, primero muerto antes de que ella se le escapara de sus manos.

-Alexander me alegra saber que tratas bien a mi princesa, de hecho me marcho confiado sabiendo que la cuidaras como se merece –Alexander torció  una sonrisa muy de su personalidad
-papito no tienes nada más que decir, tu sabes que mi bebe  cuida de mi como su propia vida –Kasie se sujeta aún más fuerte al brazo de Alexander –tanto que el lunes viajaremos a Nueva York –Alexander la mira sorprendido y con la sangre a punto de explotarle en las sienes
-Kasie ya hablamos de eso y te asegure que lo único que conseguirás será aburrirte porque ese viaje será de solo negocios –Petrov no entiende  nada lo que ellos traman pero está decidido a que su hija no se le separe ni un centímetro de su futuro esposo
-pero tú sabes cómo son las mujeres querido Alexander, además en las noches querrás descansar y que más que llegar a tu habitación y encontrar a mi preciosa hija dispuesta a hacerte olvidar un día duro de reuniones estúpidas –Alexander está en una encrucijada y no sabe cómo librarse de esta situación, debe pensar en algo rápido o tendrá que soportarse una semana entera a Kasie y de solo pensar en Sofía y lo furiosa que esta con él no puede pintar en algo peor la situación
-amor te recuerdo que aún no he escogido mi vestido de boda –de hecho Alexander no tenía  ni idea en que iban  los preparativos –bien sabido es que en Nueva York se encuentran las mejores boutique de novias...no se diga más tengo que viajar, además estarás una semana entera lejos de mí y tu ausencia no me hace nada bien y que se yo que arribista podrás encontrar allá...no se diga más viajo contigo –
-lo que digas Kasie, el lunes a primera hora viajaremos a Nueva York –de algo estaba seguro y es que se iba a arrepentir de llevarla con él, pero si se seguía negando Petrov podría seguir con sus sospechas

En las horas de la tarde Petrov se marchó y Kasie no hacía más que amargarle la existencia más de lo que la tenía, no había tenido oportunidad de ver a Sofía y esto lo estaba torturando. Sofía por el contrario no había comido nada en todo el día, el hambre había huido de ella. Solo ansiaba que todo esto acabara, necesitaba ver a Ben. Ben era el único que la hacía ver las cosas con claridad...era el único que la hacía conectar con su parte racional.

-Kasie necesito que me dejes solo, ve a preparar lo que necesites para el viaje –Alexander no podía tenerla un segundo más en su casa
-amor no hay nada que no pueda ignorar en cuanto a ti  -Kasie había logrado lo que quería, dos pájaros de un solo tiro; comprar un vestido de novia que ni aun en las pasarelas de Milán había visto uno suficientemente atractivo y pasar más tiempo con su prometido. No era una mujer de sentimientos pero emocionalmente se sentía muy ligada a Alexander, hasta el punto de temer que aquello que sentía por él se convirtiera en amor
-como digas, pero debes saber que dormiremos en habitaciones diferentes y no pienso ceder en eso. Ahora lárgate que suficiente tengo con soportarte una semana entera –Kasie salto de la emoción que sentía y corrió hasta donde él y cuando estuvo a punto de besarlo, Alexander se alejo
-sabes que no tolero que me beses -
-no te enojes cariño, esta noche saldré con las chicas...prometo me comportare y mañana preparare todo para que el lunes viajemos –
-me tiene sin cuidado lo que hagas o dejes de hacer –dicho eso subió las escaleras ignorando si Kasie se marcharía

Llego hasta la habitación de Sofía, no se molestó en llamar a la puerta era innecesario. Al entrar vio a Sofía mirando a través de la ventana, se aclaró la garganta para que ella notara su presencia. No sabía que decirle, solo quería abrazarla y decirle que ella era más importante que Kasie pero todo eso en estas circunstancias eran imposible. Sofía había sentido su presencia en el instante mismo en que él había cruzado el umbral de la habitación sencillamente no quería verle a la cara y recordarse a sí misma cuál era su posición en esta habitación.

-Sofía no puedo dejarte aquí sin más, por qué tienes que reaccionar así –Sofía decidió mirarlo y Alexander sintió algo extraño que buscaba abrirse paso en su interior, era la primera vez que Sofía lo miraba con tanto odio
-quieres que te agradezca por haberme comprado –no era una pregunta, era el inicio de un discurso que Sofía debía expulsar de su interior y uno que temía Alexander –pues bien Alexander, gracias por haberme dado la oportunidad de no continuar con la miseria de vida que tenía. ¿Qué por qué reacciono así? Maldición ni siquiera comprendes la mierda que viví antes de que me compraras y pretendes que sumida en esta vida que me has dado sobreviva a lo que soy. Dime con sinceridad que quieres de mí y no te vayas por las ramas, dame una razón para seguir a tu lado y te juro que hare lo que me pidas pero por favor no me trates como algo que hay que reparar porque estoy jodida hasta los huesos y nadie ni tu podrá cambiar lo que soy -
-es algo difícil de explicar Sofía, tu jamás entenderías...solo quiero que estés aquí conmigo –fue algo estúpido de decir ante las palabras tan llenas de verdad de Sofía, pero esto era lo que ella era para él...Sofía era algo que jamás se podría explicar. Sofía se exaspero ante esa respuesta, para él solo tenía respuestas a medias cuando se trataba de ella.
-pues bien si no sabes  que es lo que quiere de mi yo seré clara contigo. Quiero recuperar mi vida o lo que queda de ella y si el problema es el dinero que pago por mí te lo devolveré hasta el último penique –era algo osado de decir pero vendería su alma al diablo por volver al lado de su familia y no permanecer al lado de Alexander como un objeto de contemplación  –pero  no estoy dispuesta a seguir a tu lado como si fuera un objeto –hizo audible su deseo –fuiste  claro y me dijiste que jamás me tratarías como uno de ellos y créeme que no estás lejos de ser como Raoul –eran duras sus palabras y Alexander jamás seria como ese monstruo pero Sofía no pensaba con claridad cuando quería aferrarse con uñas y dientes a una leve luz que le devolviera su libertad –quiero  ver  a Ben, quiero que el cuide de mi mientras me recuperoal escuchar las palabras de Sofía sintió un puñal que se le clavaba en el pecho, él no era como ese bastardo, él jamás la trataría como un objeto o algo parecido.
-¿crees que te tengo acá por la miseria que pague para que estuvieras a mi lado? pues debes tener muy claro que me importa una mierda ese dinero que pague por ti en esa maldita subasta. ¿Quieres hablar con el doctor Gramm?  Porque eso es para ti, su apellido es Gramm ¿me has entendido? y no quiero que lo llames por su nombre; Sofía no me provoques –Alexander estaba perdiendo los estribos –no  sabes lo mucho que he cedido por ti pero no te quieras aprovechar de las concesiones que he hecho contigo. No lo veras hasta las sesiones acordadas, puedes rabiar todo lo que te dé la gana y seguirás a mi lado porque yo lo digo y no vuelvas a compararme mucho menos con el bastardo  que te convirtió en lo que ahora eres–
Sofía lo miro desconcertada, ¿cómo podía comportarse de esa manera? él no la quería, ¿por qué era tan egoísta y no la dejaba ir?  Y lo peor era el tono en el que le hablaba, perfecto ahora el perdía los estribos cuando ella le había confesado lo único que deseaba con todo su ser, para ella no era más que un hipócrita porque le había prometido lo que jamás le daría <<su libertad>>
-Sí, amo -
Cuando Alexander  la escucho, la tomo por las muñecas y la pego a él, estaba cansándose de las majaderías de Sofía, para ella no valía nada de lo que él hacía por ella, para ella era más importante el estúpido psicólogo que él; si para ella él no era más que un monstruo entonces que sentido tenía todo esto, a menos que...
-¿estas enojada por qué me viste y escuchaste follando con mi prometida? –Sofía no quería escuchar sobre esa mujer, era su prometida y ella no era nadie. Esto se trataba de ellos y no tenía por qué traerle a colación   – ¿estas enojada por qué  te trato como te trataría quien te hubiese comprado en esa subasta? –Le soltó las muñecas y la sujeto por las caderas –dime Sofía, contéstame maldita sea ¿quieres que te folle como a mi prometida para que así tengas una razón para permanecer a mi lado? –Alexander tomo su rostro entre sus manos, cerró los ojos cuando sintió cerca de su rostro el aliento de Sofía  y pego su frente con la de ella.
– ¿Qué haces? –fueron las únicas palabras que Sofía
-¡maldición! Sofía eres tan impredecible;  me enloqueces.  Eres rebelde, te gusta provocarme, te escondes en una fachada. Diablos no sé nada cuando se trata de ti –Sofía se sentó en la cama y oculto su rostro entre sus manos, como podía decirle eso cuando era él el que actuaba tan extraño, él era el que la enloquecía
-Sofía sé lo que escuchaste y te juro por mi vida que desde que me viste ese día en el despacho no he vuelto a estar con Kasie, ni con ella, ni con nadie. Esta mañana ella se metió en mi ducha y solo la toque, te lo juro –
Sofía ahora lo miraba estupefacta, él no le mentía, podía dar su vida por eso porque sabía que no había engaño en sus palabras pero ¿por qué le decía todo esto? Ella no le estaba pidiendo explicación alguna. Alexander no sabía por qué le estaba diciendo esto a ella,  pero las palabras habían salido de su boca y ya no había vuelta atrás. Sofía nuevamente se levantó y camino hasta donde Alexander y lo abofeteo como esa mañana.
-pero qué demonios –Alexander se llevó la mano hasta la mejilla que había golpeado Sofía –deja de golpearme Sofía, porque te aseguro que quien se ha atrevido a colocarme un dedo encima no vive para contarlo –Sofía sintió la amenaza latente en las palabras de Alexander pero no se dejó amedrentar
-y tú deja de tratarme como si a mí me importara un comino que folles o no folles con la estúpida de tu prometida –Alexander vio el desafío en las palabras de Sofía, pero que otra cosa podía justificar sus acciones, cuando quiso contestarle su teléfono sonó
-Kasie maldición, tu padre está en la ciudad y a quien llamas para resolver tus mierdas es a mí –con la sola mención del nombre de la prometida de Alexander, Sofía fue hasta el cuarto de baño
-ya voy para allá –escucho decir Sofía.

Alexander se dirigió a unas de las oficinas Scotland Yard, Kasie y sus amigas estaban detenidas por manejar bajo los efectos del alcohol, seguir hablando con Sofía era perder el tiempo. Aun sentía como le ardía la cara de la bofetada
<<Sí que pegas duro mujer>>
Al llegar a la estación, pago la fianza por “su prometida y amigas”
-eres un sol cariño –Kasie no estaba ebria, pero imprudentemente le había cedido el coche a una de sus amigas que si lo estaban
-solo mañana no llegues tarde porque partiré con o sin ti –Kasie hizo un mohín
-si quieres que llegue a la hora déjame pasar la noche en la mansión –Alexander pensó en Sofía y lo enojada que estaba para que él le diera su libertad, estaba celosa eso era todo
-pero dormirás en tu habitación –Kasie despidió a sus amigas y se fue con Alexander en su auto, ya enviarían a alguien por el coche de ella

Cuando llegaron a la mansión Sofía estaba cenando en el jardín. Cuando Kasie se percató que ella estaba ahí, enlazo su mano a la de Alexander.
-vaya y yo que creía que ya te habías ido, lo cual es una lástima –Alexander quiso estudiar la reacción de Sofía así que no se soltó de Kasie y no le pidió que se callara
-lo que es una lástima es que tu prometido aun manteniendo sus planes de boda contigo no pueda vivir sin mí –Sofía le dio otro mordisco al sándwich que tenía en su manos y mantuvo su mirada lejos de ellos
-Alexander a que se refiere con eso –Kasie estaba empezando a enojarse por los comentarios de Sofía
-a que no sé a qué juego estúpido él está jugando pero querida quiere casarse contigo y tenerme a también a su lado para seguir controlándome –quizás después de todo fue mala idea permitir que estas dos mujeres se enfrentaran
-Sofía ya basta, Kasie sabes dónde está tu habitación –Alexander se soltó de Kasie
-yo no me muevo de aquí hasta que no me aclares que es lo que ella quiere decir –
-querida ni yo misma se lo que eso significa porque por mucho que le cuestiono eso, él jamás me habla con claridad –dio otro mordisco a su cena y se mostró despreocupada –por cierto entre él y yo no hay nada, así que no tomes como una amenaza porque entre Alex y yo solo existe una extraña relación del deber –amortiguo una sonrisa al llamarlo de esa manera pero no estaba dispuesta a mostrar otra cara que no fuera la indiferencia
-quiero que se vaya de esta casa –
-bienvenida al club, yo también quiero irme –
-Sofía no se va a ir hasta que no resuelva ciertos problemas que tiene –Alexander hablo en un tono que no admitía protesta
-¿ahora llamas a mi falta de educación por decir siempre lo que pienso un problema? –lo miro con cierta provocación
-sabes bien a que me refiero. Kasie ve a descansar que mañana partimos a primera hora –
-quizás he malinterpretado las cosas amor ¿Sabes que viajare con Alexander a Nueva York? –pregunto dirigiéndose a Sofía
-de hecho me tiene sin cuidado los pormenores de su relación –Sofía se levantó de la mesa, su cena había sido arruinada, que mujer tan estúpida pensó para si
-Sofía a dónde vas, no he terminado de hablar contigo –Sofía se detuvo y giro sobre sus pies para mirarlos
-deberías  ser más persuasiva en la cama querida, para ver si así Alex me deja respirar por un momento –no espero que le dijeran nada más, debía tomar aire lejos de ellos

Ben le había dado un block para pintar y no lo había tocado en lo absoluto, debía distraer su mente y pintar siempre lo conseguía, al menos cuando lo hacía.
<<No te muevas >>
<<Pero bebe >>
<<Nada de peros Marc, no me mires tampoco así>>
Sofía empezó a trazar líneas, se sumergió en el retrato del hombre que amaba y que Raoul le había arrebatado. La vida daba tantas vueltas, Sofía mientras estuvo con Marc creyó firmemente que ella le pertenecía a él, pero era una sujeción que se complació en entregar porque le amaba; luego contra su voluntad Raoul se hizo como su dueño, protegió su mente y sus recuerdos para que él no doblegara su voluntad y salió airosa de aquella lucha. Ahora le pertenecía a otro hombre, a Alexander...

Alexander ignoro las constantes quejas de Kasie en cuanto a Sofía, no podía subir a la alcoba de Sofía porque ella lo botaría.
-¿Dan? –
-que mi hijo me llame un domingo a esta hora de la noche después de casi un mes que no lo hace es realmente interesante –
-lo siento, he estado tan ocupado que me he portado como un crio –
-siempre serás mi niño –Alexander sonrió ante la expresión de Dan –que te sucede hijo –
-puedo ir a verte, mañana viajo a Nueva York –
-viajaste a Francia alrededor de quince días atrás y viajas mañana a Estados Unidos y te parece conveniente hacerme notorio tu viaje ¿Hijo que sucede? –
-no sé qué hacer –
-te espero –

Dan había sido el tutor de Alexander durante su adolescencia, no era su padre pero él asumió ese papel desde que lo adopto. Dan Heigh es el único que conoce el alma de este hombre que se empecina en ocultarla.
-como sabias que estuve en Francia –
-tienes la mejor asistente personal del mundo, no le das el lugar que se merece. Ella se preocupa realmente por ti –Alexander negó con la cabeza, Dan adoraba a Marcie y por mucho tiempo hizo lo posible para que ellos tuvieran una relación, lo que Dan no sabía es que entre ellos había habido más que una relación profesional tiempo atrás
-Dan recuerda que dentro de poco me casare, Kasie no quisiera escucharte hablando así de mi asistente personal –
-¿sabes que me ha estado visitando? Ese duendecillo es desesperante, apenas me tolera pero me visita porque cree que así tu podrías mostrarle más cariño del inexistente que le das –Dan tomo del brazo a Alexander y lo guio hasta el sofá
-viajara conmigo a Nueva York –
-eso es un buen motivo para que quieras hablar con tu padre, no obstante ese no es el motivo por el cual has venido –Dan sabía que a su hijo algo le preocupaba, lo veía en sus ojos
-Gabriel –Alexander se detuvo, quizás no era buena idea que Dan supiera sobre Sofía
-en que lio te metió ese desvergonzado de tu amigo y no me mientas –
-diablos, Dan me haces sentir como cuando tenía 15 años –
-modera tu forma de hablar, nunca dejaras de ser un crio te lo he dicho aunque tengas treinta –
-lo siento. Gabriel fue el motivo por el cual fui a Francia, me llevo a una subasta de esclavas sexuales –
Dan se levantó del sofá, fue por unas copas –sabes perfectamente Alexander que no deberías de haber ido a un lugar como ese –no le ofreció ninguna copa, se tomó ambas de un golpe –que sucedió allá –
-compre a una mujer –
-quiero conocerla –
-Dan... –
-he dicho que la quiero conocer;  ahora regresaras a tu casa, dormirás para que el vuelo no te sea tedioso y en los días que estés ausente me encargare de ella –
-Padre... –
-nada de padre, nada de excusas. No puedes engañarte Alexander, esa mujer no es ella –Dan fue hasta donde Alexander y coloco una mano en su hombre –esa chica no eres tu –

-estaré fuera una semana, cuídala por mí por favor –Dan abrazo a Alexander

-hijo he de estar seguro que la tienes en una burbuja, solo me cerciorare de que no la estés asfixiando

Alexander no se sintió aliviado así que fue a tomar la copa que Dan se había negado a darle, sabiendo que Dan cuidaría de Sofía en su ausencia, al menos era una preocupación menos.
<<Esa mujer no es ella>>
Dan, fue su salvavidas cuando la noche más oscura se cernió sobre su vida...
<<no lo hare, no lo hare>>
<<Sí que lo harás engendro>>
<<no mamá, no...Por favor, mamita por favor>>
Praff, Praff
<<está bien lo hare pero no le pegues, no le pegues mamá>>


-cariño todo está listo para nuestro viaje, no sabes lo ilusionada que estoy con nuestra escapada –Kasie no dejaba de parlotear, estaba emocionada por pasar una semana completa a solas con Alexander
-Kasie te estás oyendo, acaso crees que esto es una luna de miel anticipada. Te recuerdo que para mí será una semana de negocios y tú solo eres el elemento indeseable en todo esto –la noche anterior había sido un mal recuerdo y que Kasie hablara hacía de su día algo peor
-anoche te vieron en Fabric –estaba dispuesta a pasar por alto lo que le había dicho una de sus amigas pero Alexander lograba sacar lo perra de ella
-y que hay con eso, quieres que te de detalles de con quien lo hice y como lo hice –la miro fijamente quería ver como reaccionaba, si ella iba a hacer de su semana un infierno, Alexander no perdería la oportunidad de darle un poco de su propia medicina. Aunque él sabía que anoche no había pasado nada...Sofía lo estaba jodiendo
-te vas a casar conmigo, que crees que diría mi papá de que te follas a cuanta zorra se te cruza en el camino –Kasie quería que Alexander en verdad se interesara en ella, quería sentirse amada por este hombre
-nuevamente con lo mismo, de por Dios Kasie tu follas con tu entrenador y no digo nada –
-alguna vez has pensado en que si lo hago es para que tú te intereses en algo sobre mí, seré tu esposa maldición –la voz le temblaba, ¿esto era cierto?  ¿Estaba tan necesitada de la atención de Alexander?
-Kasie no me interesas en lo absoluto, no te puedo querer...yo no soy capaz de querer a nadie, esto es todo lo que te puedo ofrecer y lo que tu padre pide de mí. Sabes que odio toda esta mierda de los sentimientos, voy a hacer unas llamadas antes de que partamos –
Alexander hablo con Marie y Bernard, les dejo indicaciones en cuanto a Sofía, no quiso despedirse de ella. Ahora a enfrentar lo que lo esperaba al lado de Kasie en Nueva York. Sofía por el contrario seguía pensando en todo lo que había cambiado su vida en el último año, todo terminaba en el torbellino de sentimientos que había provocado Alexander, tenía que ser inteligente era lo único que se le ocurría. Sofía no podía olvidar que si su belleza era la que había provocado todo este sinnúmero de acontecimientos, entonces tenía que empezar a dominarla para su antojo. Sofía decidió que tendría una semana para averiguar quién era Alexander y ver la forma de huir o permanecer a su lado. Para Alexander reunirse con personajes importantes del mercado bursátil no era más que mero trámite y  la razón de que fuera el hombre que era y que merecía el respeto de quienes lo rodeaban.

-tendré varias reuniones durante la semana Kasie, arréglatelas como puedas en mi ausencia –fueron las palabras de Alexander al aterrizar en el aeropuerto internacional John F. Kennedy
-descuida cariño, ocúpate de los negocios que yo me ocupare de hacer que esto funcione para los dos –Kasie le guiño un ojo a Alexander y se preparó a bajar evitando que Alexander le leyera la carta de aterrizaje

Ben llego a la misma hora de siempre y noto que algo le sucedía a Sofía, sabía que Alexander había viajado rumbo a Nueva York y quizás era eso lo que tenía a Sofía tan absorta en sus pensamientos.
-me alegra que hoy por fin tengas el block en tus manos, has dibujado algo que nos pueda servir –
-solo míralo y no me hagas preguntas, sabes que allí estoy plasmando un pasado que no deseo compartir –
-a que le temes Sofía –
-Ben, Raoul me lo quito todo...no dejare que Alexander me quite lo poco que he conseguido –


Sofía empezó a deambular por la enorme mansión, no podía creer que tuviera una sala de cine, la piscina le había encantado pero “una sala de cine” al menos por el tiempo que Alexander estuviera fuera este sería su lugar favorito, bueno después de los jardines. Tantas habitaciones vacías pero preparadas como si alguien las habitase.
-señorita, el padre del señor Alexander ha venido a visitarla –
-venga Bernard le dije que me llamara Sofía. Después de todo el cavernícola de Alexander tiene familia –Bernard no mudo su expresión –vale, vale, dígame donde se encuentra el señor –
Sofía al ver esa presencia tan cálida que llenaba el lugar se sintió sobrecogida, lo contemplo por un momento antes de que él notara su presencia.
-buenas señorita, mucho gusto mi nombre es Dan Heigh –Sofía estrecho la mano que Dan le ofrecía
-el gusto es mío señor, mi nombre es Sofía –Dan le sonrió a la chica asustada que tenía en frente
-por qué algo me dice que estas un poco asustada. No te preocupes solo soy un poco estricto cuando mi hijo sobrepasa los límites –Sofía dejo escapar el aire de sus pulmones, este señor era una buena persona
-creí que la única familia de Alex...digo de Alexander era Gabriel –Dan volvió a sonreír
-ese gandaya solo es una mala influencia en Alexander –Sofía entorno los ojos ¿había escuchado bien?
-bueno permítame decirle que opino lo mismo, esa cicatriz en la cara  dice mucho de él –
-las cicatrices tuyas ¿también lo hacen? –Sofía se sintió desnuda, parecía como si estuviera delante de su padre. Trato de recomponerse ¿a qué cicatrices se refería? No estaba enseñando la espalda ni sus pechos.
-perdón –
-puedo imaginar lo que has pasado, de hecho sino fuera así mi hijo no te tendría acá –
-en aquel lugar no era la única que estuvo a la venta –fue lo único que pudo decir en su defensa
-no, pero eras la única que tenía las mismas cicatrices en el alma como él –Sofía vacilo un poco ¿a qué se refería este hombre?
-no le entiendo –
-no es necesario que lo hagas, solo quiero que sepas que él no es tu enemigo y sea cual sea la imagen que tengas en mente de lo que quieres hacer, como padre del cabeza dura de mi hijo te pido que no le hagas daño porque estaré allí para defenderlo –
Sofía se quedó helada, este hombre ¿Quién era? Sintió como los planes que había trazado en la mañana se expusieran ante los ojos de él, también era la segunda vez que alguien le advertía de hacerle daño a Alexander. Acaso estaban ciegos y no veían que quien podría herirla fuera él.


-esto no es relevante en lo absoluto, compra un vestido de noche y lo cargas a mi cuenta, la limusina te recogerá a eso de las ocho –hablaba Alexander con Kasie como si le estuviera dando órdenes a su secretaria
-viste como si has necesitado de mi –Kasie amaba las fiestas y poder exhibirse de la mano de Alexander en el Hotel Casablanca no hacía más que mejora sus expectativa del viaje
-como digas, no me hagas esperar –Alexander salió de la habitación de Kasie, debía reunirse con unos empresario taiwaneses en media hora

En Londres todo parecía marchar en la absoluta normalidad, hacía cuatro días que Alexander había viajado y Sofía sin proponérselo había conseguido que Marie le contara muchos detalles de Alexander que la tenían muy desconcertada. Sofía no sabía si confiar en lo que hablaba Marie con tanta veneración o sopesar cada palabra que había cruzado con Alexander antes de que él partiera a su viaje de negocios y distracción con su “prometida”
-usted debe ser alguien muy especial para el señor –
Otra más que piensa que soy especial para ese estúpido
-el joven Alexander ha sufrido mucho en esta vida señorita y usted ha traído color al blanco y negro de sus días –
Sabrá esta señora de lo que me está hablando, vamos no solo era su padre sino también esta mujer que hacía alusión a lo mismo
-solo sé que se preocupa demasiado por usted, llama tres veces al día preguntando y la orden es que la complazcamos en todo –
Que se supone que haga, esta señora y sus intentos fallidos de ensalzar a Alexander  me tienen sin cuidado
 -todo puede cambiar, lo sabe ¿verdad? –
Sofía quería aferrarse a esas palabras pero no podía olvidar que ella solo estaba allí como...realmente no sabía que hacia ella allí. Marie la dejo sola con sus pensamientos; las sesiones con Ben habían sido un completo fracaso, solo eran llegar a la primera golpiza que le había propinado Raoul y cualquier esperanza moría.

Kasie lucía un vestido verde esmeralda strapless largo con un precioso diseño de pedrería que realzaba sus senos operados hacía más de un año, cuando la limusina se abrió para ella no esperaba ver en su interior a Alexander
-no creí que estarías aquí –dijo sorprendida Kasie
-bueno, tampoco esperaba que vinieras conmigo en este viaje y aquí estas –
Kasie guardo silencio, ver a Alexander vestir un lustroso esmoquin no podía pensar en otra cosa más que desnudarse delante de él y que la follara hasta que sus piernas le fallaran, así que no quiso entrar en una discusión ridícula donde él siempre ganaría.
Cuando arribaron al hotel Casablanca, Alexander se mostró como el caballero que aparentaba ser en público cuando estaba junto a ella, le tendió la mano y la ayudo a bajar. Flashes engalanaron su salida de la limusina. Kasie esbozo su sonrisa de fiestas y cocteles y le susurro a Alexander
-no me has dicho si me veo hermosa –Alexander no pudo evitar reír, Kasie no necesitaba de su opinión para elevar su ego
-tanto que quizás te regale un buen polvo en alguna cabina de servicio cercana –era solo un chiste, no estaba dispuesto a follar con ella
Lo que había sido una broma personal fue capturado por las cámaras del lugar y cualquiera podía pensar que era el intercambio de secretos de unos amantes que pronto contraerían nupcias. Kasie no dejo de sonreír,  esperaba esa respuesta de Alexander pero tampoco le iba a dar el gusto de arruinarle la noche.

Sofía ya había obtenido demasiada información de Marie sin haberla solicitado, pero debía observar sus ventajas y empezar a tramar un certero plan que la ayudara a salir lo menos lastimada posible.
-Marie, usted cree que puedo utilizar un ordenador
-usted puede utilizar lo que quiera, recuerde que el señor ha dispuesto de todo para usted. En el estudio hay un ordenador de mesa que realmente el señor nunca utiliza, siempre he creído que lo tiene de lujo. El señor se limita a utilizar otros dispositivos personales –
-gracias Marie


-has conseguido el vestido de novia que quieres –
Fueron las palabras de Alexander mientras alejaba las manos de Kasie de su bragueta
-si te quedas a dormir conmigo te contare todos los detalles de nuestra boda – dijo tentadoramente Kasie, aunque ya sabía la respuesta
-eso quiere decir que todo se lleva de acuerdo a los planes, hoy no me veras en el resto del día. Tengo unas juntas que me quitaran demasiado tiempo –
Alexander siguió hasta su habitación para dormir un par de horas antes de que amaneciera y viera si  era posible de una vez por todas cerrar el negocio con los taiwaneses, extrañaba demasiado a Sofía y ya ni siquiera el sexo con Kasie lo distraía en lo más mínimo.

Sofía se puso al día con el mundo, no podía creer que hubiese pasado tanto en el último año. “El atentado a Boston tras la maratón” “la guerra civil en Turquía”  “la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez” “las falsas noticias de la supuesta muerta de Nelson Mandela”
-vaya no me extraña que mañana cuando despierte el presidente Barack Obama se divorcie de Michelle Obama –bromeo
Ahora entraba en un terreno personal...su desaparición. Los diarios la declaraban muerta, leyó las declaraciones de sus padres entregadas a los periódicos y no pudo evitar llorar durante un buen rato, su madre lucia desmejorada y su padre ahora se veía de más edad. No podría llamarlos, no sabía cómo reaccionaría Alexander y no podía prever si ponerse en contacto con ellos traería problemas para él, no faltaba mucho para que regresara y le pediría que la ayudara a hablar con sus padres no importaba lo que tuviese que hacer.
Después de haberse recuperado de la impresión de saber lo devastada que estaba su familia, se dedicó a buscar sobre Alexander y su “prometida”
Lo más reciente que apareció fue la portada de la revista de cotilleos donde mostraban a una pareja sonriente, tomados del brazo y hablando secretamente de algo muy personal, las lágrimas que había logrado secar  tras leer acerca de su familia ahora eran historia con la portada de esta revista. Rio fuerte, de hecho se dobló del esfuerzo.
-solo te conozco hace tres semanas Alex y sé que le decías algún insulto a tu prometida -
Has cambiado Sofía pero aun en el fondo eres la misma chica llena de vida que te condujo a toda esta mierda
Se recordó a sí misma, pero que más daba. Su futuro era incierto y no tenía muchas posibilidades a las cuales aferrarse.
Alexander había previsto una semana para cerrar negocios pendientes y buscar nuevos mercados en los cuales invertir, pero en la industria todo era incierto  y las cosas habían salido mejor de lo que esperaba. Hablar con Marie sobre Sofía no era lo mismo, que poder verla cada mañana al despertar, aspirar su aroma o sentir su presencia. No importaba que ella solo estuviera haciendo un papel, la necesitaba y eso no lo podía cambiar.
-estás loco Alexander pero sin son las seis de la tarde, porque no esperamos para viajar mañana. Te recuerdo que tenías planes de permanecer una semana aquí en Nueva York –
-no te estoy preguntando si estás de acuerdo sobre volar esta noche, solo te estoy informando que arregle todo para regresar cuanto antes a Londres, si te quieres quedar no hay problema; pagare los días que desees quedarte y te comprare el tiquete para cuando planees regresar –
-la idea era que estuviéramos juntos –
-como digas, a las cinco  te espero en lobby del hotel –

Alexander bajo a la joyería del hotel, era estúpida la actitud que estaba tomando, pero no quería regresar y no llevarle nada a Sofía. Para Alexander era un detalle sin importancia, según él es como si le regalara algo a Kasie, igual por ninguna de las dos sentía nada...Sofía solo era como un mapa inexplorable que lo tenía en ascuas y cuanto antes pudiera saciar la sed de ella, seguramente volvería a ser el de antes y vería la forma de que ella desapareciera de su vida.


Era pasada la medianoche, ya era sábado en la madrugada. Londres tenía un cielo despejado pero no dejaba de ser una noche  otoñal muy fría. Envió a Kasie con su chofer personal y tomo un taxi directo a Heath Hall.

Alexander subió directamente a la habitación de Sofía. Cuando entro en la habitación la observo mientras dormía, sonrió a  ella le era difícil dormir. Era su belleza salvaje la que lo tenía endemoniadamente loco...la deseó desde el primer momento en que la vio. Estaba usando una pequeña batola que exhibía sus hermosas piernas, era una mujer que exudaba sensualidad pero a la vez lucia tan inocente
“Su belleza es su mejor arma”
A la mente de Alexander llegaron las palabras de Andrea el día de la subasta y no se había equivocado en su descripción...su esencia era  como el canto de una sirena, sus cabellos negros como la noche le daban un ímpetu de mujer soberbia...ella era de él al menos mientras se recuperaba.
Alexander sonrió por el hecho de que no estuviese cubierta por sabanas a pesar de ser una noche muy fría, se acercó cautelosamente a su cuerpo inerte. Se maldijo por el hecho de estar tan duro con solo observarla. Se sentó en el borde de la cama.
-¿Por qué cierras los ojos si no estás durmiendo? –
-vale, soy una mala actriz –
-ya no estas enojada conmigo –
-con las visitas de tu padre y las terapias te diré que he tirado por la borda mis planes y solo me dedicare a vivir lo que me queda de tiempo junto a ti –
-Dan es un buen hombre –
-no sabes todo el esfuerzo que me tomaba no decir una mala palabra o contestarle cínicamente. Ese señor me recuerda a mi padre –Sofía tembló –te lo juro sentía como si me viera por dentro –Alexander sonrió en concordancia con lo que decía Sofía, era verdad. Dan tenía ese efecto en las personas. Alexander recorrió las profundas ojeras de Sofía
-si no haces un esfuerzo por dormir me veré en la tarea de decirle a Ben que te medique –
-no tomare ningún medicamente de una vez te lo advierto –Sofía empezaba a ponerse de mal humor
-entonces que haga algo para que puedas dormir –
-cuando duermes conmigo lo hago –
-pero eso es un paliativo, no es una cura a tus pesadillas –alguien tocaba a la puerta -¿Quién demonios toca a esta hora en tu habitación –
-no creo que Bernard quiera meterse bajo mis sabanas –intento bromear Sofía pero Alexander la fulmino con la mirada –vale, entonces ve a ver quién toca –
Alexander fue a abrir, cuando vio de pie a Gabriel -¿Qué haces tú acá? –miro a Sofía quien puso los ojos en  blanco
-a mí no me mires así, en tu ausencia las únicas visitas que tuve fueron las de Ben y las de tu padre y no fueron aquí, pedazo de idiota –Sofía se cubrió con las sabanas, Gabriel no le caía para nada bien
-no contestabas el maldito celular –fueron las palabras de Gabriel
-que sucede –Alexander olvido la frustración del momento y se preocupó al ver la desesperación de su amigo
-esa mujer  es americana, vinculada con la Unicef y como si fuera poco la están buscando por cielo y tierra –Alexander miro hacia  Sofía
-¿quiénes la están buscando? –
-obvio que las autoridades americanas y...Raoul. Kostya cualquiera de las partes que te encuentre te hará pagar a su manera
-déjame eso a mí. Vuelve tranquilo a tu casa, gracias por preocuparte por mí pero esto es mi asunto –Gabriel intento decir algo más pero Alexander lo despidió.
-Alexander no quiero que Raoul te haga daño –Sofía no podía explicar cuanto le afectaba que Raoul le hiciera daño a él, no podía permitir que otro inocente pagara por ella –en cuanto a las autoridades no podrán hacerte nada porque mi testimonio sería suficiente –
-¿Quién eres Sofía? –
-podemos solo dormir lo que queda de la noche –Sofía palmeo el lugar junto a ella


-se puede saber qué haces un sábado por la mañana en mi casa –Alexander se exaspero al ver a Ben en la sala
-creí que llegarías el lunes –
-no has respondido mi pregunta –
-hoy quiero trabajar la hipnosis con Sofía y hemos tenido unos avances significativos estos días. Alexander, en vista de que no es el dinero que pagas por mis sesiones no vi problema alguno en tratar a Sofía también fuera del tiempo previsto –
-mi confianza en tu profesionalidad se está agotando –
-y tus estúpidos celos no harán nada en favor de ella. Es perfecto que estés aquí, hoy no la dejare fallar y llegaremos hasta lo último de las consecuencias –
-no sé a qué te refieres con esto pero no me gusta para nada como suena –
-llama a Sofía, lo sabrás –
Bernard fue por Sofía a su habitación, mientras que en la planta baja Ben le explicaba en qué consistía lo que trabajaría con ella.
-bueno, ya está aquí –Sofía camino hasta donde Alexander y él le coloco su brazo alrededor de la cintura y Ben sacudió la cabeza
-Sofía hoy quizás será más difícil que todos los días pero ya has avanzado demasiado como para que nos detengamos en este punto y Alexander recuerda que escuches lo que escuches no podrás intervenir –
Sofía se acostó en el chaise longue de la instancia, Ben comenzó a contar. Ya no estaban en la sala de la casa de Alexander, ahora Sofía estaba sobre una mesa conectada a una extraña máquina y Raoul le ordenaba que se corriera...
Alexander contemplo horrorizado como Sofía se estremecía y lloraba, que era lo que podría estar recordando, quería exigirle a Ben que parase pero las indicaciones habían sido dadas...no podía intervenir...
-para Raoul, para por favor –grito con desesperación Sofía, Alexander miro a Ben quien no estaba sorprendido por lo que decía Sofía –amo por favor, no lo vuelvo a hacer –gimió con dolor Sofía –
-sácala de ese trance Ben...sácala maldición, no ves que está sufriendo demasiado. Me importa una mierda si no vuelve a hablar pero no quiero que esté sufriendo de esta manera –los ojos de Alexander ya no veían a Sofía veía al bastardo que le daba drogas a su madre, ya no escuchaba la voz de Sofía se escuchaba a él mismo suplicar
-para por favor para –
-no me toques –
-seré un niño bueno –
-no le diré a mamá pero no me hagas volver a chuparte...por favor –

Alexander se reclina contra la pared más cercana, respira entrecortadamente, debe recordarse que todo paso hace mucho tiempo y ese bastardo está pagando como se merece lo que le hizo, la puta de su madre no puede hacerle daño nunca más...Sofía, su imagen viene a su cabeza y hace todo más fácil...Sofía...Alexander recuerda en donde se encuentra y escucha su voz desesperada y llena de dolor
-maldición Ben, sácala de esa mierda o te juro que no saldrás con vida de mi casa sino consigues  que se calme –
Ben parece no escucharle y en parte es bueno porque seguramente no se dio cuenta del laxus que acababa de vivir con su pasado. Pero ahora le preocupa Sofía, cuando intenta acercarse a ella, Ben se lo impide y con solo volver a contar Sofía vuelve en sí...
Sofía abraza sus piernas, solloza contra sus rodillas, ellos saben lo que Raoul le hizo. No quiere su lastima ni su compasión.
-Sofía te daré tiempo de que te repongas para que hablemos de ello –Sofía mira a Ben tratando de mostrarse impasible, pero su rostro es una estela de dolor. Es como si sintiera sus heridas en carne viva, como si Raoul la volviera a azotar.
-ya has hurgado suficiente en mi cabeza Ben, ahora vete –inspira tortuosamente –no quiero hablar de nada –
-Sofía... –
-ya la has escuchado Ben, regresa hasta que ella quiera hablar sobre esto –Ben asintió, Sofía hablaría hasta que estuviera en posesión de sus emociones
Sofía se levantó  y camino directo a las escaleras, Alexander le siguió pero ella se giró para mirarle –lo mismo va para ti Alexander, no quiero hablar de esto y menos contigo –Alexander quiso protestar su decisión pero Sofía se lo impidió

 Publicación del proximo capitulo, lunes 19 de agosto. besos de colores gente hermosa



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